EL IMPERIO MEDIO

 

Por Francisco Martín Valentín.

Director del Instituto de Estudios del Antiguo Egipto.

 

Con la desaparición de la dinastía VI, estalló una revolución social que, junto a otros factores como una posible crisis agraria, la ausencia del poder centralizado, y la infiltración de gentes asiáticas por el delta oriental, configuran un periodo que resulta ser el más sombrío de la historia de Egipto. Abarcó aproximadamente desde el 2190 al 2040 a C., durante las dinastías VII hasta parte de la XI.

LAS DINASTÍAS VII-XI

Manetón escribió sobre este periodo que durante él reinaron setenta reyes en setenta días, lo que indujo a pensar que se trataba de una dinastía ficticia. Recientes estudios han permitido llegar a la conclusión de que pudo haber constado de nueve reyes que reinaron durante unos ocho años.

De este oscuro y turbulento periodo solo nos consta algún documento en forma de relato literario llamado por los egiptólogos ‘Las lamentaciones de Ipu-Uer' . De este relato se desprende la interrupción de las relaciones económicas con Siria y la existencia de revueltas y anarquía en el país.

La dinastía IX, heracleopolitana, que duró aproximadamente desde 2160 al 2130 a de C. demostraría la decadencia de la corte de Menfis que, representativa de la dinastía VIII, no ejerce auroridad real sobre ninguna parte del país. En esta circunstancia sobreviene la independencia de los príncipes de Heracleópolis, cuyo primer rey fue Mer-Ib-Ra Jety que funda su capital en Nen-Nesut y toma por dios patrón a la divinidad local Hery-Shef. Solo se ha identificado a cuatro reyes entre los trece que la dinastía tiene atribuidos. Al final de este periodo, sube al poder en Heracleópolis la dinastía X, que coexistió durante bastante tiempo con los soberanos de la dinastía XI, de Tebas.

El primer soberano de la dinastía XI, Antef I, fue sucedido en el trono de Heracleópolis por Uah-Ka-Ra Jety III, autor de las célebres ‘Enseñanzas para Mery-Ka-Ra' . Por parte de esta dinastía del norte, su reinado supuso un intento de unificación del país, pues invadió el delta, expulsando a los asiáticos que se habían asentado allí y organiza Menfis como una nueva capital administrativa para el Bajo Egipto.

A la muerte de este rey, los príncipes de Tebas comenzaron una ofensiva contra el norte y conquistan Heracleópolis acabando con la dinastía X. Al parecer, fue el rey Se-Anj-Ib-Tauy Montu-Hotep quien destruyó la capital del norte. Este acontecimiento pone fin al Primer Periodo Intermedio, hacia el 2040 a C.

 

EL IMPERIO MEDIO (Hacia 2065-1785 a C.)

Hasta no hace mucho la lista de los sucesores del destructor de Heracleópolis ha sido confusa. El último rey conocido de la dinastía XI fue Montu-Hotep Neb-Hepet-Ra. Se cree que Montu-Hotep I, fue al principio príncipe de Tebas, y luego rey de un Egipto nuevamente unificado, entonces llevó el sobrenombre de Sema-Tauy ‘El que une las Dos Tierras' . Durante su reinado se produjo, después de la liquidación de Heracleópolis, una pacificación generalizada de Egipto. Se reanuda la construcción de templos por todo Egipto. Es muy conocido su conjunto funerario en Deir El Bahari, en la orilla occidental de Tebas. Allí se hizo enterrar junto a sus esposas, hijos e hijas y funcionarios destacados, como los monarcas del Imperio Antiguo.

Su sucesor, Montu-Hotep II, subió al trono de Egipto de avanzada edad. Su Visir Hen-en- dirigió una expedición al País del Punt para buscar incienso. Se enviaron tres mil hombres que, de paso, limpiaron el desierto oriental de nómadas, y llevaron a Egipto, excelentes bloques de mármol verde para hacer estatuas para los templos. El reinado de Montu-Hotep III Neb-Tauy (Hacia 1997-1991 a C.) culmina la historia de la Dinastía XI. Durante su corto reinado surgió un hombre importante, el Visir Amen-em-Mes, quien al frente de 10.000 hombres, extrajo de las canteras y llevó a Egipto un excepcional bloque de piedra para elaborar el sarcófago real. Este hombre utilizó títulos nunca usados antes ‘Príncipe heredero, Gobernador de Tebas, Jefe de todos los nobles, Inspector de todo lo que el cielo concede, la tierra crea, y el Nilo da'. Cuando el rey murió, este poderoso personaje subió al trono con el nombre de Amen-em-Hat I fundando la dinastía XII.

 

LA DINASTÍA XII (Hacia 2000-1785 a C.)

Esta dinastía es una de las mejor conocidas de la historia de Egipto. Se conocen diversos documentos que permiten la clasificación de sus reyes y la concreción de sus años de reinado, en coordinación con las listas de Manetón. El ascenso de Amen-em-Hat I al trono de Egipto sucedió a la muerte del último rey de la dinastía XI. No se sabe si la razón de la sucesión fue un golpe de Estado, el parentesco con el rey difunto, o una simple designación del nuevo monarca como sucesor del anterior. Para justificar la sucesión se elaboró un texto llamado ‘La Profecía de Neferty' que anunciaba que un rey del sur volvería a traer el orden y la prosperidad a Egipto. Este faraón se llamaría Ameny (Amen-em-Hat). Este rey reorganizó la administración egipcia creando una nueva capital política de Egipto algo al sur de Menfis. Su nombre fue Itchet-Tauy , ‘La Balanza de las Dos Tierras' . Durante su reinado se creó una escuela especial de escribas de donde saldrían los renovados cuadros de funcionarios con los que se reorganizaría el poder del rey. Creó el ‘Tesoro Real', fundamental institución que daría el necesario poder financiero a la Casa Real para llevar a cabo sus reformas contra los Señores Hereditarios Provinciales. Asoció a su hijo Sesostris I al ejercicio del poder real. Son célebres sus ‘Instrucciones de Amen-em-Hat' que recogieron para la posteridad la historia del asesinato de este rey, víctima de una conjura de Palacio. Otra célebre pieza literaria del periodo ‘La Historia de Sinhué' se hace eco de este dramático acontecimiento y de sus consecuencias. Finalmente, Sesostris I (Hacia 1970-1936 a C.) consiguió conjurar los motines que surgieron y tomó las riendas del gobierno a la muerte de su padre. Fue uno de los reyes más importantes de Egipto. En su reinado los ejércitos egipcios sobrepasaron por el sur las fronteras, llegando hasta más allá de la tercera catarata del Nilo. La explotación de las minas de turquesa y de cobre en el Sinaí, siguió activa. Con Siria primaron las relaciones comerciales y diplomáticas. Antes de morir asoció al trono a su hijo heredero Amen-em-Hat II (hacia 1938-1904 a C.). Su reinado fue un periodo de próspera estabilidad. Se continuaron las construcciones por todo Egipto. El Tesoro de Tod pertenece a este periodo. Construyó un puerto marítimo en el Uadi Gasus, a orillas del Mar Rojo. Su pirámide en Dashur fue notoria, al igual que la riqueza de los ajuares de joyas de las tumbas de los familiares del rey.

Sesostris II (Hacia 1906-1888 a C.), fue su hijo y sucesor, también asociado al trono del padre, antes de su muerte. La prosperidad y la paz de Egipto fueron constante de su reinado. Con Sesostris III ( hacia 1887- 1850 a C.) surgió el reinado más glorioso del Imperio Medio, durante la Dinastía XII. Será la consecuencia de sus especiales virtudes como gobernante y de los benéficos reinados de sus antecesores. Cuando sube al poder concluye con el poder independiente de los nomarcas que habían cuestionado la autoridad del rey. Creó tres departamentos dependientes de la Residencia Real para gobernar el Alto, el Medio y el Bajo Egipto, respectivamente. Sustituyó a los nomarcas por funcionarios subalternos dependientes de la Casa Real. Su atención militar recayó especialmente sobre Nubia reforzando la cadena de fortificaciones militares desde Semna hasta Buhen. El reino africano de Kerma amenazaba Egipto. Para conjurar tal peligro llevó a cabo cuatro campañas militares consecutivas en Nubia. Es célebre su estela del año 8 de Semna que prohíbe la entrada en Egipto de los nubios. Como Siria también amenazaba la estabilidad de Egipto, envió otra expedición militar a Palestina para someter a los príncipes rebeldes.

Bajo Amen-em-Hat III (Hacia 1850-1800 a C.), sucesor de su padre se reprodujo el periodo de paz y prosperidad de Egipto. Bajo su mandato se puso en marcha la gran obra de ingeniería hidráulica de El Fayum. Más de 7.000 Hectáreas de cultivo se pusieron en funcionamiento. Amen-em-hat IV (Hacia 1800 - 1792 a C.) tuvo un corto reinado también pacífico aunque dejó entrever la crisis que se avecinaba. Su sucesora fue una mujer, la reina Sobek-Neferu-Ra (Hacia 1792-1785 a C.), su hermana fue una de las contadas reinas-faraón de Egipto. Quizás regente en nombre de un hijo habido con Amen-em-Hat IV, a su muerte, y en medio de turbulencias políticas, la dinastía XII se extinguió. Así concluyó el Imperio Medio. Durante doscientos veinte años la oscuridad se haría de nuevo sobre Egipto.

 

 

Bibliografía

Grimal, N. Historia del Antiguo Egipto. Madrid, 1996.

Vandersleyen, C. L'Égypte et la vallée de Nil. Tome 2. Paris, 1995.

Wildung, D. L'Age d'or de l'Égypte. Le Moyen Empire . Fribourg, 1984 .

Obsomer, C. Les campagnes de Sésostris dans Hérodote. Bruxelles, 1989.