EL TEMPLO DE LUXOR: LA TEBAS MERIDIONAL |
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Por D. Francisco J. Mart�n Valent�n. |
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Director del Instituto de Estudios del Antiguo Egipto. |
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correo: [email protected] |
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Antes de nada
decirles que el subt�tulo de la conferencia que dice �La Tebas
Meridional�, se refiere concretamente a lo que su mismo t�rmino quiere
indicar. Tebas, en el Imperio Nuevo (fundamentalmente es el per�odo que
estamos analizando), tiene un desarrollo enorme como capital del Imperio y
geogr�ficamente sus l�mites coinciden con las ciudades o templos de
Medamud al Norte, Hermontis y Tod al Sur. Estos
tres lugares, dedicados al dios Montu, suponen los l�mites de la ciudad
de Tebas en sus barrios m�s alejados, pero la gran urbe que fue la Tebas
del final de la Dinast�a XVIII, se divid�a en dos ejes situados en la
ribera oriental, evidentemente, que eran el conjunto de Am�n de Karnak y
el Templo de Luxor, unido indefectiblemente a este otro edificio de Karnak
del cual formaba parte, en funci�n del destino al que estaba vinculado el
Templo de Luxor, que ahora vamos a ver. El
Templo de Luxor recib�a el nombre entre los antiguos egipcios de Ipet-Resit
o lugar del Sur, �el har�n meridional� le llamaban; el lugar donde el
dios Am�n iba a celebrar, una vez al a�o, la venida del a�o nuevo para
ritualizar una serie de
ceremonias que supondr�an la regeneraci�n del poder real y de alguna
manera, de todo el equilibrio, de todo el poder�o del propio Egipto, como
cabeza del mundo civilizado. El
templo fue construido, fundamentalmente bajo dos faraones: Amen-Hotep III
y Rams�s II.
B�sicamente
el templo se compone, tanto en la estructura como en sus fases de ejecuci�n
de las siguientes partes: - La parte m�s meridional del templo con el santo de los santos, lugar donde se encontraba la estatua del dios Am�n, del Am�n de Luxor (porque ten�a su estatua propia del Am�n de Luxor). - Una sala hip�stila anterior con almacenes laterales para contener objeto de culto. - Reposadero de la barca o capilla de la barca del dios Am�n de Karnak, que se depositaba aqu� con motivo de las festividades Opet que ya les mencionar�. - Una sala de ofrendas, lugar donde se ven las representaciones del fara�n Amen-Hotep III ofrendando el templo al dios. - En las dos salas de la parte este de la zona sur del templo, est�n dedicadas a representar la teogamia o nacimiento de origen divino del fara�n Amen-Hotep III, cuyo tema comentaremos. - En este lado est�n capillas adicionales del culto, dedicadas al culto del dios Am�n-Min. - La sala hip�stila era la sala de entrada donde entraba la barca real y la barca de Am�n y se depositaba luego en la capilla de la barca, en tanto que la de los dioses Jonsu y Mut, que era la familia de Am�n se quedaban depositadas en estos dos lados. Aqu� se hizo en �poca romana el lugar del culto de las escenas de las legiones destinadas en Luxor (saben que seg�n las creencias romanas ten�an cierta personalidad divina) y el lugar de culto del emperador. -
La sala solar con peristilo y despu�s la gran sala columnada donde
conclu�a el templo. Las
fases de construcci�n de Amen-Hotep III son: - 1� hace la fase interior. - 2� despu�s construye el patio solar con un pilono delante. - 3� le a�ade el gran propileo.
FIESTA
OPET.- La fiesta Opet supon�a una celebraci�n de suma importancia, que
se organizaba una vez al a�o con motivo de la crecida del Nilo, del a�o
nuevo. Esta
fiesta ten�a la trascendencia fundamental de que supon�a, por el momento
cronol�gico en que se realizaba, la esencia de la revificaci�n de todo
el Valle del Nilo. Si
conocen Uds. el sistema de crecidas del r�o (ya no se produce por la
presa de Assu�n), sabr�n que antes Egipto viv�a del Nilo, es decir, con
motivo de la inundaci�n, de la subida de las aguas, era el momento en el
que el pa�s volv�a a recuperar su vida. Quiz�
por este motivo, la fiesta de Opet (que por cierto dio lugar al nombre del
mes en el que se desarrollaba �TAOPI� o �AOFI� en copto, que
quiere decir la del mes de Opet) supon�a la garant�a de regeneraci�n
del poder real y la garant�a de que una crecida nueva del Nilo, permitir�a
sembrar, recoger, en una palabra, renovar la vida en Egipto. La
fiesta, como tal, no nos est� documentada con anterioridad a la �poca de
la reina Hatshepsut en la Dinast�a XVIII, aunque sabemos que en el lugar
donde se encontraba el Templo de Luxor, hab�a antes otro templo del
Imperio Medio, de la Dinast�a XIII, edificado por Sebek-Hotep II, un fara�n
tebano de esa �poca. Lo
que s� sabemos es que la fiesta de Opet, la fiesta m�s grande de todo el
a�o, supon�a la salida de las tres barcas de Am�n, Mut y Jonsu del
recinto de Karnak, para dirigirse 2 Km.. M�s al Sur al har�n meridional,
lugar donde se un�an en fiesta el pueblo y el clero y se realizaban una
serie de ritos, que no nos son conocidos puntualmente, en cuanto a su
celebraci�n, pero que sabemos consist�an en la regeneraci�n del poder
real y en la regeneraci�n del Am�n de Ipet del har�n meridional. En
tiempos de Tut-anj-Am�n, fecha a la que se refiere fundamentalmente la �poca
del templo que estamos analizando, sabemos que esto se deb�a desarrollar
hacia el segundo mes de la inundaci�n, coincidente con nuestro mes de
septiembre actual. En
origen, anteriormente a Tut-anj-Am�n, la fiesta sal�a por v�a
terrestre, desde el IV Pilono de aquella �poca de Karnak y recorr�a seis
reposaderos de la barca, construidos por la reina Hatshepsut, hasta llegar
al sexto que es el que est� recogido por el recinto de Rams�s II dentro
del templo. Posteriormente
esta fiesta se desarroll� por v�a fluvial, que es lo que b�sicamente
est� recogido en el Templo de Luxor. En este templo se encuentra en uno
de los pilonos de Rams�s II una mezquita encastrada en el recinto,
llamada de Abu el-Haggag de culto popular muy acendrado en Luxor, que no
ha sido posible retirar de este lugar, de manera que debajo del edificio
de la mezquita todav�a no se ha excavado, ni se sabe qu� es lo que hay. Este
personaje de Abu Haggag representa hoy en el folklore y en la cultura del
pueblo de Luxor los restos remot�simos de esta fiesta de Opet. Una vez al
a�o, por el mes de julio aproximadamente, coincidente con la tradicional
fiesta de Opet, saca el pueblo de Luxor en procesi�n unas barcas del
Templo de Luxor en un festejo que ni ellos mismos realmente saben a qu�
obedece, pero que estudiada la historia, nos indica, claramente, que es el
eco lejano de aquella fiesta de Opet, aquella fiesta grande. Detr�s de la mezquita de Ab� el-Haggag est� la columnata procesional de Amen-Hopis III, la sala solar y detr�s la parte m�s intima del templo. PILONOS DE Rams�s II.- En
los pilonos de Rams�s II se encuentra relatado, una vez m�s, la batalla
de Kadesh. Hay
cinco versiones conocidas de esta batalla en cinco templos c�lebres de
Egipto. - Uno es �ste. - Otro es el Templo de Karnak. - El Ramesseum, un edificio de Rams�s II. - El templo funerario de Rams�s II en Abydos -
Y el Templo de Abu Simbel. En
esta batalla se enfrentaron de manera casi definitiva los hititas,
potencia oriental o asi�tica del momento contra Egipto, sin que ninguna
de las dos potencias vencieran definitivamente esta batalla. Rams�s II
cuenta la historia acaecida de otro modo, diciendo que el dios Am�n le
ayud� en la batalla y gracias a eso Egipto se salv�. Este
relato est� reflejado en estos pilonos, en la parte exterior. La avenida
de crio esfinges que un�a el Templo de Karnak con el Templo de Luxor, ten�a
2 Km.. De longitud y las esfinges eran, en origen, todas de Amen-Hotep IV
( en este caso, las que tenemos aqu� son de la Dinast�a XXX de Nectanebo
I, ya tard�as). La
fachada del pilono del Templo de Luxor recog�a dos elementos de culto
solar que eran los obeliscos, puesto que el otro est� en la Plaza de la
Concordia en Par�a, a donde fue llevado en 1836 como regalo a Carlos V
por Mohamed Ali y sus colosos, dos sentados y cuatro de pie (solamente
queda uno de pie en el masivo oeste del pilono y los dos sentados de la
entrada) que eran objeto del culto popular hacia el fara�n Rams�s II
como representaci�n del Ka del fara�n. El Ka saben Uds. que es el esp�ritu,
el alma de las personas, seg�n la concepci�n egipcia. -Tenemos
la pared este de la Sala de Rams�s II con el pilono donde hay otros
fragmentos de la batalla de Kadesh y el relato de campa�as contra los
libios que tambi�n llev� a cabo este fara�n. -Por
fin, el resto del templo, construido o achacado a Amen-Hotep III, donde
empieza la columnata, la sala solar y el fondo la parte m�s �ntima del
templo. -Hab�amos
dicho antes que Rams�s II recoge en el patio peristilo que cierra con sus
pilonos, unos reposaderos de las barcas de la �poca de la reina
Hatshepsut. Quiz� el tener que asumir dentro de la construcci�n del
templo este reposadero es lo que haya obligado al fara�n Rams�s II a
desviar el eje del templo, que es una de las caracter�sticas que
normalmente tiene este templo de otro cualquiera. Normalmente
los ejes de los templos van de Este a Oeste o Norte-Sur sin desviaci�n,
aqu� hay una ligera desviaci�n obligada, probablemente por la necesidad
de recoger en su recinto este desembarcadero. En el centro reposaba la barca de Am�n, a la derecha la barca de Mut y a la izquierda la barca de Jonsu en un ritual previo a la entrada del santuario del templo. PATIO DE RAMS�S II.- Traspasado
el Recinto de los pilonos, nos encontramos con la mezquita de Ab� el-Haggag
a la izquierda dentro del templo y vamos a pasar al interior de la sala
hip�stila de Rams�s II. El
coloso que est� al pie de las columnas de Amen-Hotep III, es una
representaci�n de Rams�s II, tambi�n objeto de culto, en tanto en
representaci�n del Ka real. Este culto dado a estas estatuas era una manifestaci�n muy
puntual, muy vinculada a los ritos que se desarrollaban en el interior de
este templo. Rams�s
II era un fara�n con unas ansias de megaloman�a enormes. Sabemos que ha
recogido gran cantidad de monumentos por todo Egipto, los ha usurpado y
les ha puesto sus cartuchos. Eso acontece con las estatuas de Amen-Hotep
III en las que ha puesto su cartucho debajo. En
ese patio, Rams�s II recoge escenas de la celebraci�n de la fiesta de
Opet durante su reinado y hace menci�n de las fiestas de inauguraci�n
del pilono de la entrada. Tambi�n
se ve la procesi�n de 17 hijos o pr�ncipes reales de Rams�s II en los
actos de inauguraci�n de este templo, en una parte del pilono de esta
sala, representados con la perspectiva propia de los egipcios.
Se puede apreciar como colocan los colosos de perfil, en vez de
ponerlos de frente, porque el frente para ellos era irrepresentable seg�n
sus c�nones ortodoxos. El
pilono en los templos era una representaci�n de corte solar, que ven�a a
simbolizar las colinas por donde aparece y desaparece el astro solar:
Jepri al amanecer, Ra en el cenit y Atum al atardecer En
la Sala de Rams�s II se puede apreciar un coloso tambi�n usurpado.
Escenas de las procesiones de la fiesta de Opet en �poca de Rams�s II,
as� como uno de los bueyes para el sacrificio, especialmente cebado para
estas ocasiones. Los
egipcios no hac�an representaciones jam�s, ni hac�an manifestaciones
rituales o formales gratuitas, siempre ten�an su significado m�gico o
religioso. As� entre la cornamenta del buey hay la cabeza de un nubio, de
un personaje africano. Con el abatimiento de un buey en medio de un
sacrificio ritual, tambi�n se pretend�a que se quitaba poder y energ�a
a un enemigo tradicional de Egipto, en este caso el nubio que iba en la
cornamenta del animal; probablemente se celebrar�a la misma ceremonia
respecto al resto de los tradicionales enemigos de Egipto, los Nueve
Arcos, es decir, otras ocho representaciones, adem�s de �sta, de
enemigos tradicionales asi�ticos y africanos. Desde
la columnata de Amen-Hotep III se puede ver la perspectiva de la mezquita
de Abu el-Haggag. Existe una diferencia de nivel del suelo original antes
de las excavaciones hace cien a�os, para limpiar el templo, al estado
actual del mismo, como consecuencia de las inundaciones de limo y
sedimentaciones del barro dejado por las inundaciones todos los a�os. El Templo de Luxor estaba habitado cuando el Servicio de Antig�edades tuvo que regenerarlo totalmente a base de mucho esfuerzo y muchas discusiones en Luxor. COLUMNATA DE AMEN-HOTEP III: En
la entrada de la columnata de Amen-Hotep III, era el lugar donde
originalmente terminaba el templo en la �poca de este fara�n; hay como
una especie de pilonos o grandes portones que serv�an para cerrar el
recinto del templo en esta �poca. Rams�s
II erige una serie de estatuas y lo que hace es retallar los cartuchos de
todos los faraones que se encuentran de ah� para adentro que no sean
Amen-Hotep III u Horemheb, al efecto de atribuirse decoraciones que no le
corresponden, porque la columnata est� decorada, totalmente, en �poca de
Tut-anj-Amon (todos los relieves son de Tut-anj-Amon) usurpados en parte
por Horemheb y concluidos por Sethi I, el padre de Rams�s II. Otra
perspectiva del coloso de Rams�s II que recoge la potencia del Ka real al
cual estaba �ntimamente unido. La
regeneraci�n del Ka del rey es tan importante, desde el punto de vista
del equilibrio de fuerzas del Maat, que
entend�an los egipcios que en su figura converg�a toda la salubridad,
toda la potencia y todo el poder del propio Egipto, de manera que
regenerada la fuerza vital del fara�n, se regenerar�a igualmente, el
poder�o y la fuerza del Valle del Nilo. En
el asiento en el que se encuentra el fara�n Rams�s II se ve, en la parte
lateral la escena de uni�n de las tierras, dos personajes con pechos
femeninos, que son, ni m�s ni menos, que representaciones del dios Nilo.
Hapi, uniendo con el loto y el papiro las Dos Tierras, una ceremonia
ancestral de unificaci�n que tambi�n era garant�a de seguridad para
todo Egipto. Esta ceremonia se llamaba Sema-Taui �la uni�n de las
tierras�. La
Sala Columnada de Amen-Hotep III, recoge mejor que ning�n otro monumento
conocido, el desarrollo de las procesiones de la fiesta de Opet, que no de
las ceremonias, porque no figuran en ning�n lado. En
el muro oeste de la sala figura la procesi�n viniendo del Templo de
Karnak hacia el recinto del Templo de Luxor, en tanto que en el muro
contrario, en el este, figura la salida de las procesiones de las barcas
hacia Karnak, despu�s de concluir el festival de Opet. El festival de
Opet duraba 11 d�as en tiempos de Amen-Hotep III y paulatinamente se fue
alargando hasta llegar a 24 d�as en �poca de Rams�s III de la Dinast�a
XX, unos 200 a�os despu�s.
REPRESENTACIONES PARIETALES DE LA SALA COLUMNADA DE AMEN-HOTEP III.- Entramos
ya en el an�lisis de las representaciones apri�tales de la procesi�n de
Opet. Desde
el Templo de Karnak sal�a la barca de Am�n, Mut y Jonsu en una procesi�n,
en tiempos de Amen-Hotep III, desde el III Pilono; una procesi�n que
tomaba las barcas en el r�o y a la siga sub�a esos 2 Km. hasta el Templo
de Luxor. Estas
barcas, que eran de una belleza inusual, verdaderamente espl�ndidas,
transportaban encima de ellas las barcas rituales de los dioses y adem�s
la barca ritual con la imagen del Ka real, del fara�n, de la que veremos
una representaci�n despu�s. Era una ense�a con dos brazos en alto, con
los nombres del fara�n. Se
puede ver a Tut-anj-Amon con los cartuchos de Horemheb recibiendo en el
Templo de Luxor, las barcas de la tr�ada divina. Igualmente podemos ver
en uno de los relieves la procesi�n con los sacerdotes llevando sobre sus
hombros una de las barcas de la tr�ada tebana, probablemente la de Mut.
Un detalle m�s de aproximaci�n de esta procesi�n. El
proceso de esta comitiva era absolutamente espl�ndido, porque todo el
pueblo de Tebas se encontraba en fiestas,
y con este motivo ten�an que establecerse servicios de orden. Se
pueden ver representaciones de personajes con bastones que tienen como
misi�n fundamentalmente el preservar que la comitiva no se vea impedida
por las manifestaciones de alegr�a del pueblo, pues era tal la alegr�a y
festividad que esta fiesta supon�a para el pueblo de Tebas. Esta
representaci�n que se ve en el relieve ( a duras penas pues la conservaci�n
es muy mala) muestra como en un estilo art�stico casi desconocido (el
escorzo es algo que se inventar� en el Renacimiento, pero es un posible
de �quasi� escorzo, dir�a yo), en el cual los que est�n tirando de
las cuerdas, van dando instrucciones a otros que llevan delante, atr�s o
arriba, para que faciliten las maniobras; se ve de manera clara, la
influencia del arte amarniense y la ruptura de esquemas, pero sobre todo,
la voluntad de reflejar lo m�s fielmente posible (como una pel�cula),
las escenas que se desarrollaban esos d�as con motivo de esta festividad,
m�s all� del ritual formal y de las posturas r�gidas de los faraones y
los dioses en sus posturas tradicionales. Podemos ver, asimismo, una
comitiva de soldados, que tambi�n formaba pare de la procesi�n, con sus
hachas, escudos y lanzas al estilo del Imperio Nuevo. La
representaci�n de unas danzas muy curiosas, de tipo ritual tambi�n,
realizadas por mujeres que se desempe�an tambi�n con motivo de los
jubileos del fara�n Amen-Hotep III y est�n representadas en alguna de
las tumbas de sus funcionarios, como la de Jeruef en el-Assasif; se ven
las piruetas que realizan estas mujeres, perfectamente coordinadas y
probablemente al ritmo de palmas o de alg�n instrumento musical que no
sabemos con precisi�n. Esta
procesi�n iba acompa�ada, adem�s, de c�nticos y fumigaciones, c�nticos
de sacerdotes que iban delante de las barcas y que iban entonando unas
salmodias con unas letras antiqu�simas, quiz� de la �poca de las pir�mides,
en las que alababan la uni�n del dios con la esposa divina. Esto
nos desvela, levemente, qu� es lo que pod�a acaecer en el interior del
templo durante esos 11 d�as � 24 d�as y algunos autores se decantan por
la posibilidad de que el fara�n y la gran esposa real desempe�ando, con
una especie de drama interpretado, los papeles del dios Am�n y de la
esposa divina y realizasen actos de uni�n carnal en el interior del
templo con finalidad m�gica, revitalizadora de todas las fuerzas que
conflu�an en la esencia del mundo; hac�an invocaciones para que la
sangre fuese poderosa y para que la tierra fuese f�rtil. En
otro de los relieves, que se ve a duras penas por su mala conservaci�n,
nos representa un cortejo de m�sicos entonando canciones y ta�endo
instrumentos, que por cierto son de muy rica validez para la reconstrucci�n
de los instrumentos t�picos de este momento; se ven instrumentos de
cuerda, de aire con flautas y de percusi�n. El
fara�n Tut-anj-Amon despidiendo, en ese caso, la procesi�n de Opet,
despu�s de la celebraci�n de las fiestas. En
la pared este de la gran columnata, de nuevo la procesi�n de las barcas
se dirige hacia el Templo de Karnak, en este caso mirando todas las
figuras hacia la salida, hacia el pilono de Rams�s II. En
otro relieve tenemos detalle de la procesi�n de las barcas. Todos
los relieves que se encuentran en este recinto, est�n siendo objeto de
reconstrucci�n por la Epigraphical Survey de la Casa Orientl de Chicago
en Luxor. Entre los trabajos que realizan, uno de ellos consiste en
recoger fragmentos desmontados de las paredes y reconstruir las distintas
las distintas representaci�n , como marchas procesionales,
rituales al dios Am�n, a la diosa Mut o al dios Jonsu; frisos con
los nombres del fara�n; adoraci�n y de rito del fara�n, todo ello a
base de ir insertando fragmentos de piedra. En el muro Oeste y Este hay unas escenas que se puede interpretar como la entrada al templo, pues parece que van remando en las barcas remontando el Nilo, y aparte de la direcci�n propia de las proas y las popas bajando hacia Karnak en la vuelta despu�s de la celebraci�n de la fiesta. PATIO SOLAR �EL BOSQUE DE LAS COLUMNAS�.- �Pero
qu� es lo que acaec�a en el interior del templo?. Sobrepasada
la columnata de Amen-Hotep III, nos encontramos ya en el interior del
patio solar, un patio peristilo que llama la atenci�n porque (actualmente
le llaman �el bosque de las columnas�), es el conjunto de
edificaciones del Impero Nuevo m�s bello. En
este patio lo que hac�a la procesi�n era una especie de deambulatorio
por puntos de la sala, referidos a los relieves que ten�an las propias
paredes, realizando h�bitos concretos, puesto que todos los restos de
relieves que quedan en la mitad de los muros bajos de esta sala, est�n
referidos a actos de adoraci�n y de culto del fara�n a Am�n-Ra, a Mut y
Jonsu. El
a�o pasado, por el mes de febrero aproximadamente, se empezaron a
encontrar una serie de estatuas en una �Cashette� que seg�n algunos
arque�logos parece ser el hallazgo m�s importante de Egipto, despu�s
del descubrimiento de la tumba de Tut-anj-Amon, en una sala del rinc�n
Suroeste cuyas columnas son de orden lotiforme cerrado. Intentando
hacer obras de ingenier�a para drenar las aguas de infiltraci�n que
amenazaban los cimientos de las columnas, excavaron unas fosas y cual fue
la sorpresa al encontrar una serie de estatuas bell�simas, casi todas de
finales de la Dinast�a XVIII, que estaban all� depositadas
cuidadosamente y nadie sabe por qu�. A
la fecha actual se han encontrado del orden de una treintena larga de
estatuas, pero el sigilo y el secreto con que el Servicio de Antig�edades
de Luxor lleva las investigaciones sobre el tema, hace pr�cticamente
inaccesible cualquier tipo de documentaci�n y por tanto las fotos que se
pueden sacar son de revistas especializadas dif�ciles de conseguir. Dentro
de las estatuas encontradas se halla la del fara�n Horemheb en actitud
oferente ante una estatua del dios Atum. La estatua de un �gaffir� del
Servicio limpiando cuidadosamente una estatua de la diosa Isis. El dios
Atum en una actitud t�pica de la iconograf�a divina del Egipto fara�nico,
sobre una especie de pedestal, lo que hace susceptible de ser adorado
transport�ndolo seg�n los sitos de los egipcios. Esta estatua,
probablemente sea de �poca de Amenofis III por el estilo y sus caracter�sticas. Entre otras estatuas encontradas tenemos la de un dios Am�n con la cabeza quitada y el fara�n protegido igualmente, probablemente Tut-anj-Amon. Una diosa que al no facilitarse la lectura de los cartuchos por el Servicio de Antig�edades, (pues cuidan de que se saquen las fotograf�as donde no se vea la inscripci�n), podr�a interpretarse como una diosa Amonet, que es la forma femenina del dios Am�n.
Hay
una tesis de Jean Lauffray, que fue director del Centro Franco-egipcio de
los templos de Karnak, es decir, hombre de solvencia, que dice que las �cashettes�,
los sitios donde se ocultan estaturas ya utilizadas, excesivamente
cargadas de energ�a seg�n los cultos y ritos egipcios, y digamos
excesivamente o no v�lidas o no utilizables y por tanto eran
necesariamente escondibles o con necesidad de meterlas en alg�n sitio de
seguridad. No veo mucha
viabilidad a esta tesis, pero la persona que la ha esbozado tiene
elementos de conocimiento suficientes para saber lo que dice. Sabemos que
las estatuas eran sometidas a exposici�n de rayos solares y rayos lunares
en momentos concretos de conjunciones astrales, que probablemente dado el
elemento de que estuvieran construidas, pudieran tener alg�n peligro de
carta y recarga de elementos de radiaci�n y que pod�an ser objeto,
obligatoriamente, de enterramiento. Esto se debe tomar con toda la cautela del mundo, pues no es m�s que una curiosidad. RECINTO SAGRADO.- Traspasado el patio peristilo solar, entramos en la puerta de construcci�n de �poca romana, donde se daba culto al emperador y culto a l |