IN MEMORIAM  JEAN PHILIPPE LAUER

(5-5-1902/ 15-5-2001)

La agencia de noticias EFE ha comunicado con fecha 16 de Mayo el fallecimiento de Jean Philippe Lauer. 

Con la desaparición de este ilustre egiptólogo se cierra el capítulo de la historia de la egiptología "heroica". Su pérdida es un irreparable quebranto para el mundo egiptológico. 

No siempre bien comprendido, ni suficientemente reconocido como egiptólogo, Mr.Lauer fue un personaje que hizo de su vida un sueño. En su último libro (resumen y reflexión final de su larga vida dedicada a la investigación y restauración del conjunto del rey Dyeser),  el venerable anciano decía despertar de ese sueño en el que había transcurrido su vida. Este reflejo de repentina lucidez podría haber sido el anuncio de su triste desaparición. 

Jean Philippe Lauer visitó Madrid dos veces. La primera en el año 1959. La segunda, del 18 al 21 de Mayo de 1995, para recibir un merecido homenaje a su trayectoria vital y profesional. 

Durante ésta, su última estancia en Madrid,  un reducido grupo de amigos tuvimos el incomparable honor de gozar de su trato personal y escuchar sus sabias palabras. En el curso de una íntima conversación, mientras relataba sus innumerables experiencias en Egipto y fuera de Egipto; sus vivencias con los grandes personajes de la egiptología que él había conocido,  ya fallecidos hacía largo tiempo; sus ansias y sus anhelos, y el relato del sacrificio que su familia debió sobrellevar para permitirle llevar a cabo su sueño, recuerdo que,  a mi pregunta: Sr. Lauer, ¿ha merecido la pena?, él se quitó sus gafas, secó con sus arrugados dedos las lágrimas de emoción que surgían de sus luminosos ojos azules,  y mirándome, contestó: Si volviera a nacer, volvería a hacer lo mismo. No me arrepiento de nada.

Todos los presentes conocimos en aquel instante cómo es la grandeza humana cuando un "gigante" se alza para reivindicar su epopeya.

Hoy, sólo queda guardar en nuestra memoria la inconmensurable dimensión moral y personal de este "gigante" de la egiptología; proclamar la  predestinación en la que él creía, que le hizo vivir y morir por un rincón de Sakara,  y tomar ejemplo de su vida de sacrificio, renuncia y entrega sin límites a una misión.

Desde hoy mismo,  se podrá contemplar, al amanecer y  al anochecer,  la silueta del enjuto alsaciano recorriendo por toda la eternidad,  junto a su señor, el Horus Netchery-Jet Dyeser ,  el conjunto funerario que una vez, construyó para su rey y otra, redescubrió para todos nosotros.

Descanse en paz.

 

Madrid, 16 de Mayo de 2001.

 

Francisco Martín Valentín.

Director del I.E.A.E.