Los convulsos acontecimientos que están sucediendo estos días en Egipto están mostrando que, debajo de la protesta social y política que convulsiona el país, existe una inaceptable cadena de hechos vandálicos que están amenazando la supervivencia del conjunto del patrimonio histórico egipcio, especialmente el faraónico y el cristiano copto.
Varios desgraciados ejemplos son ya conocidos: el asalto al Museo egipcio de El Cairo, donde se han destruido, entre otros restos y objetos allí depositados, las momias de Yuya y Tuya, los padres de la reina Tiy, esposa de Amen-Hotep III, las maquetas de Meket-Re, y varias estatuas de Tut-Anj-Amon. Los asaltos se han producido también en los almacenes del Servicio de Antigüedades en Sakara, en el Museo Copto, en el Museo Manial y en otros recintos destinados a albergar y proteger piezas y objetos de un valor histórico incalculable.
Una de las reservas esenciales del patrimonio cultural de la humanidad está siendo amenazada de muerte.
Esta es una llamada de alarma para pedir que todos los ciudadanos del mundo, desde las redes sociales enviemos mensajes a la UNESCO, al Consejo Supremo de Antigüedades de Egipto, a los organismos culturales de la Unión Europea, y a cuantos lugares se nos ocurra para clamar por la defensa de ese patrimonio que pertenece a todos, a la humanidad entera.
¡No consintamos unos nuevos Budas de Bamiyan!.
¡Nos quieren matar el alma!. ¡Luchemos por nuestro patrimonio cultural y por nuestra conciencia!.
¡Nuestra supervivencia como cultura y civilización está unida indisolublemente a la protección del patrimonio arqueológico e histórico de Egipto!.
Francisco J. Martín Valentín
Teresa Bedman
Instituto de Estudios del Antiguo Egipto |