LA REAPERTURA DE LA TUMBA DE HOR-EM-HEB,

EN EL VALLE DE LOS REYES.

 

En los próximos meses, el Servicio de Antigüedades egipcio, tienen previsto abrir de nuevo la tumba del rey Hor-em-heb, situada en la necrópolis real del Valle de los Reyes. El rey Hor-em-heb, fue el último de los reyes de la gloriosa dinastía XVIII. Militar de carrera, llegó al poder y a sentarse en el trono de las Dos Tierras, por haber intrigado, formando parte, sin duda,  de la conjura que terminó con la vida del joven y legítimo rey Tut-Anj-Amón. A la muerte de este último y tras hacer también desaparecer a Ay, el otro gran conjurado de esta  trama política, se hizo con el gobierno de Egipto. Hor-em-heb, ya como nuevo soberano del país de las Dos Tierras, gobernó con mano férrea, al menos durante 18 años según algunos autores, devolviendo  a  Kemet, algo del esplendor de épocas pasadas.

Las dos tumbas de Hor-em-Heb, aún guardan parte de esta belleza y magnificencia. La primera, situada en Sakkara, que data de la época en la que sólo era General del Ejercito de Tut-Anj-Amon y la segunda ( la que nos ocupa), de cuando ya era rey, localizada en la necrópolis real del Valle de los Reyes.

Esta última, conserva en su interior una de las estampas pictóricas más bellas de toda la necrópolis, había sufrido en los últimos años, un proceso de deterioro que amenazaba muy seriamente su conservación, dada la gran afluencia turística al monumento. Este proceso destructivo se vio incrementado durante la década de los 90 cuando el Valle de los Reyes sufrió una serie de lluvias torrenciales que inundaron muchas de las tumbas reales entre las que se encontraba la de Hor-em-heb.

El proyecto de conservación se ha realizado en varias fases. En un primer momento se tuvo que hacer un secado de urgencia. Posteriormente se evaluaron los daños que habían producido las inundaciones y se tomó la resolución de variar la entrada original, desplazándola hacia la derecha, evitando así, que futuras riadas penetraran en el monumento. Otro apartado fundamental en este proceso restaurador, ha sido el capitulo de la conservación de las pinturas. Una limpieza profunda, ha sacado a la luz la intensidad de los colores que los antiguos artistas egipcios plasmaron hace mas de cuatro milenios. Para protegerlas, se ha dotado a toda la tumba de paneles de cristal, y se han llevado obras en su suelo, colocando una tarima de madera para evitar que el polvo producido por las pisadas de los visitantes se fije de nuevo en las pinturas de las paredes. También se han realizado obras de acondicionamiento en la sala denominada M . Dicha sala, que comunica con la  “Cámara del Oro” aún permanecía, desde su descubrimiento, sin ser liberada de los escombros. Por último, un nuevo sistema de iluminación recrea el ambiente perfecto para que esta tumba se convierta de nuevo en una de las más hermosas existentes en la necrópolis del Valle de los Reyes.

 

Luxor, 3 de Enero de 2001.