SEN-EN-MUT, EL ARQUITECTO DEL PODER
El secreto de la faraona
Fue la mujer m�s poderosa del Antiguo Egipto. Al lado de la reina Hatshepsut siempre hab�a un hombre, Sen-en-Mut, el ambicioso arquitecto real. �Fue el amante de la faraona? �Por qu� el nombre de este valido desapareci� de los templos? �Es �sta su verdadera momia? Una misi�n arqueol�gica espa�ola podr�a ayudar a esclarecer uno de los misterios m�s fascinantes de la egiptolog�a.
A mediados del siglo XVI a.C., el fara�n Ahmosis I (1567-1550 a.C.) cambi� de un plumazo la historia de Egipto. La expulsi�n de los hicsos, tras dos siglos de ocupaci�n, abri� de par en par su periodo de esplendor. Los templos m�s ilustres se erigieron gracias a la labor de los reyes de la XVIII dinast�a, la de los grandes faraones, asociada a nombres emblem�ticos como Tutmosis III, Akenaton o Tutankamon. Pero tambi�n vinculada a sus grandes reinas, como Nefertiti, esposa de Akenaton, 'la de belleza sin igual', o Ahotep II, la reina madre de Ahmosis I, que ejerci� el poder a comienzos de la dinast�a cuando el pa�s estaba a�n parcialmente ocupado por los hicsos. Sin embargo una de ellas destac� por encima de las dem�s: Hatshepsut, la reina en cuyo honor se levant� el impresionante templo de Deir el Bahari y la mujer que, pese a los intentos de ocultaci�n de la historia oficial egipcia, ejerci� el poder durante m�s de dos d�cadas en el XV a.C., como un aut�ntico fara�n. Hoy su legado ha recuperado, gracias a la arqueolog�a, el lugar que le fue arrebatado. Pero gran parte de los episodios y personajes que poblaron su mandato siguen siendo un enigma. Sobre todo uno: la labor que desempe�� en su mandato Sen-en-Mut, su arquitecto jefe y su consejero. Su nombre es pr�cticamente s�lo conocido entre los amantes de la egiptolog�a. Sin embargo, en vida, posey� m�s poder que muchos de aquellos faraones. Incluida, quiz�, la propia Hatshepsut, con quien la uni� una relaci�n tan especial como llena de interrogantes.
Son pocos los datos sobre qui�n fue en realidad Sen-en-Mut y qu� papel jug� en aquellos a�os, pese a que pocos hombres acumularon tanto poder como �l en el Egipto fara�nico. El arquitecto de Hatshepsut desempe�� m�s de 90 cargos administrativos, religiosos y pol�ticos. Pero poco se sabe de su vida privada.
�C�mo un chico humilde lleg� a dominar el saber de la religi�n, la astronom�a, la geometr�a, la arquitectura y las matem�ticas? �Por qu� se mantuvo siempre leal a la faraona Hatshepsut y a la hija de �sta, la princesa Neferu-Ra? �Qu� relaci�n hubo entre ellos? �C�mo lleg� a tener tanto poder? �Por qu� desapareci� de pronto y su recuerdo fue mancillado? �Por qu� se hizo excavar dos tumbas? Poseedor de una mente inteligente y despierta, Sen-en-Mut fue seleccionado con apenas diez a�os por los sacerdotes del templo de su pueblo para ser instruido en el saber sagrado custodiado en el interior de los santuarios. All� aprendi� a leer y a escribir y a dominar las ciencias que entonces eran los pilares del saber egipcio. Y, concluidos los estudios, probablemente ingres� como escriba en el ej�rcito de Tutmosis I (1496-1483 a.C.), iniciando su carrera pol�tica. Sin embargo, los autores que han estudiado su vida difieren en cuanto al camino empleado para medrar. Algunos, como el epigrafista Peter Dorman, que en 1991 trabaj� en la que hasta ahora se cre�a su tumba de Deir el Bahari, se�alan la milicia. Otros, el sacerdocio. Pero quiz� fuera su cercan�a al templo de Am�n, su capacidad para ganarse la confianza de sus responsables, lo que le abriera las puertas del poder de par en par.
Hatshepsut no estaba dispuesta a ser destronada. Fue entonces cuando Sen-en-Mut puso en pr�ctica su genio conspirador
Lo cierto es que Sen-en-Mut, en una carrera mete�rica, alcanz� los primeros puestos de relevancia de la �rbita de la casa real en tiempos de Tutmosis I y, luego, de Tutmosis II (1483-1480 a.C.). El m�s trascendente, el de Intendente de Hatshepsut, la hija mayor del primero. Pese a la diferencia de edad -�l, un joven de unos 25 a�os; ella, una muchacha de unos 14-, pronto se estableci� entre ellos una relaci�n especial y, tras la muerte de Tutmosis II, Sen-en-Mut fue nombrado tutor de la hija mayor de Hatshepsut, Neferu-Ra, y servidor e inspector de los dominios reales de Hatshepsut y de Neferu-Ra, lo que le permiti� ejercer un control directo sobre las riquezas de ambas mujeres.
Pero la desaparici�n de tutmosis II coloc� a Egipto ante un problema. Se nombr� heredero a un pr�ncipe nacido con una concubina, que alcanzar�a el trono con el nombre de Tutmosis III (1479-1425 a.C.), en detrimento de Hatshepsut, primog�nita de Tutmosis I y gran esposa real a su vez de Tutmosis II. De haber nacido var�n, Hatshepsut hubiera heredado el trono sin oposici�n. Pero, por primera vez en la historia de Egipto, Hatshepsut se mostr� dispuesta a plantar cara a su destino de quedar en un segundo plano. Fue entonces cuando entr� en funcionamiento el genio conspirador de Sen-en-Mut.
Golpe de Estado. «Soy el m�s grande de los grandes en este pa�s entero. Soy el que entra (en el Palacio Real) siendo amado y (cuando) sale es alabado, regocijando el coraz�n del rey diariamente. Soy el m�s poderoso de los poderosos, ordenando todas las construcciones para el Palacio Real (...). Soy el verdadero confidente, su amado», escribi� Sen-en-Mut en una estatua suya del templo de Karnak. Inteligente, culto y gran estratega, la ambici�n del hombre que hab�a ascendido a los altos cargos no pod�a dejar que Hatshepsut abandonara y perder as� su influencia.
Con el nuevo fara�n cambi� su suerte: sus enemigos
se encargaron de borrar el nombre del arquitecto
Aprovechando la minor�a de edad de Tutmosis III, Hatshepsut se autoproclam� fara�n hacia 1479 a.C., ejerciendo su poder hasta 1458 a.C., cuando Tutmosis se hizo cargo definitivamente de su trono. Y fue quiz� Sen-en-Mut el organizador de la trama. «Podemos decir que Sen-en-Mut invent� a Hatshepsut. �l fue el ide�logo del proyecto pol�tico de la faraona», afirman Francisco Mart�n Valent�n y Teresa Bedman, director y gerente, del Instituto de Estudios del Antiguo Egipto y responsables del proyecto de excavaci�n actual del hipogeo que Sen-en-Mut se hizo en Deir el Bahari. Un monumento conservado en excelente estado, que custodia el dibujo del primer techo astron�mico de la historia, y cuyo estudio puede arrojar luz nueva sobre uno de los personajes clave de este periodo.
Sen-en-Mut y Hatshepsut dirigieron codo a codo durante aquellos 20 a�os Egipto, sin que se pueda establecer l�mites claros a las atribuciones que el valido desempe�� e, incluso, a la relaci�n que tuvo con la faraona. A juicio de algunos investigadores, no se puede descartar una relaci�n amorosa entre ambos en incluso que la princesa Neferu-Ra, oficialmente hija de Hatshepsut y Tutmosis II, fuera hija del fiel servidor. Sin embargo, no hay pruebas que apuntalen o descarten esta teor�a que, de confirmarse, explicar�a el misterio de la vida de Sen-en-Mut, incluido el de su propio declive y lugar de enterramiento.
Desaparici�n. La suerte del valido cambi� con la llegada de Tutmosis III. Muchas de sus estatuas fueron destruidas y su nombre borrado de algunos lugares, lo que ha inducido a pensar que, desaparecida la reina a la que sirvi�, fue apartado de sus cargos, si es que todav�a permanec�a vivo, y que enemigos que su ambici�n hab�a 'dejado en la cuneta' a lo largo de sus a�os de cercan�a al poder pudieron haberse cobrado con su memoria las deudas pendientes.
El misterio le acompa�� hasta su final. Se desconoce c�mo muri� y qu� fue de �l aquellos �ltimos a�os. Al igual que se ignora la suerte de Hatshepsut y la causa de su muerte. Es probable que el arquitecto falleciera antes de caer la faraona, en los a�os 18 o 19 de su reinado, ya que su nombre no se halla en hechos posteriores, o que la prematura muerte de la princesa Neferu-Ra, tambi�n por causas desconocidas, marcara el declive de ambos. �Existi� una conjura de los hombres de Tutmosis III para deshacerse de los tres? �La muerte de Neferu-Ra, casi una ni�a, signific� el final del proyecto pol�tico de ambos? �Por qu� no se ha podido identificar con claridad la momia de Sen-en-Mut? �Por qu� se hall� su sarc�fago destrozado? �C�mo fue posible la 'evaporaci�n' de quien era, al menos, el consejero m�s poderoso del reino? La misi�n del Instituto de Estudios del Antiguo Egipto podr�a dar respuesta en los pr�ximos meses a algunas de estas preguntas.
�scar Medel
Dominical El Semanal
N�mero 898, Enero de 2005