La medicina en el Antiguo Egipto.

Por Dr. Jos� Ignacio Velasco Montes.

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EL EGIPTO GEOGR�FICO.

Egipto era un pa�s con un entorno manifiestamente hostil para sus habitantes. Era �Un don del Nilo�, pero ese mismo don[1] era un claro problema sanitario. El Nilo era llamado por los antiguos egipcios como �el gran r�o� y fue divinizado, pasando a ser el �Petri Nilo o Hapy Nilo�.

Figura 1.- Las dos orillas del Nilo.

Situado a lo largo de la vega del r�o m�s largo del mundo, el Nilo, no es sino una franja acu�tica que corta en dos partes una gran extensi�n de desierto y monta�as creando un h�bitat est� formado por una zona externa, el desierto o Desheret, �el rojo� y un breve espacio interior que establecen el r�o Nilo y una f�rtil y estrecha zona de tierra cultivable en ambas riberas, que es realmente Kemet, �la negra�, por el color de su rico suelo, resultado del ancestral dep�sito de aluvi�n que, a lo largo de siglos, ha aportado el gran r�o creando un �rea f�rtil con  una extensi�n total en torno a los 36.000 Km2. En ambas partes, tanto en el desierto cuando viv�an cerca de �l o ten�an que atravesarlo en caravanas, como en las zonas pr�ximas a la orilla, la agresi�n de la naturaleza a sus habitantes era manifiesta: 

1.- Luz cegadora.

2.- Polvo de arena y frecuentes Jamsin. 

3.- Manifiesto calor de d�a y acusado fr�o por la noche. 

4.- La existencia de un agradable r�o con, a veces abundante agua, pero plena de par�sitos, mosquitos, moscas y otros muchos insectos transmisores de enfermedades.

5.- Toda una amplia serie de peligros traum�ticos potenciales por lo agreste de la misma naturaleza, el trabajo de naturaleza manual y sin medios auxiliares y la continua lucha para sobrevivir. 

6.- Una alimentaci�n a veces abundante, pero con una gran monoton�a en la dieta o, en ocasiones, hambrunas generalizadas como consecuencia de grandes descensos de las crecidas del r�o o de todo lo contrario, con inundaciones tan intensas que el alto nivel alcanzado por el agua lo anegaba todo y se perd�an las cosechas. Debido a estas causas se han encontrado momias con se�ales de emaciaci�n, consunci�n y depauperaci�n, pero curiosamente no de raquitismo ya que, debido a la sempiterna presencia del sol, no es un cuadro cl�nico t�pico del �Pa�s de las Dos Orillas� y s� se encuentran se�ales de haber padecido largos periodos de hambre. 

7.- De gran importancia en la existencia de enfermedades de diversa naturaleza, causadas por la propagaci�n debida a insectos de diferentes tipos, se deben al material usado en la construcci�n de las viviendas, generalmente hechas de adobe, un material refractario y aislante, lo que era de gran ayuda para aislarse del calor y el fr�o, pero al ser una mezcla de barro y paja picada, constitu�an una magn�fica base para el anidamiento de toda clase se insectos, como piojos, pulgas y otros artr�podos. La existencia de ratas, debida a la proximidad de residuos de los pueblos, hac�a de estos roedores otros habituales transmisores de enfermedades. Hasta tal punto era as� que los adobes se han usado, y se usan, como abono para las tierras, lo que ha hecho desaparecer muchos vestigios de yacimientos arqueol�gicos que hubieran ofrecido, sin duda, una gran riqueza de datos sobre la forma de vivir de la gente del pueblo, un aspecto poco conocido del Antiguo Egipto.

8.- La existencia de una amplia fauna de animales e insectos con posibilidades de manifiesto peligro en el agua y en la tierra: cocodrilos, hipop�tamos, serpientes, escorpiones, alacranes, ratas, leones, hienas, abejas, moscas, avispas y un largo etc�tera de nefastas posibilidades de agresiones en la vida corriente. 

Figura 2.- El Nilo divide Egipto en dos partes

A causa de este entorno agresivo, era end�mica, y en ocasiones epid�mica, la existencia de toda una serie de enfermedades locales {recordemos las �plagas� que, a veces, asolaban el pa�s} provocadas por la existencia de microorganismos y macroorganismos como: esquistosomiasis {bilarziosis}, poliomielitis, lehismaniosis,  gota, lepra, afecciones virales como la poliomielitis, reumatismos, oncolog�a (neoplasias), arteriosclerosis y otras afecciones vasculares, tracoma, t�tanos, malaria (paludismo), anemias, tuberculosis, micosis, parasitosis intestinales por tenias, vermes y helmintos, bacterias y bacilos, etc�tera, que penetraban tanto por el agua ingerida como por la piel al trabajar o pasar por tierra secas y sobre todo por las h�medas como el barro, las ci�nagas o al mojarse en el mismo r�o Nilo y en los abundantes canales y marismas de la zona del Delta.

 

A estas enfermedades se a�ad�an los continuos traumatismos de la vida cotidiana causados por el trabajo, los traslados, el hogar, la caza, la pesca y una alimentaci�n, siempre portadora de arena que daba lugar a un prematuro desgaste dental y a sus graves consecuencias para la salud y la alimentaci�n. 

Debido a los citados factores de insalubridad, a los frecuentes traumatismos por accidentes laborales y a otros como los embarazos y partos, y una alta mortalidad infantil en los primeros a�os, la expectativa de vida era breve, siendo excepcional aquellos que llegaban a los 35 a�os [siendo la media de vida de 35 a�os para los hombres y de 30 para las mujeres por la desviaci�n estad�stica que produc�a el parto] Todo ello llevaba a sarc�fago, m�s o menos bello, con cierta premura. La poblaci�n era, en tiempos del Imperio Antiguo, en torno al mill�n y medio de personas[2] y, debido a los citados problemas, el incremento demogr�fico era lento e inseguro, pues se alternaban estaciones con buenas cosechas con manifiestas �pocas de hambrunas o epidemias que se traduc�an en claros descensos de poblaci�n. 

Figura 3. Sarc�fago.

LA INVESTIGACI�N Y  SUS POSIBILIDADES EN LA ACTUALIDAD.

 

La actual situaci�n de investigaci�n sobre grandes cantidades de momias, en lo que se ha dado en llamar �autopsias a momias�, ostensiblemente mostradas por la TV de forma cotidiana se iniciaron anta�o con el examen macrosc�pico de los restos en sesiones que llegaron a ser p�blicas bajo el curioso nombre de �Sesi�n de quitar las vendas a una momia� y que eran un acontecimiento social que se anunciaba en los peri�dicos. Sin embargo, con el tiempo se ha llegado a la posibilidad de emplear las nuevas t�cnicas de radiolog�a, esc�ner, T.A.C., R.M.N., etc�tera  o el perfeccionamiento de las t�cnicas de inspecci�n por endoscopias utilizando la fibra de vidrio como �ptica y la posibilidad de emplear el instrumental adjunto para la toma de muestras de tejidos para posteriores an�lisis en el campo de la paleohistolog�a, la bioqu�mica y la biolog�a molecular.

Figura 4.- La momia de Tut-Anj-Am�n en el T.A.C.

Figura 5.- T.A.C. de cuerpo de Tut-Anj-Am�n.

A todo ello se puede a�adir el enorme paso adelante dado por la especializaci�n en temas afines y de gran utilidad para la egiptolog�a, como la paleopatolog�a forense y toda una serie de especialidades cuyo inicio es �paleo o antropos�, de las que podr�amos citar una larga lista, pero b�stenos con las citadas a las que se le puede a�adir, por su incremento de uso, que es la paleodontolog�a [con gran aportaci�n de datos no s�lo de la dentadura en s� misma, sino tambi�n una gran informaci�n sobre el h�bitat y el r�gimen alimenticio

[3] van dando un manifiesto avance en los conocimientos y en la seguridad de �stos.   Las nuevas disciplinas de estudio del sexo para observar a partir de restos �nfimos, permiten el estudio de aspectos como localizaci�n y seguimiento de familias y movimientos de migraci�n y encontrar relaciones entre etnias. 

Figura 6.- Radiograf�a oral de una momia.

Y para colaborar en todo ello y disponer de un a�n m�s amplio abanico de posibilidades de comprobaci�n de supuestos, tenemos a nuestra disposici�n sofisticadas t�cnicas de laboratorio como el Carbono 14 (C14) para la dataci�n del tiempo transcurrido o el estudio del ADN a partir de restos �nfimos [aunque con limitaci�n en el tiempo en el caso de las momias egipcias debido al calor, que anda en torno a un l�mite de m�s o menos 300 a 500 a�os; mientras que en hielo el periodo aprovechable es muy superior, de miles de a�os {datos en discusi�n y sin verificar con exactitud}

A todo lo dicho hasta ahora y para completar ese rico arsenal de posibilidades a favor del egipt�logo y de los arque�logos en general, hay que sumar los cada d�a m�s perfeccionados sistemas de espectr�grafos de gases, espectrofotometr�a, la microbiolog�a con sus cultivos desde bacterias a hongos y levaduras, pasando por potentes microscopios electr�nicos como complemento y ayuda a la citada paleohistolog�a, las enfermedades por virus y otras afecciones en las que el tama�o del causante es m�s que �nfimo, como las nanobacterias, por poner un ejemplo.

Y, no lo olvidemos, tan importante como todo lo dicho, debemos recordar el factor humano, la capacidad de investigaci�n y especializaci�n de miles de personas en todas estas disciplinas: hist�logos, anatomopat�logos, microbi�logos, qu�micos y bioqu�micos, radi�logos, estomat�logos, pat�logos forenses, historiadores, arque�logos y fil�logos y un largo etc�tera de especialidades, cuyo aprendizaje es con cada minuto, con cada d�a, un poco m�s dif�cil pues exige un sacrificio permanente para mantenerse al d�a en la constante renovaci�n de conocimientos y t�cnicas. Este conjunto de factores ha llevado, y nos sigue llevando inexorablemente, a un avance de conocimientos que nos pod�a parecer imposible no hace m�s de unas d�cadas. 

Figura 7.- Radiograf�a de un f�mur de Tut-Anj-Am�n.

 

TIPOS DE MEDICINA.

La medicina fue la rama de la ciencia que m�s popularidad alcanz� en el Antiguo Egipto, sobre todo al nivel internacional de aquellos momentos. Durante 3.000 a�os el Sunu egipcio tuvo fama en el mundo conocido, existiendo numerosos casos en los que reyes de otros pa�ses solicitaron m�dicos egipcios para resolver sus problemas. 

El primer m�dico con t�tulo que se conoce es Hesire[4] con gran renombre en la corte del rey Dyeser, ostentando el t�tulo de �Jefe de los dentistas y los m�dicos�. Coet�neo tenemos al visir, arquitecto y escritor Imhotep que, a sus muchas habilidades reconocidas, un�a la de Sunu, una faceta que le har�a tan famoso como arquitecto con el paso del tiempo.

Figura 8.- Hesire, el primer Sunu conocido.

 El de m�dico era un t�tulo distinguido aunque no se sabe exactamente como se adquir�a y, de hecho, hab�a personajes que lo ten�an como a�adido a otros t�tulos y se duda que ejercieran la medicina. Hab�a, cada d�a se muestra m�s claramente, una clara especializaci�n en diversas patolog�as

La medicina, en su visi�n egipcia a lo largo del tiempo y desde hace unos 4.500 a�os, se realizaba desde varias perspectivas diferentes, no siempre claramente separadas, pues sol�an mezclarse, sumarse e incluso realizarse tratamientos mixtos, si bien, los pensamientos y nociones b�sicos eran independientes en su concepci�n inicial. Estas dos formas de enfocar la problem�tica de la salud hac�an que existieran, por lo menos, dos medicinas netamente diferentes y bien definidas:

  •  Medicina claramente f�sica, con una relaci�n y catarsis m�dico/paciente establecida y con conocimientos y remedios pr�cticos.

  •  Una medicina et�rea, m�gica, con intervenci�n de factores externos no f�sicos y que no se acompa�aban de una farmacopea palpable pero que, por razones de fecha y cultura, era casi tan importante [en algunos entornos m�s] como la anterior y que eran un claro recurso cuando fallaba la medicina basada en remedios materiales. Este aspecto incons�til, pero cotidiano e importante, era la magia y con ella el uso de talismanes. 

Figura 9.- Una amplia colecci�n de talismanes.

LOS SUNU O M�DICOS.

Al contrario de lo que se piensa y se ha pensado, no hab�a una clara conexi�n, sino ni siquiera una relaci�n de alg�n tipo medianamente insinuable entre los m�dicos y los embalsamadores. Estos �ltimos eran sacerdotes del dios Anubis, sin ninguna relaci�n con los vivos y sus enfermedades y, adem�s, no estaban muy bien considerados socialmente. No hay constancia, ni se han encontrado datos que indiquen que los m�dicos tomaran parte en la preparaci�n de momias para mejorar sus conocimientos de anatom�a.

La ense�anza a los futuros galenos, en las escuelas de medicina adscritas a Per-Anj, las �Casas de la Vida�, sobre la morfolog�a del cuerpo humano se realizaba, y �stos lo aprend�an, de forma emp�rica, mediante el estudio de textos antiguos basados en la observaci�n de animales y en el descuartizamiento de �stos. Los textos de anatom�a eran siempre muy antiguos, apenas renovados por el paso del tiempo, de un conservadurismo tradicional manifiesto. 

Figura 10. El rostro de una momia bien conservada. 

Que eran diferentes especialidades la de m�dico y embalsamador queda bastante claro por la existencia de papiros m�dicos, dedicados a �stos [de los que conocemos bastantes y de los que hablaremos en una segunda parte de este trabajo], y tambi�n se sabe de la existencia de un papiro cuyo t�tulo es: �Tratado de lo que concierne a los embalsamadores

 Por tanto, nos debe quedar muy claro que embalsamar cad�veres era un tipo de trabajo que no ten�a nada que ver con el de los m�dicos y que, en consecuencia, �stos no practicaban ning�n tipo de autopsia o disecci�n que les permitiera saber realmente como era el humano en su interior. 

Es de suponer [no tengo datos y es s�lo una suposici�n] qu� de haber tenido otra curiosidad, los sunu no habr�an tenido dificultad para ver y aprender directamente en cuerpos humanos que, evidentemente, no les habr�an de faltar. Por el contrario, siglos despu�s, se produce la situaci�n contraria, un oscurantismo [de tipo religioso] que invade a la humanidad, por el que se proh�be la disecci�n del cad�ver durante siglos y si se logran avances, se debe a que en determinados sitios y fechas, algunos m�dicos arriesgaron sus vidas con disecciones e incluso con opiniones que les llevaron a la hoguera. Cuando este aspecto se liberaliza, situaci�n relativamente reciente en el tiempo, la medicina y la cirug�a inician un progreso manifiesto. Cabe citar aqu�, al menos como homenaje a Andreas Vesalio, (1.514-1.564) que es el creador de la anatom�a moderna.