LOS HORIZONTES DEL DISCO SOLAR. |
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Por D. Francisco Mart�n Valent�n y D�a. Teresa Bedman Del Instituto de Estudios del Antiguo Egipto.
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Hoy parece que ser�a m�s acertado empezar a hablar simplemente del periodo anterior a la fundaci�n de la ciudad del Horizonte del Disco, Ajet-Aton, en Amarna. Con independencia de la soluci�n que se quiera dar a esta importante cuesti�n hist�rica es un hecho que, durante los cinco primeros a�os en el trono, Aj-en-Aton, entonces Amen-Hotep IV, estableci� un programa de reinado que, pensando en la instauraci�n de los cultos solares por encima de los dem�s existentes en Egipto, supuso el encumbramiento, sobre las dem�s divinidades, del dios Ra Hor-Ajty y, despu�s, del dios Aton. Las obras en TebasLa primera gran obra ordenada en su reinado fue la construcci�n de un templo para el dios Ra Hor-Ajty en el mismo recinto del dios Am�n en Karnak. El comienzo de las operaciones constructivas nos es conocido a partir de una inscripci�n existente en las canteras del Guebel El-Silsila, fechada en el a�o 1. All�, Amen-Hotep IV, aunque aparece haciendo ofrendas al dios Amon, lleva ya el t�tulo de �Primer Profeta de Hor-Ajty que se alza en el cielo en su nombre de Shu (luz solar) que est� en el Disco (Aton).� Por otra parte, la primera representaci�n conocida del disco solar con los brazos consta en un bloque existente en el Museo de Berl�n y, probablemente, procedente del templo que el rey comenz� a construir en Karnak en favor del dios Ra-Hor-Ajty, pero que no concluy�.
En efecto, poco despu�s del inicio del reinado se orden� construir al Este de Karnak un monumento decididamente diferente al templo de Ra Hor-Ajty: El Guemet-Pa-Iten. Este monumento, cuyo nombre significaba �El lugar donde se halla el Disco�, fue el antecedente de la arquitectura religiosa de la futura ciudad de El Amarna. Adem�s, en la zona de Luxor se han identificado no menos de ocho templos dedicados a, o relacionados con el culto atoniano.
Los
proyectos arquitect�nicos
religiosos de Aj-en-Aton.
La documentaci�n de que disponemos actualmente deja entrever que Amen-Hotep IV concibi� durante estos primeros a�os de reinado una tesis teol�gica, todav�a por desentra�ar completamente, que parece indicar la voluntad de extender el nuevo culto solar por todo Egipto. No obstante, el planteamiento elegido para llevar a cabo sus planes de instauraci�n del Aton se desarroll� de una forma muy sutil y efectiva. Para ello aprovech� el contexto de las ceremonias jubilares celebradas para Amen-Hotep III en Menfis, Malkata, Soleb y otros lugares de Egipto. En su virtud, la naturaleza humana del viejo monarca se transformar�a hipost�ticamente en una nueva divinidad que no ser�a ni m�s ni menos que el mismo Aton viviente. Convertido en la manifestaci�n viva del nuevo dios, su hijo, el Primer Profeta de Ra Hor-Ajty, celebrar�a un Jubileo en honor de la nueva deidad y lo har�a en el reci�n construido Guemet-pa-Iten. En realidad, todo parece indicar que el rey hab�a pensado que, tanto Menfis, en el norte, como Tebas, en el sur, ser�an, dada su condici�n de magnas urbes con una muy antigua tradici�n, las dos grandes capitales religiosas de su nuevo dios.
Hasta
el presente, esta idea se hab�a venido considerando con cierta precauci�n
dado que solo se conoc�an algunos datos inconexos reflejados en varias
inscripciones, documentadas a partir de objetos hallados en la zona
tebana. Tal, una silla perteneciente al obrero de Deir El Medina, Najy,
que perteneci� a la antigua colecci�n Mansur y cuyo paradero hoy es
desconocido. En la misma el personaje utiliza el t�tulo de
Otros datos referidos al Horizonte del Disco o Ajet-Aton en Tebas, que fueron documentados por el gran egipt�logo que fue Labib Habachi, se han hallado en varios altares procedentes de Karnak. Sin embargo, en febrero del pasado a�o 2001, la misi�n egipcio-holandesa patrocinada por el Departamento de Egiptolog�a de la Universidad de Leyden y el Museo Nacional de Antig�edades de la misma capital holandesa, cuyos Directores de Campo son el Profesor Maarten J. Raven y el Dr. Ren� Van Walsem descubrieron, al explorar una peque�a zona situada justo al Sur de la tumba de Hor-em-Heb, en Sakara, un gran hallazgo que cambiar�a las concepciones hasta el momento existentes en cuanto a la estructura pol�tico-religiosa de los primeros a�os del reinado de Amen-hotep IV, para confirmar que, en principio, el rey hab�a pensado y llevado a cabo, la consagraci�n de las dos grandes capitales de Menfis y Tebas al dios Aton. La tumba de
Mery-Aton (Mery-Neith).
Justo frente a la cara Sur de la pir�mide escalonada de Dyeser, cruzando la calzada del rey Unas y detr�s de una peque�a colina, se accede al lugar donde Raven y Van Walsem encontraron la tumba de un personaje llamado Mery-Aton. La existencia de dicha tumba era ya conocida a trav�s de los fragmentos de relieves existentes en distintos museos que proven�an de ella, pero se hab�a perdido su localizaci�n exacta en el desierto de Sakara.
Fig.
5. Sakara. Necr�polis del Imperio Nuevo. .� I.E.A.E. Lo curioso del asunto es que, en los alrededores del hallazgo, s�lo hab�a galer�as subterr�neas excavadas durante la Dinast�a II, hacia el 2800 a.C., es decir, mucho m�s antiguas que la tumba descubierta. De hecho todos los indicios apuntaban, en opini�n de los arque�logos, a que la tumba en cuesti�n ser�a un antiguo pozo funerario de �poca del Imperio Antiguo, reutilizado por nuestro personaje. Lo sorprendente del hallazgo, aparte del nombre del due�o, es que, tanto los muros que rodeaban la entrada a la tumba, hechos con ladrillo crudo y cubiertos con planchas de piedra caliza que conten�an escenas de Mery-Aton y su familia adorando al disco solar, como la c�mara funeraria, construida al final de un pozo de 6 metros de profundidad, cuyas paredes est�n recubiertas de planchas de calcita egipcia, con im�genes funerarias de ofrendas a favor de Mery-Aton y otras escenas de la vida cotidiana, est�n esculpidas con la iconograf�a y estilo t�picos de la �poca de El Amarna.
Sin embargo, los investigadores opinan que Mery-Aton, que llev� el t�tulo de Gran sacerdote de Aton, nunca concluy� su tumba ni fue enterrado en ella. De hecho se espera encontrar otra tumba suya en la necr�polis de la ciudad de Amarna. La circunstancia de no haberse encontrado ning�n resto de la momia, ha inducido a los excavadores a pensar que, o bien el due�o debi� marchar a la nueva ciudad de El Amarna con su se�or Aj-en-Aton, dejando abandonada su tumba en Sakara o, al t�rmino de la herej�a amarniense, fue obligado a renegar del culto a Aton, siendo perseguido por ello. De hecho, en uno de los relieves de la tumba, se ha encontrado la imagen del disco solar Aton destruida por los restauradores de los cultos tradicionales. El
grupo escult�rico de Mery-Aton (Mery-Neith) y su esposa.
Esta evidencia documental viene a confirmar la idea expuesta m�s arriba de que, durante los primeros a�os del reinado de Amen-Hotep IV, se establecieron, al menos, dos Horizontes del Disco (Ajet-Aton), en Egipto; uno, en la orilla Este de la ciudad de Tebas; otro, en alg�n punto no conocido hasta ahora de la ciudad de Menfis. En dichos Horizontes del Disco se construyeron templos solares al dios Aton. Con el cambio de nombre producido a partir del a�o 6 del reinado, y con la decisi�n de abandonar Tebas y fundar una nueva ciudad en el lugar hoy conocido como El Amarna, se produjo el establecimiento del Ajet-Aton, por excelencia, el Horizonte del Disco en Amarna. �Ajet-Aton
o �los Ajet-Aton�? La cuesti�n pues, est� abierta. Consta que hubo m�s templos dedicados al culto del dios Aton en Luxor, Ashmunein, Assu�n y Nubia, as� como en Heli�polis. �Pudiera haber existido un Ajet-Aton en cada uno de esas localidades?. Parece l�gico pensar que as� fuera, puesto que tal nombre har�a referencia a un punto geogr�fico, el Este del Horizonte, elevado a categor�a teol�gica, por ser el lugar por donde, todas las ma�anas, sal�a el Disco solar.
Fig.
8. Ajet-Aton de Amarna. El Horizonte de Aton. .� I.E.A.E. Producida la ruptura, Aj-en-Aton fundar�a la ciudad del Horizonte del Disco (Ajet-Aton) en El Amarna. Mientras tanto, los templos de Aton en las dem�s localidades de Egipto, probablemente seguir�an funcionando, incluso despu�s de la restauraci�n de los antiguos dioses por Tut-Anj-Amon y Hor-em-Heb. El papel preponderante de Menfis durante el periodo de El Amarna va quedando, d�a a d�a, m�s claro gracias a los descubrimientos realizados en las diferentes necr�polis del Imperio Nuevo en Sakara, basta recordar el hallazgo de la tumba de Aper-El en la zona del Bubasteion. Todo ello nos obliga a reconsiderar muchos de los t�rminos generalmente aceptados a la hora de estudiar este apasionante periodo de la historia de Egipto. Bibliograf�a: Aldred,
C. Akhenaten King of Egypt. Londres,
1988. Mart�n
Valent�n, F. J. Amen-Hotep III el esplendor de Egipto. Una tesis de
reconstrucci�n hist�rica. Madrid,
1998. Redford,
D. B. Akhenaten. The Heretic King. Princeton.
Nueva Jersey, 1984.
The
Akhenaten Temple Project.
Warminster
y Toronto, 1976-1994. Reeves, N. Akhenaton, el falso Profeta de Egipto. Madrid, 2002.
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