EL-AMARNA
El-Amarna (también llamado Tell
El-Amarna), la antigua Ajet-Atón (“El Horizonte del Disco Solar”),
fue la efímera capital de Egipto, la residencia real durante la mayor
parte del reinado de Aj-en-Atón y el centro de la nueva religión estatal
introducida en aquella época. Es una de las poquísimas ciudades egipcias
que ha sido posible excavar en una amplia extensión. Su trazado y
arquitectura se conocen perfectamente bien porque el sitio fue abandonado
unos quince años después de su fundación con lo cual la ciudad se libró
de la destrucción que comporta la habitación continuada. El faraón Aj-en-Atón
la edificó en suelo virgen, no contaminado por la presencia anterior de
otras gentes con sus dioses, aunque no se conozcan las razones exactas de
su elección en la amplia extensión de terreno de la orilla oriental del
Nilo, al norte del macizo de Gebel Abu Feda; recientemente se ha sugerido
que la apariencia del paisaje, que recuerda el jeroglífico [O] del
amplio “horizonte”, podría haber sido una de las razones.
Exceptuada la cara que mira al río,
el llano de El-Amarna está enteramente rodeado por formaciones rocosas,
interrumpidas en ocasiones por uadis; tiene aproximadamente unos 10 Km. de
lago por 5 Km. de ancho, aunque la ciudad propiamente dicha sólo ocupa la
zona más cercana al río. Su parte central y más importante contiene el Per-Aten-em-Akhetaten
(El templo de Atón en Ajet-Atón), conocido como “El Gran Templo” y
la construcción política oficial “el Gran Palacio”.Las características
principales de este último fueron: 1) los “apartamentos estatales”,
formados por una serie de patios y salas columnadas y construidas en
piedra: 2) el “Harim” con los alojamientos adyacentes de la
servidumbre, y 3) la denominada “Sala de la Coronación”.
El-Amarna siguen siendo todavía
material de conjeturas.
Para la tumba de su familia, Aj-en-Atón
eligió un barranco a unos 6 Km. de la desembocadura del ancho uadi de Abu
Hasah el-Bahri, con el que enlaza.
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