EL TEMPLO DE LUXOR: LA TEBAS MERIDIONAL

 

Por D. Francisco J. Mart�n Valent�n.

Director del Instituto de Estudios del Antiguo Egipto.

correo: [email protected]

   Madrid, 12 de Abril de 1991.

 

Antes de nada decirles que el subt�tulo de la conferencia que dice �La Tebas Meridional�, se refiere concretamente a lo que su mismo t�rmino quiere indicar. Tebas, en el Imperio Nuevo (fundamentalmente es el per�odo que estamos analizando), tiene un desarrollo enorme como capital del Imperio y geogr�ficamente sus l�mites coinciden con las ciudades o templos de Medamud al Norte, Hermontis y Tod al Sur.

Estos tres lugares, dedicados al dios Montu, suponen los l�mites de la ciudad de Tebas en sus barrios m�s alejados, pero la gran urbe que fue la Tebas del final de la Dinast�a XVIII, se divid�a en dos ejes situados en la ribera oriental, evidentemente, que eran el conjunto de Am�n de Karnak y el Templo de Luxor, unido indefectiblemente a este otro edificio de Karnak del cual formaba parte, en funci�n del destino al que estaba vinculado el Templo de Luxor, que ahora vamos a ver.

El Templo de Luxor recib�a el nombre entre los antiguos egipcios de Ipet-Resit o lugar del Sur, �el har�n meridional� le llamaban; el lugar donde el dios Am�n iba a celebrar, una vez al a�o, la venida del a�o nuevo para ritualizar  una serie de ceremonias que supondr�an la regeneraci�n del poder real y de alguna manera, de todo el equilibrio, de todo el poder�o del propio Egipto, como cabeza del mundo civilizado.

El templo fue construido, fundamentalmente bajo dos faraones: Amen-Hotep III y Rams�s II.

Se presume que el arquitecto-jefe constructor del templo fue un personaje de mucha importancia llamado Amen-Hotep, hijo de Hapu, (del cual ya les he hablado en alguna conferencia), pero que a sus �rdenes debieron trabajar dos jefes de obras  llamados Suti y Hor. Lo sabemos porque ha parecido una estela en el patio solar que describe la ejecuci�n del templo por estos dos jefes de obras para Amen-Hotep III; 

pero adem�s supone un canto de teolog�a solar muy fuerte y muy importante, encontrado en el recinto de un dios, que es el dios Am�n que ten�a implicaciones solares, pero hecho en un momento en el que, como Uds. saben, ya hab�a grandes luchas intestinas en la casa real de Amen-Hotep III, preludiando lo que despu�s ser�a la gran ruptura de Aj-en-aten con el culto a su dios Iten.

B�sicamente el templo se compone, tanto en la estructura como en sus fases de ejecuci�n de las siguientes partes:

-         La parte m�s meridional del templo con el santo de los santos, lugar donde se encontraba la estatua del dios Am�n, del Am�n de Luxor (porque ten�a su estatua propia del Am�n de Luxor).

-         Una sala hip�stila anterior con almacenes laterales para contener objeto de culto.

-         Reposadero de la barca o capilla de la barca del dios Am�n de Karnak, que se depositaba aqu� con motivo de las festividades Opet que ya les mencionar�.

-         Una sala de ofrendas, lugar donde se ven las representaciones del fara�n Amen-Hotep III ofrendando el templo al dios.

-         En las dos salas de la parte este de la zona sur del templo, est�n dedicadas a representar la teogamia o nacimiento de origen divino del fara�n Amen-Hotep III, cuyo tema comentaremos.

-         En este lado est�n capillas adicionales del culto, dedicadas al culto del dios Am�n-Min.

-         La sala hip�stila era la sala de entrada donde entraba la barca real y la barca de Am�n y se depositaba luego en la capilla de la barca, en tanto que la de los dioses Jonsu y Mut, que era la familia de Am�n se quedaban depositadas en estos dos lados. Aqu� se hizo en �poca romana el lugar del culto de las escenas de las legiones destinadas en Luxor (saben que seg�n las creencias romanas ten�an cierta personalidad divina) y el lugar de culto del emperador.

-         La sala solar con peristilo y despu�s la gran sala columnada donde conclu�a el templo.

Las fases de construcci�n de Amen-Hotep III son: 

-         1� hace la fase interior.

-         2� despu�s construye el patio solar con un pilono delante.

-         3� le a�ade el gran propileo.

Rams�s II concluir� la obra haciendo otro patio peristilo, englobando en su construcci�n un edificio que es un reposadero de la barca (para las tres barcas) Am�n, Mut y Jonsu,  de �poca de Hatshepsut, una reina anterior de la Dinast�a XVIII; construye dos pilonos que dan fachada o entrada al templo, erigiendo dos obeliscos en la entrada y seis estatuas.

B�sicamente, �sta es la estructura del templo.

Ahora para ayudarles a plasmar un poco los datos, quiero tambi�n comentarles la gran fiesta Opet.

FIESTA OPET.- La fiesta Opet supon�a una celebraci�n de suma importancia, que se organizaba una vez al a�o con motivo de la crecida del Nilo, del a�o nuevo.

Esta fiesta ten�a la trascendencia fundamental de que supon�a, por el momento cronol�gico en que se realizaba, la esencia de la revificaci�n de todo el Valle del Nilo.

Si conocen Uds. el sistema de crecidas del r�o (ya no se produce por la presa de Assu�n), sabr�n que antes Egipto viv�a del Nilo, es decir, con motivo de la inundaci�n, de la subida de las aguas, era el momento en el que el pa�s volv�a a recuperar su vida.

Quiz� por este motivo, la fiesta de Opet (que por cierto dio lugar al nombre del mes en el que se desarrollaba �TAOPI� o �AOFI� en copto, que quiere decir la del mes de Opet) supon�a la garant�a de regeneraci�n del poder real y la garant�a de que una crecida nueva del Nilo, permitir�a sembrar, recoger, en una palabra, renovar la vida en Egipto.

La fiesta, como tal, no nos est� documentada con anterioridad a la �poca de la reina Hatshepsut en la Dinast�a XVIII, aunque sabemos que en el lugar donde se encontraba el Templo de Luxor, hab�a antes otro templo del Imperio Medio, de la Dinast�a XIII, edificado por Sebek-Hotep II, un fara�n tebano de esa �poca.

Lo que s� sabemos es que la fiesta de Opet, la fiesta m�s grande de todo el a�o, supon�a la salida de las tres barcas de Am�n, Mut y Jonsu del recinto de Karnak, para dirigirse 2 Km.. M�s al Sur al har�n meridional, lugar donde se un�an en fiesta el pueblo y el clero y se realizaban una serie de ritos, que no nos son conocidos puntualmente, en cuanto a su celebraci�n, pero que sabemos consist�an en la regeneraci�n del poder real y en la regeneraci�n del Am�n de Ipet del har�n meridional.

En tiempos de Tut-anj-Am�n, fecha a la que se refiere fundamentalmente la �poca del templo que estamos analizando, sabemos que esto se deb�a desarrollar hacia el segundo mes de la inundaci�n, coincidente con nuestro mes de septiembre actual.

En origen, anteriormente a Tut-anj-Am�n, la fiesta sal�a por v�a terrestre, desde el IV Pilono de aquella �poca de Karnak y recorr�a seis reposaderos de la barca, construidos por la reina Hatshepsut, hasta llegar al sexto que es el que est� recogido por el recinto de Rams�s II dentro del templo.

Posteriormente esta fiesta se desarroll� por v�a fluvial, que es lo que b�sicamente est� recogido en el Templo de Luxor. En este templo se encuentra en uno de los pilonos de Rams�s II una mezquita encastrada en el recinto, llamada de Abu el-Haggag de culto popular muy acendrado en Luxor, que no ha sido posible retirar de este lugar, de manera que debajo del edificio de la mezquita todav�a no se ha excavado, ni se sabe qu� es lo que hay.

Este personaje de Abu Haggag representa hoy en el folklore y en la cultura del pueblo de Luxor los restos remot�simos de esta fiesta de Opet. Una vez al a�o, por el mes de julio aproximadamente, coincidente con la tradicional fiesta de Opet, saca el pueblo de Luxor en procesi�n unas barcas del Templo de Luxor en un festejo que ni ellos mismos realmente saben a qu� obedece, pero que estudiada la historia, nos indica, claramente, que es el eco lejano de aquella fiesta de Opet, aquella fiesta grande.

Detr�s de la mezquita de Ab� el-Haggag est� la columnata procesional de Amen-Hopis III, la sala solar y detr�s la parte m�s intima del templo.

 

PILONOS DE Rams�s II.-

 

En los pilonos de Rams�s II se encuentra relatado, una vez m�s, la batalla de Kadesh.

Hay cinco versiones conocidas de esta batalla en cinco templos c�lebres de Egipto.

-         Uno es �ste.

-         Otro es el Templo de Karnak.

-         El Ramesseum, un edificio de Rams�s II.

-         El templo funerario de Rams�s II en Abydos

-         Y el Templo de Abu Simbel.

En esta batalla se enfrentaron de manera casi definitiva los hititas, potencia oriental o asi�tica del momento contra Egipto, sin que ninguna de las dos potencias vencieran definitivamente esta batalla. Rams�s II cuenta la historia acaecida de otro modo, diciendo que el dios Am�n le ayud� en la batalla y gracias a eso Egipto se salv�.

Este relato est� reflejado en estos pilonos, en la parte exterior. La avenida de crio esfinges que un�a el Templo de Karnak con el Templo de Luxor, ten�a 2 Km.. De longitud y las esfinges eran, en origen, todas de Amen-Hotep IV ( en este caso, las que tenemos aqu� son de la Dinast�a XXX de Nectanebo I, ya tard�as).

La fachada del pilono del Templo de Luxor recog�a dos elementos de culto solar que eran los obeliscos, puesto que el otro est� en la Plaza de la Concordia en Par�a, a donde fue llevado en 1836 como regalo a Carlos V por Mohamed Ali y sus colosos, dos sentados y cuatro de pie (solamente queda uno de pie en el masivo oeste del pilono y los dos sentados de la entrada) que eran objeto del culto popular hacia el fara�n Rams�s II como representaci�n del Ka del fara�n. El Ka saben Uds. que es el esp�ritu, el alma de las personas, seg�n la concepci�n egipcia.

-Tenemos la pared este de la Sala de Rams�s II con el pilono donde hay otros fragmentos de la batalla de Kadesh y el relato de campa�as contra los libios que tambi�n llev� a cabo este fara�n.

-Por fin, el resto del templo, construido o achacado a Amen-Hotep III, donde empieza la columnata, la sala solar y el fondo la parte m�s �ntima del templo.

-Hab�amos dicho antes que Rams�s II recoge en el patio peristilo que cierra con sus pilonos, unos reposaderos de las barcas de la �poca de la reina Hatshepsut. Quiz� el tener que asumir dentro de la construcci�n del templo este reposadero es lo que haya obligado al fara�n Rams�s II a desviar el eje del templo, que es una de las caracter�sticas que normalmente tiene este templo de otro cualquiera.

Normalmente los ejes de los templos van de Este a Oeste o Norte-Sur sin desviaci�n, aqu� hay una ligera desviaci�n obligada, probablemente por la necesidad de recoger en su recinto este desembarcadero.

En el centro reposaba la barca de Am�n, a la derecha la barca de Mut y a la izquierda la barca de Jonsu en un ritual previo a la entrada del santuario del templo.

 

PATIO DE RAMS�S II.-

 

Traspasado el Recinto de los pilonos, nos encontramos con la mezquita de Ab� el-Haggag a la izquierda dentro del templo y vamos a pasar al interior de la sala hip�stila de Rams�s II.

El coloso que est� al pie de las columnas de Amen-Hotep III, es una representaci�n de Rams�s II, tambi�n objeto de culto, en tanto en representaci�n del Ka real.  Este culto dado a estas estatuas era una manifestaci�n muy puntual, muy vinculada a los ritos que se desarrollaban en el interior de este templo.

Rams�s II era un fara�n con unas ansias de megaloman�a enormes. Sabemos que ha recogido gran cantidad de monumentos por todo Egipto, los ha usurpado y les ha puesto sus cartuchos. Eso acontece con las estatuas de Amen-Hotep III en las que ha puesto su cartucho debajo.

En ese patio, Rams�s II recoge escenas de la celebraci�n de la fiesta de Opet durante su reinado y hace menci�n de las fiestas de inauguraci�n del pilono de la entrada.

Tambi�n se ve la procesi�n de 17 hijos o pr�ncipes reales de Rams�s II en los actos de inauguraci�n de este templo, en una parte del pilono de esta sala, representados con la perspectiva propia de los egipcios.  Se puede apreciar como colocan los colosos de perfil, en vez de ponerlos de frente, porque el frente para ellos era irrepresentable seg�n sus c�nones ortodoxos.

El pilono en los templos era una representaci�n de corte solar, que ven�a a simbolizar las colinas por donde aparece y desaparece el astro solar: Jepri al amanecer, Ra en el cenit y Atum al atardecer

En la Sala de Rams�s II se puede apreciar un coloso tambi�n usurpado. Escenas de las procesiones de la fiesta de Opet en �poca de Rams�s II, as� como uno de los bueyes para el sacrificio, especialmente cebado para estas ocasiones.

Los egipcios no hac�an representaciones jam�s, ni hac�an manifestaciones rituales o formales gratuitas, siempre ten�an su significado m�gico o religioso. As� entre la cornamenta del buey hay la cabeza de un nubio, de un personaje africano. Con el abatimiento de un buey en medio de un sacrificio ritual, tambi�n se pretend�a que se quitaba poder y energ�a a un enemigo tradicional de Egipto, en este caso el nubio que iba en la cornamenta del animal; probablemente se celebrar�a la misma ceremonia respecto al resto de los tradicionales enemigos de Egipto, los Nueve Arcos, es decir, otras ocho representaciones, adem�s de �sta, de enemigos tradicionales asi�ticos y africanos.

Desde la columnata de Amen-Hotep III se puede ver la perspectiva de la mezquita de Abu el-Haggag. Existe una diferencia de nivel del suelo original antes de las excavaciones hace cien a�os, para limpiar el templo, al estado actual del mismo, como consecuencia de las inundaciones de limo y sedimentaciones del barro dejado por las inundaciones todos los a�os.

El Templo de Luxor estaba habitado cuando el Servicio de Antig�edades tuvo que regenerarlo totalmente a base de mucho esfuerzo y muchas discusiones en Luxor.

 

COLUMNATA DE AMEN-HOTEP III:

 

En la entrada de la columnata de Amen-Hotep III, era el lugar donde originalmente terminaba el templo en la �poca de este fara�n; hay como una especie de pilonos o grandes portones que serv�an para cerrar el recinto del templo en esta �poca.

Rams�s II erige una serie de estatuas y lo que hace es retallar los cartuchos de todos los faraones que se encuentran de ah� para adentro que no sean Amen-Hotep III u Horemheb, al efecto de atribuirse decoraciones que no le corresponden, porque la columnata est� decorada, totalmente, en �poca de Tut-anj-Amon (todos los relieves son de Tut-anj-Amon) usurpados en parte por Horemheb y concluidos por Sethi I, el padre de Rams�s II.

Otra perspectiva del coloso de Rams�s II que recoge la potencia del Ka real al cual estaba �ntimamente unido.

La regeneraci�n del Ka del rey es tan importante, desde el punto de vista del equilibrio de fuerzas del Maat,  que entend�an los egipcios que en su figura converg�a toda la salubridad, toda la potencia y todo el poder del propio Egipto, de manera que regenerada la fuerza vital del fara�n, se regenerar�a igualmente, el poder�o y la fuerza del Valle del Nilo.   

En el asiento en el que se encuentra el fara�n Rams�s II se ve, en la parte lateral la escena de uni�n de las tierras, dos personajes con pechos femeninos, que son, ni m�s ni menos, que representaciones del dios Nilo. Hapi, uniendo con el loto y el papiro las Dos Tierras, una ceremonia ancestral de unificaci�n que tambi�n era garant�a de seguridad para todo Egipto. Esta ceremonia se llamaba Sema-Taui �la uni�n de las tierras�.

La Sala Columnada de Amen-Hotep III, recoge mejor que ning�n otro monumento conocido, el desarrollo de las procesiones de la fiesta de Opet, que no de las ceremonias, porque no figuran en ning�n lado.

En el muro oeste de la sala figura la procesi�n viniendo del Templo de Karnak hacia el recinto del Templo de Luxor, en tanto que en el muro contrario, en el este, figura la salida de las procesiones de las barcas hacia Karnak, despu�s de concluir el festival de Opet. El festival de Opet duraba 11 d�as en tiempos de Amen-Hotep III y paulatinamente se fue alargando hasta llegar a 24 d�as en �poca de Rams�s III de la Dinast�a XX, unos 200 a�os despu�s.

Traspasado el p�rtico que da acceso a la columnata hay unas parejas de representaciones de los dioses Am�n y Amonet o Am�n y Mut, bajo los aspectos de faraones, como en este caso de Horemheb.

�Por qu� esta asimilaci�n?. Es un acto m�s, una prueba m�s, un deseo m�s por parte de los faraones, de asumir la esencia de la divinidad para reforzarse con esta asunci�n en el ejercicio de su poder durante ese a�o hasta el a�o siguiente en la siguiente fiesta de Opet.

Tambi�n podemos ver una imagen de Tut-anj-Amon bajo el aspecto de Am�n, con las dos plumas y el casquete.

 

REPRESENTACIONES PARIETALES DE LA SALA COLUMNADA DE AMEN-HOTEP III.-

 

Entramos ya en el an�lisis de las representaciones apri�tales de la procesi�n de Opet.

Desde el Templo de Karnak sal�a la barca de Am�n, Mut y Jonsu en una procesi�n, en tiempos de Amen-Hotep III, desde el III Pilono; una procesi�n que tomaba las barcas en el r�o y a la siga sub�a esos 2 Km. hasta el Templo de Luxor.

Estas barcas, que eran de una belleza inusual, verdaderamente espl�ndidas, transportaban encima de ellas las barcas rituales de los dioses y adem�s la barca ritual con la imagen del Ka real, del fara�n, de la que veremos una representaci�n despu�s. Era una ense�a con dos brazos en alto, con los nombres del fara�n.

Se puede ver a Tut-anj-Amon con los cartuchos de Horemheb recibiendo en el Templo de Luxor, las barcas de la tr�ada divina. Igualmente podemos ver en uno de los relieves la procesi�n con los sacerdotes llevando sobre sus hombros una de las barcas de la tr�ada tebana, probablemente la de Mut. Un detalle m�s de aproximaci�n de esta procesi�n.

El proceso de esta comitiva era absolutamente espl�ndido, porque todo el pueblo de Tebas se encontraba en fiestas,  y con este motivo ten�an que establecerse servicios de orden. Se pueden ver representaciones de personajes con bastones que tienen como misi�n fundamentalmente el preservar que la comitiva no se vea impedida por las manifestaciones de alegr�a del pueblo, pues era tal la alegr�a y festividad que esta fiesta supon�a para el pueblo de Tebas.

Esta representaci�n que se ve en el relieve ( a duras penas pues la conservaci�n es muy mala) muestra como en un estilo art�stico casi desconocido (el escorzo es algo que se inventar� en el Renacimiento, pero es un posible de �quasi� escorzo, dir�a yo), en el cual los que est�n tirando de las cuerdas, van dando instrucciones a otros que llevan delante, atr�s o arriba, para que faciliten las maniobras; se ve de manera clara, la influencia del arte amarniense y la ruptura de esquemas, pero sobre todo, la voluntad de reflejar lo m�s fielmente posible (como una pel�cula), las escenas que se desarrollaban esos d�as con motivo de esta festividad, m�s all� del ritual formal y de las posturas r�gidas de los faraones y los dioses en sus posturas tradicionales. Podemos ver, asimismo, una comitiva de soldados, que tambi�n formaba pare de la procesi�n, con sus hachas, escudos y lanzas al estilo del Imperio Nuevo.

La representaci�n de unas danzas muy curiosas, de tipo ritual tambi�n, realizadas por mujeres que se desempe�an tambi�n con motivo de los jubileos del fara�n Amen-Hotep III y est�n representadas en alguna de las tumbas de sus funcionarios, como la de Jeruef en el-Assasif; se ven las piruetas que realizan estas mujeres, perfectamente coordinadas y probablemente al ritmo de palmas o de alg�n instrumento musical que no sabemos con precisi�n.

Esta procesi�n iba acompa�ada, adem�s, de c�nticos y fumigaciones, c�nticos de sacerdotes que iban delante de las barcas y que iban entonando unas salmodias con unas letras antiqu�simas, quiz� de la �poca de las pir�mides, en las que alababan la uni�n del dios con la esposa divina.

Esto nos desvela, levemente, qu� es lo que pod�a acaecer en el interior del templo durante esos 11 d�as � 24 d�as y algunos autores se decantan por la posibilidad de que el fara�n y la gran esposa real desempe�ando, con una especie de drama interpretado, los papeles del dios Am�n y de la esposa divina y realizasen actos de uni�n carnal en el interior del templo con finalidad m�gica, revitalizadora de todas las fuerzas que conflu�an en la esencia del mundo; hac�an invocaciones para que la sangre fuese poderosa y para que la tierra fuese f�rtil.

En otro de los relieves, que se ve a duras penas por su mala conservaci�n, nos representa un cortejo de m�sicos entonando canciones y ta�endo instrumentos, que por cierto son de muy rica validez para la reconstrucci�n de los instrumentos t�picos de este momento; se ven instrumentos de cuerda, de aire con flautas y de percusi�n.

El fara�n Tut-anj-Amon despidiendo, en ese caso, la procesi�n de Opet, despu�s de la celebraci�n de las fiestas.

En la pared este de la gran columnata, de nuevo la procesi�n de las barcas se dirige hacia el Templo de Karnak, en este caso mirando todas las figuras hacia la salida, hacia el pilono de Rams�s II.

En otro relieve tenemos detalle de la procesi�n de las barcas.

Todos los relieves que se encuentran en este recinto, est�n siendo objeto de reconstrucci�n por la Epigraphical Survey de la Casa Orientl de Chicago en Luxor. Entre los trabajos que realizan, uno de ellos consiste en recoger fragmentos desmontados de las paredes y reconstruir las distintas las distintas representaci�n , como marchas procesionales,  rituales al dios Am�n, a la diosa Mut o al dios Jonsu; frisos con los nombres del fara�n; adoraci�n y de rito del fara�n, todo ello a base de ir insertando fragmentos de piedra.

 En el muro Oeste y Este hay unas escenas que se puede interpretar como la entrada al templo, pues parece que van remando en las barcas remontando el Nilo, y aparte de la direcci�n propia de las proas y las popas bajando hacia Karnak en la vuelta despu�s de la celebraci�n de la fiesta.

 

PATIO SOLAR �EL BOSQUE DE LAS COLUMNAS�.-

 

�Pero qu� es lo que acaec�a en el interior del templo?.

Sobrepasada la columnata de Amen-Hotep III, nos encontramos ya en el interior del patio solar, un patio peristilo que llama la atenci�n porque (actualmente le llaman �el bosque de las columnas�), es el conjunto de edificaciones del Impero Nuevo m�s bello.

En este patio lo que hac�a la procesi�n era una especie de deambulatorio por puntos de la sala, referidos a los relieves que ten�an las propias paredes, realizando h�bitos concretos, puesto que todos los restos de relieves que quedan en la mitad de los muros bajos de esta sala, est�n referidos a actos de adoraci�n y de culto del fara�n a Am�n-Ra, a Mut y Jonsu.

El a�o pasado, por el mes de febrero aproximadamente, se empezaron a encontrar una serie de estatuas en una �Cashette� que seg�n algunos arque�logos parece ser el hallazgo m�s importante de Egipto, despu�s del descubrimiento de la tumba de Tut-anj-Amon, en una sala del rinc�n Suroeste cuyas columnas son de orden lotiforme cerrado.

Intentando hacer obras de ingenier�a para drenar las aguas de infiltraci�n que amenazaban los cimientos de las columnas, excavaron unas fosas y cual fue la sorpresa al encontrar una serie de estatuas bell�simas, casi todas de finales de la Dinast�a XVIII, que estaban all� depositadas cuidadosamente y nadie sabe por qu�.

A la fecha actual se han encontrado del orden de una treintena larga de estatuas, pero el sigilo y el secreto con que el Servicio de Antig�edades de Luxor lleva las investigaciones sobre el tema, hace pr�cticamente inaccesible cualquier tipo de documentaci�n y por tanto las fotos que se pueden sacar son de revistas especializadas dif�ciles de conseguir.

Dentro de las estatuas encontradas se halla la del fara�n Horemheb en actitud oferente ante una estatua del dios Atum. La estatua de un �gaffir� del Servicio limpiando cuidadosamente una estatua de la diosa Isis. El dios Atum en una actitud t�pica de la iconograf�a divina del Egipto fara�nico, sobre una especie de pedestal, lo que hace susceptible de ser adorado transport�ndolo seg�n los sitos de los egipcios. Esta estatua, probablemente sea de �poca de Amenofis III por el estilo y sus caracter�sticas.  

Entre otras estatuas encontradas tenemos la de un dios Am�n con la cabeza quitada y el fara�n protegido igualmente, probablemente Tut-anj-Amon. Una diosa que al no facilitarse la lectura de los cartuchos por el Servicio de Antig�edades, (pues cuidan de que se saquen las fotograf�as donde no se vea la inscripci�n), podr�a interpretarse como una diosa Amonet, que es la forma femenina del dios Am�n.

Otra es de una diosa-cobra con cabeza datada en la fecha del reinado de Osork�n III, Dinast�a XXV, aproximadamente, en el 400 y pico � 500 a.C., que, al menos, nos hace adivinar de ciertas posibilidades del porqu� del escondite de estas estatuas.

Al inicio de la excavaci�n, cuando empiezan a salir las estatuas de la �poca de Amen-Hotep III, hay quien sugiere que �stas se escondieron por motivo de la persecuci�n de Aj-en-Aton, pero esto se descarta posteriormente por cuanto la dataci�n de estas estatuas y de algunas otras de la �poca de Horemheb, hace imposible por razones cronol�gicas que esto sea as�. Sigue siendo un misterio porqu� estas estatuas se escondieron en ese lugar.

 

Hay una tesis de Jean Lauffray, que fue director del Centro Franco-egipcio de los templos de Karnak, es decir, hombre de solvencia, que dice que las �cashettes�, los sitios donde se ocultan estaturas ya utilizadas, excesivamente cargadas de energ�a seg�n los cultos y ritos egipcios, y digamos excesivamente o no v�lidas o no utilizables y por tanto eran necesariamente escondibles o con necesidad de meterlas en alg�n sitio de seguridad.

No veo mucha viabilidad a esta tesis, pero la persona que la ha esbozado tiene elementos de conocimiento suficientes para saber lo que dice. Sabemos que las estatuas eran sometidas a exposici�n de rayos solares y rayos lunares en momentos concretos de conjunciones astrales, que probablemente dado el elemento de que estuvieran construidas, pudieran tener alg�n peligro de carta y recarga de elementos de radiaci�n y que pod�an ser objeto, obligatoriamente, de enterramiento.

Esto se debe tomar con toda la cautela del mundo, pues no es m�s que una curiosidad.

 

RECINTO SAGRADO.- Traspasado el patio peristilo solar, entramos en la puerta de construcci�n de �poca romana, donde se daba culto al emperador y culto a l