IAH-HOTEP, ESPOSA Y MADRE DE REYES. |
Por Teresa Bedman. |
Conferencia impartida en el Instituto
de Estudios Islámicos
Madrid, 23 de Febrero de 1996. |
Corría el mes de febrero
del año 1859 cuando en las colinas de Dra Abu el Naga, los trabajadores
del Servicio de Antigüedades, hallaron en un pozo de más de cinco
metros, un sarcófago, su momia y un impresionante ajuar funerario. El
agente consular francés en Luxor, Mr. Maunier, sospechando, sin saber,
de la importancia del acontecimiento, tomó nota de todos los objetos
hallados, así como de la inscripción en jeroglífico que aparecía en
la tapa del sarcófago y la envió rápidamente a Mariette, que era por
aquel entonces el Director del Servicio de Antigüedades en El Cairo.
Nada más recibir el comunicado, Mariette ordenó que el precioso
hallazgo fuese enviado sin tardanza remontando el río hasta el Museo de
Bulak. Había reconocido en aquellas rápidas notas, los restos de la
"Gran Esposa Real, la que ciñe la Corona Blanca, Aahhotep,
eternamente viviente",
Pero desgraciadamente, la
codicia humana, no respeta el deseo de los muertos. El gobernador de
Qena ordenó abrir el sarcófago, despojó a la momia de sus vendas...,
tiró sus huesos..., y se quedó sólo con sus joyas... Espléndidos
recuerdos de un pasado que debían acompañarla por toda la eternidad...
Así perdimos los restos de
esta impresionante reina. Pero aquí está su
historia. La historia de una mujer que gestó en su vientre a los
reyes, a los hijos de Horus. De la mujer que vio, como sangre de su
sangre teñía de carmesí la tierra negra: primero su esposo..., después
su amado hijo... De la mujer, que supo gobernar con habilidad y
austeridad sin igual un país
reducido sólo a Tebas. Pero su coraje, su fuerza, se transformaría en
el brazo vigoroso que expulsaría al invasor, que devolvería la gloría
a Kemet, para terminar germinando en el período más esplendoroso de
toda su historia: el Imperio Nuevo.. ANTECEDENTES
Cómo hemos visto en la últimas lecciones, la XII dinastía
debió ser sin duda un período de incertidumbre pues, en
aproximadamente 133 años, suben al poder 51 reyes. A esta inestabilidad
real, hay que añadir un período de "vacas flacas", de
hambrunas que sacudirían a Oriente, Palestina y el levante mediterráneo.
Egipto, a pesar de su inestabilidad dinástica, no sucumbirá ante esta
primera crisis, ya que el
gran aparato administrativo seguirá funcionando. Bietak, relaciona el
cambio de los mercados tradicionales de Biblos y Megiddo (por falta de
mercancías), con los asentamientos de una nueva población de
comerciantes de Avaris. Estos emigrantes estarían formados en su mayoría
por sirios-palestinos. En la zona de Tell el Daba, la misión austriaca
ha localizado en los últimos años, una serie de santuarios de tipo
cananeos, con una extensión de aproximadamente 3.500 m2 de área
sagrada, lo que nos puede dar una idea de la importancia de este
colonia. Pero también, tenemos constancia, como decía anteriormente,
de que se producen hambrunas dentro de Egipto hacia finales de la XIII
dinastía. Condicionantes climáticos desestabilizaron el sistema agrícola.
En el desfiladero de Semna y en la isla de Askut, en Nubia, una serie de
grafitos registran, con cierta preocupación, unos niveles desusadamente
elevados de inundación. También, en una estela, procedente del templo
de Karnak, nos habla de la inundación que sufrió el propio templo de
Amón. Estos datos, unidos a la ya precaria estabilidad real, producen
un debilitamiento y una segunda crisis de tal calibre, que el estado
egipcio sucumbe y se fracciona, abriendo nuevas heridas políticas y
reapareciendo el viejo sistema señorial del Alto Egipto. En el Delta,
que no había existido nunca este sistema señorial, ya que la zona era
más propicia a la agricultura y al comercio, el momento es aprovechado
por gobernadores o por altos cargos de la administración, del propio
estado egipcio, para hacerse con el poder. Y como si formase parte de un
rito cíclico, hacia el 1.715 a.C., Egipto se fracciona en dos reinos:
uno feudal en el Alto Egipto con capital en Tebas, al frente del cual se
encuentra un rey llamado Ibiya Wahibre, y otro en el Bajo Egipto, con
capital en Xois, reinado por Menibre Nehesi, comenzando en esta zona la
XIV dinastía.
De este Menibre Nehesi,
llamado "el negro", y basándose en este apodo,
tradicionalmente se ha venido diciendo que ya era vasallo de los Hicsos.
Creo, y esta es una propuesta que he realizado recientemente en el VII
Congreso Internacional de Egiptólogos, celebrado el pasado mes de
Septiembre en Cambridge, que 1.715 a.C., es una fecha muy temprana para
pensar ya en una instalación de la dinastía hicsa. Pienso que más
bien Nehesi, pudiera ser un alto funcionario de la administración
egipcia, extranjero, que da un golpe de mano ante la creciente
inestabilidad. Para hablar del comienzo del reino Hicso hasta
ahora se ha venido dando la fecha de 1652 a.C., Creo que esta fecha
tendríamos que bajarla pues
son 65 años de un gobierno "inestable". Son muchos años,
y hay que pensar en una cronología más corta que la propuesta por
Hayes y Rose. En esta fecha, en la XIV dinastía de Xois, nos dice, se
sienta un rey llamado Seth Shanu. Para este mismo año se propone el
comienzo del reinado de los gobernadores locales, lo que
tradicionalmente se ha venido llamando el reino de los "pequeños
Hicsos", es decir la XVI dinastía, encabezada por Yekebmu. Rose,
propone una datación para el comienzo de la XV dinastía (la hicsa) de
1.652 a.C., que considero que debe
ser anterior, pues para que
en la zona de Xois y de Avaris, existan a partir de 1.650 unos
tributarios o gobernadores locales, tiene que existir obligatoriamente
ya, un reino Hicso establecido.
Para la XIV dinastía de
Xois, Hayes y Rose, dan una cronología que va de 1.715 a 1.650 a..C.,
(65 años) y formada por 34 reyes. Para la XV dinastía de Avaris las
fechas propuestas serían del 1.650 al 1.552 a.C., (98 años), con 28
gobernadores. Y para la XVII dinastía tebana del 1.652 al 1.554 a.C.,
(98 años) con 15 reyes. Mi propuesta
es subir esta cronología, sino al 1.715 como proponen algunos
autores porque considero que es temprana tampoco bajarla hasta el 1.652
a.C., ya que 65 años son muchos para una dinastía
inestable y de tránsito como debió ser la de Xois.
¿Que quiere decir esto?.
Pues que mientras
que no tengamos otra cronología, en 1.652 a.C., existen cinco dinastía
paralelas en Egipto.
Vamos a ver ahora que ocurre
con la XVII dinastía tebana que es la que nos interesa: del rey Rahotep
no sabemos casi nada. Lo mismo nos ocurre con los siguientes soberanos
Sobekemsaf I y Dhuti. De Mentuhotep VI, del que se ha localizado una
esfinge en Edfu, se sabe que no realizó ninguna gran hazaña y que su
reinado no fue demasiado largo. Esto nos induce a pensar que la monarquía
tebana, se había contentado con el papel de mera vasalla hicsa
conservando ese halo de "independencia" y de altanería que la
caracterizaba. Pero a Apofis III, no le será tan simple mantener en paz
a sus vecinos tebanos, pues, como veremos a continuación, sangre nueva
sube al trono de Tebas y enciende la mecha que sacará del letargo al
dormido pueblo tebano.
Apofis III, tendrá como
oponente a Antef o Inyotef VII[1]
El origen de este rey es incierto. Su gran actividad constructora ha.
quedado patente en Coptos, Abydos, El Kab, Karnak. También hay
constancia de un edicto del año 3 de su reinado concerniente al templo
de Min en Coptos, que nos prueba el carácter autoritario que el poder
tebano comienza a recuperar. También se hizo representar en Karnak,
como vencedor de nubios y asiáticos. Pero donde más claramente
apreciamos que éste rey era diferente, es en su tumba, localizada en
Dra Abu el Naga, pues se hizo enterar con el ajuar funerario de un
guerrero. Su esposa, la reina Sobek-em-saf, es enterrada en Edfu, y la
tradición la considera como una antecesora de la XVIII dinastía.
A Antef o Inyotef VII, le
sucede Senakht-en-Re Tao I, "el Grande". Este se casa con
Tetisheri. Empezamos a ver como, a partir de este momento, ciertas
mujeres o Esposas Reales comienzan a tener un peso específico dentro de
la corte tebana. Esta mujer
que tiene una ascendencia popular, tal como nos lo indican las
anotaciones llevadas a cabo sobre los vendajes de su momia, es venerada
posteriormente como la abuela del gran libertador Ahmosis. De ella
sabemos, que su padre era el juez Tienna y su madre la dama Neferu.
Tradicionalmente, se la ha
considerado como la esposa de Senakht-em-Re Tao I "el Grande",
pero en ningún documento contemporaneo aparece con el título de
"Esposa del Rey"[2]
. Tan sólo en una estela póstuma localizada en Abydos se la denomina
como "Gran Esposa Real"[3].
Mientras que en todos los documentos citados si se la denomina como
"Madre del Rey"[4].
Esta mujer tuvo dos hijos, una niña y un niño: Aahhotep y Tao II.
Estos hermanos, se casarían entre sí. De esta unión real nacerán al
menos seis hijos: Kamosis, Taà-Ahhotep, Ahmes, Ahmes "la pequeña",
Ahmes Nefertary, y Ahmosis.
Según todos los indicios,
la lucha contra el invasor debió comenzar bajo el reinado de Seken en
Re Tao II, mientras en Avaris, la capital hicsa del Delta, reina Apofis
III, cuya soberanía se extiende desde del pasillo sirio hasta el Egipto
Medio.. El contenido de un papiro del Imperio Nuevo con unos ejercicios
escolares, el papiro Sallier I, nos permite conocer el motivo de la
querella entre ambos reyes, más bien una forma literaria oriental trata
de mostrar los ecos de un conflicto anunciado desde hacía generaciones.
Pero veamos el contenido de
nuestro papiro:"Esto sucedió mientras el país de Egipto estaba
en la desgracia, pues no había entonces Señor dotado de vida, salud y
prosperidad, no había rey en este tiempo. En cuanto al rey Seken-en-re,
era el príncipe de la ciudad del Sur. La miseria reinaba en la ciudad
de los asiáticos mientras que el principe Apofis estaba en Avaris. El país
entero le hacía ofrenda de sus productos; el Norte estaba repleto de
todas las cosas buenas que venían del Delta. El rey Apofis había hecho
de Sutekh su Señor , no servía a ninguno de los dioses del país salvo
a Sutekh; construyó para este dios un templo en trabajo de bella
calidad, eterna al lado del palacio real y cada día él se alzaba en
gloria para hacer ofrendas a Sutekh; los Grandes llevaban allí
guirnaldas de flores, como es de uso en el templo de Re-HorAkhty. El
rey Apofis decidió enviar un mensaje para provocar al rey Seken-en-re,
Principe de la ciudad del Sur (Tebas). Después que hubieron pasado
muchos días, el rey Apofis hizo llamar a los altos funcionarios de su
Palacio diciendoles que quería enviar un mensajero al Principe de la
ciudad del Sur con una comunicación
referida al río, pero que no sabía como redactarla. Entonces
los escribas y los sabios le dijeron : ¡Oh Soberano nuestro, ordena que
se vacíe el estanque de los hipopótamos que está al este de la ciudad
del Sur, pues no permiten que el sueño nos venga ni por el día ni por
la noche, pues el ruido que ellos hacen llena los oídos de las gentes
de nuestra ciudad!. El rey Apofis les respondió : "El Príncipe de
la ciudad del Sur tiene a Amón como protector; él no se ampara en
ninguno de los dioses que están por todo el país, excepto en Amón-Ré,
el rey de los dioses." Después que pasasen muchos más días, el
rey Apofis envió un mensaje al Príncipe de la ciudad del Sur con las
palabras que le habían dicho sus sabios . El mensajero del rey Apofis
llegó hasta el Príncipe y se le introdujo ante su presencia.
Entonces dijo al mensajero del rey Apofis: ¿Por qué has venido
hasta la ciudad del Sur?. ¿ Por qué has viajado hasta mí?.
El mensajero le respondió:
" Porque el rey Apofis me ha enviado cerca de tí para decirte ésto
: - Haz vaciar el estanque de los hipopótamos que está al este de la
ciudad, pues perturba mi sueño durante el día y durante la noche, el
ruido que hacen (los hipopótamos) aturde mis oídos.-".
El Príncipe de la ciudad del Sur se quedó
totalmente sorprendido durante largo rato, hasta tal punto que no sabía
qué respuesta dar al mensajero del rey Apofis. Finalmente le dijo.
" ¿ Es realmente cierto que tu Señor ha oído hablar del estanque
de los hipopótamos que está al este de la ciudad del Sur?." El
mensajero le dijo : " Reflexiona sobre la cuestión que he venido a
plantearte y por la cual he sido enviado a tí". El Príncipe ordenó
que se atendiese debidamente al mensajero del rey Apofis, e hizo que se
le entregaran toda clase de cosas buenas, carne, pasteles etc... después
le dijo: " Vuelve con tu rey y entrégale este mensaje....(
Existe
una laguna en el texto). Entonces el mensajero del rey Apofis se puso
en camino de vuelta hacia la residencia de su Señor.
El Príncipe de la ciudad del Sur hizo
llamar a sus altos cortesanos y a todos los principales de su corte. Les
repitió el mensaje que le
había dirigido el rey Apofis. Guardaron silencio durante largo tiempo y
no supieron que contestarle, ni bien
ni mal......"
. De este modo termina el relato del papiro que llegó hasta nosotros
mutilado de modo que no podemos conocer el final de la historia. Es
claro, no obstante que el rey Seken-en-Re no supo que contestar, se
consideró humillado por el mensaje y envió de vuelta al mensajero del
asiático con toda clase de presentes en muestra de sumisión. Una vez
partido el emisario, el rey tebano reunió a sus cortesanos y les informó
acerca de la provocación del rey hicso, como hemos visto el texto del
papiro está interrumpido en este lugar, pero sin duda el rey Seken-en-Re
se lanzó al combate y llega hasta cerca de Cusae. El rey muere, sino en
esta batalla en otra similar. Su momia fue recuperada por Maspero en
1881, en la cachette de Deir el Bahari[5],
con evidentes signos de una muerte violenta producidos por los golpes de
un hacha de tipo Bronce Medio II, similares a las encontradas en Avaris.
Le sucederá su hijo Kamose,
que pronto tomará el testigo dejado por su padre. Pero Kamose tropezó
con el mismo problema que él: parte de la nobleza tebana prefería
seguir pagando tributo y no lanzarse a una lucha incierta. El texto de
la tablilla Carnavon I[6]
nos lo relata así:.
: " Año 3 del Horus
"Aquél que aparece glorioso sobre su trono". El de las
dos Señoras "El que renueva los monumentos",Horus de Oro
"El que hace feliz a las Dos Tierras", El Rey del Alto y del
Bajo Egipto "Que reverdezca el devenir de Re", el hijo de Re
Kamose, dotado de vida, amado de Amón- Re, Señor de los Tronos de las
Dos Tierras, semejante a Re por el tiempo infinito y eternamente. El rey
poderoso que está en Tebas, Kamose, es un rey bienhechor. Es el propio
Re quien le ha colocado como rey y quien ha hecho reverdecer para él la
victoria. Su Majestad habló en su palacio al Consejo de los Grandes que
formaban parte de su cortejo: "Mi fuerza va a ser conocida. Un príncipe
está en Avaris, otro está en el país de Kush y yo reino a medias con
un asiático y con un negro, que poseen, cada uno una parte de Egipto y
comparten el país conmigo. Mirad, Apofis está en Hermópolis y ningun
hombre puede tener reposo, pues está despojado a causa de la
servidumbre que le imponen los asiáticos. Pero yo voy a luchar contra
él, voy a quebrantar su cuerpo; pues es mi deseo liberar Egipto y
derrotar a los asiáticos.
Entonces los Grandes del Consejo dijeron:
" Mira los asiáticos han avanzado hasta Cusae, han extendido su
lengua (hasta nosotros), pero estamos en paz con nuestra parte de
Egipto. Elefantina es poderosa y el corazón del país es nuestro hasta
Cusae. Los más fértiles de
sus campos se trabajan para nosotros, nuestros ganados pastan en las
marismas de papiros; alimentamos
a nuestros puercos con espelta y nuestros rebaños no nos son
arrebatados...Apofis posee el país de los asiáticos, nosotros poseemos
Egipto. Pero si él viniera y nos atacara, entonces nosotros le atacaríamos."
Estas palabras fueron desagradables al corazón de Su Majestad, quien
les dijo : " No me agradan vuestros consejos, me batiré contra los
asiáticos y entonces volverá la prosperidad. El país entero me
aclamará a mí, el príncipe victorioso en Tebas, Kamose, que protege
Egipto."
Como hemos visto, estos
documentos nos informan que
Kamose reunió a sus consejo lamentándose ante ellos de tener que
compartir el poder con un negro que dominaba en Nubia y con un asiático
que reinaba en Avaris y que tenía en su poder
la antigua ciudad de Menfis y la sagrada Hermópolis. Así pues
les comunica su decisión de atacar a los Hicsos y liberar a Egipto. Los
consejeros se mostraron reticentes a emprender una guerra de inciertos
resultados aduciendo que desde Elefantina a Cusae el Egipto dominado por
Tebas era próspero, a lo que el soberano les contestó insistiendo en
que no compartiría su poder con los extranjeros; así pues, reunió a
un ejército, muy posiblemente formado por tropas mercenarias, y lo
lanza primero hacia Kush, coincidiendo con la subida al poder del nuevo
rey, y el momento de inestabilidad que, con frecuencia, se producía
durante un cambio en el trono para asestar el golpe de gracia a Nubia,
lo que le permitió llegar hasta Buhem[7].
Con esto consiguió dos cosas: quitarse un enemigo a su espalda y con la
victoria, despertar el nacionalismo, alzándose como el soberano que
sacudiría a Egipto del yugo extranjero.
Sobre sus campañas en Nubia
no sabemos mucho, tan sólo lo que se recoge en su I Estela del año 2
de su reinado, dónde él mismo afirma a su consejo: "Nuestra
posición es fuerte hasta Elefantina...". En la II Estela fechada
en el año 3 de su reinado, cuando Kamose ataca ya las posiciones hicsas
del Medio y Bajo Egipto, la baja Nubia ya estaba bajo su control. La
localización en Buhem de otra estela fechada también en el año 3 del
reinado de Kamose, donde se menciona a un oficial egipcio que estaba
encargado de las reconstrucciones de parte de la fortaleza, o las
inscripciones encontradas en Arminna, corroboran la presencia de Kamose
en Nubia. También sabemos que nombra a un gobernador del sur, el hijo
real Teti, tal como lo acreditan dos grafitos encontrados en Tokh-Sheh.
Con el control de la baja
Nubia, Kamose lanza la expansión hacía el Egipto Medio con la
conquista de Neferusi, ciudad situada algo al norte de Hermópolis dónde
se produjo una gran batalla en la que se derrotó a los extranjeros. En
su II Estela, él mismo nos dice:
" Entonces yo remonto el río, como
hombre fuerte , para destruir a los asiáticos conforme a las órdenes
de Amón, el dios de los justos consejos, mi valiente ejército va
delante de mí, semejante al ardor de la llama, los arqueros
pertenecientes al cuerpo de los medyai están colocados
en lo alto de los baluartes a fín de disparar las flechas contra los
asiáticos para echarles de
sus lugares de residencia.....cuando la tierra se aclaraba (al
amanecer) caí sobre Teti, hijo de Pepi (sin duda un aliado de Apofis),
como lo hace un halcón, y a la hora de la comida del mediodía le había
derrotado destruyendo su muralla y masacrando a sus gentes; hice que su
esposa descendiese hasta la orilla del río. Los soldados de mi ejército
parecían semejantes a leones cargados con sus presas, mientras que se
llevaban los servidores, el ganado, la leche, el aceite adye y la miel,
repartiéndose los bienes con el corazón alegre. El distrito de
Neferusi se rindió...".
De este modo se produjo la
primera gran victoria contra los Hicsos lo que supondría el principio
del fin de la dominación extranjera en Egipto.
La segunda estela de Karnak
se refiere a las consecuencias de la derrota de los federados de los
Hicsos en Neferusi.
" Las noticias que
proceden de tu ciudad son malas. Has huido junto con tu ejército. Tus
palabras son despreciables pues te refieres a mí como un simple príncipe,
mientras tú te consideras como un jefe real, reclamando para ti aquello
de lo que te has apropiado injustamente y a causa de lo cual perecerás.
Tu espalda conocerá la derrota pues mi ejército te persigue. Las
mujeres de Avaris no concebirán hijos ni sus deseos serán satisfechos
en su cuerpo cuando se escuche el grito de guerra de Mi Majestad. He
llegado a Per-Dyed-Ken con el corazón feliz , pues he hecho que Apofis
conociese un momento miserable, él, el Príncipe de Retenu, el de los
brazos débiles
que imagina en su corazón actos de valentía que nunca podrían
existir para él. He llegado a Inyt-net-Khent. He navegado hasta la
ciudad para interrogar a sus habitantes. Después he reunido a los
barcos, el uno detrás del otro, la proa del uno sobre la popa del otro;
mis más valientes soldados volaban sobre la orilla como lo hace el halcón.
Yo les precedía. Hice que
el poderoso barco de protección avanzase hasta el límite del desierto.
Los barcos de la flota, situados detrás de él, parecían buitres
sobrevolando las marismas de Avaris. Ya se divisaban sus mujeres subidas
al tejado de su palacio tratando de ver a sus asesinos; sus
cuerpos estaban inmóviles, pues ellas me veían mientras asomaban sus
narices por encima de las murallas como si fueran pequeños ratones en
sus madrigueras. Decían: Es un ataque.
De este modo Kamose
se preparaba para la primera batalla de Avaris. Continúa la
estela: " Mira, traigo conmigo a la hermosa fortuna y todo el país
está conmigo. Mi acción será duradera. Tan cierto como que Amón, el
valiente, es próspero, que no te dejaré ahí, que no te permitiré
nunca más hollar con tus pies nuestros campos sin que yo esté sobre tí..
Tu corazón desfallece,¡ vil asiático !. Mira, beberé el vino de tus
viñedos que pisarán para mí los prisioneros asiáticos. Destruiré tu
palacio, cortaré tus árboles, cogeré tus mujeres y las llevaré a
nuestros barcos y me apoderaré de tus carros.
Sin duda la victoria fue
total y el botín riquísimo, nuestro documento nos sigue informando:
" No dejaré de tus
cientos de barcos de cedro
verde ni una sola tabla (me llevaré) lo que contienen, el oro, el
lapislázuli, la plata, la turquesa, innumerables hachas de bronce, sin
contar el aceite, el incienso, el grano, la miel, las maderas preciosas
y todos los buenos productos del Retenu. Me llevé todo no deje ningún
lugar sin saquear.
¡Oh Asiático ahora destruido, tu corazón
desfallece, oh vil asiático que decías: Soy un Soberano, no tengo
parecido hasta Hermópolis, hasta Per-Hathor, ni entre aquellos que traían
tributo hasta Avaris desde las dos orillas. Les he dejado en la desolación.
Ahora allí no hay nadie, he destruido sus ciudades, he quemado sus
residencias convirtiéndolas en colinas rojas para siempre, a causa del
daño que habían producido a Egipto por haber sido servidoras de los
asiáticos cuando éstos violaron a
Kemet, su Señora."
Después de estos
acontecimientos el rey Apofis decidió pedir ayuda a su aliado el rey
negro de Kush, en el sur. La idea era coger en
una especie de tenaza entre ambos al rey tebano. Para ello envió
por las rutas de los oasis a un
mensajero con una carta que, a pesar de todas las precauciones
del rey asiático cayó cautivo de las tropas tebanas. El texto nos
cuenta: " Capturé su mensaje escrito, en un lugar al sur de los
oasis, en la ruta que lleva a Kush. Descubrí estas palabras escritas
por el príncipe de Avaris :"Aa-user-re, el hijo de Re Apofis, yo
envío mi saludo a mi hijo, el príncipe de Kush. ¿Como es que
te has erigido en príncipe sin hacérmelo saber? ¿Sabes lo que me
hecho Egipto?. El príncipe que allí reside, Kamose el poderoso, dotado
de vida, me ha agredido violentamente en mi territorio, aunque yo no le
había atacado, lo mismo que ha hecho contigo. El ha elegido nuestros
dos países, el tuyo y el mío para destruirlos, y los ha saqueado. Así
pues, ven y navega hacia el norte,
no temas nada, pues él está aquí ahora conmigo y nadie te
espera en Egipto. Además yo no le dejaré alejarse mientras no
hayas llegado tú. Después nos repartiremos las ciudades de
Egipto y el país de Khent-en Nefer será dichoso."
Después Kamose nos relata
las medidas tácticas adoptadas contra Apofis:
"He colocado los desiertos y el
extremo de las tierras bajo mi autoridad, así como las orillas del río.
Yo no he conocido la derrota pues nunca olvidé a mi ejército. El
rostro del hombre del Norte (Apofis) jamás se volvió hacia mí pues ya
tenía miedo desde que remonté el río mucho antes de que hubiéramos
combatido. Antes de que le hubiera alcanzado él vio mi aliento
inflamado y envió un mensajero hasta el país de Kush buscando su
protección; pero yo le
hice mi prisionero en el camino y
no le permití llegar a su destino. Le hice prisionero y le envié hacia
el Este cerca de Atfih. Entonces mi poderío penetró en su corazón y
su corazón tembló cuando su mensajero le informó de lo que yo había
hecho en el territorio del nomo del perro que forma parte todavía de
sus posesiones. Envié enseguida a un ejército valiente que no estaba
muy lejos a fin de saquear el oasis de Bahariah, mientras que yo
permanecí en Saka para prevenir cualquier ataque enemigo en mi
retaguardia. Después volví a descender por el río con el corazón
fuerte y alegre masacrando a todo rebelde que se encontraba en mi
camino."
Tras todo esto el Rey nos
cuenta su regreso triunfal a Tebas:
"¡Qué hermosa navegación hacia el
Sur para el Príncipe a quien sus soldados le preceden. No sufrieron
ninguna pérdida, ningún hombre echó de menos a su compañero, y sus
corazones no estaban afligidos. Navegaban lentamente hacia el territorio
de Tebas en el tiempo de la estación de la inundación. Cada rostro
estaba luminoso el país estaba en la abundancia, las orillas del río
brillaban de alegría y Tebas estaba en fiesta. Las mujeres y los
hombres se adelantaban para verme , cada esposa abrazaba a su compañero
ningún rostro tenía lágrimas. Yo quemaba incienso para Amon en el
interior del santo de los santos, dónde habitualmente se dice
"recibe las cosas bellas y buenas" pues su brazo había
entregado la espada del poder a su hijo el Rey duradero Uadye-Kheper-Re,
el hijo de Re, Kamose el Poderoso, dotado de vida, estabilidad y fuerza,
aquél cuyo corazón es feliz con su Ka, como Re, por toda la
eternidad."
El Rey hizo conmemorar esta
victoria ordenando al noble Neshy, que se esculpiese una estela y en
ella se recogiesen todos estos acontecimientos, ordenando que se
colocara en el templo de Karnak.
Pero a pesar de la claridad
con que se expresa Kamose, parece que esto no fue del todo así. Esta estela, termina de una forma brusca, diciéndonos tan sólo
que Kamose vuelve victorioso a Tebas en la estación d Akhet, es decir,
de la inundación, lo cual resulta extraño dado el espíritu propagandístico
de todo el fragmento.
¿Le ocurrió algo a Kamose?.
No lo sabemos, lo cierto es que no tenemos fecha más alta para su
reinado que el año 3 que se cita en la II Estela. No hay tan poco,
constancia de que realizara la Fiesta Sed. Se ha apuntado que Kamose
pudo asociar al trono a su hermano Amosis imitando modelos de la XII
dinastía, pues se ha localizado en la zona de Toshkah, un grafito con
los nombres de ambos faraones. En mi opinión, esto no es posible, ya
que Kamose no se adentró tanto en Nubia, además pensemos que Amosis
era un niño de aproximadamente cinco años, cuando se producen esta
serie de acontecimientos.
Pero tenemos otra hipótesis
más, sobre cual pudo ser el fin de Kamose. Se han localizado una serie
de tumbas en la zona de Avaris donde los individuos allí enterrados,
habían muerto de peste. ¿Se contagió Kamose?. Desgraciadamente no lo
podremos saber. Su tumba nunca fue terminada. En tiempos de Ramses IX
con motivo de los saqueos de tumbas reales que se produjeron a finales
de la XX dinastía, e trasladó el sarcófago a fin de preservar el
cuerpo del rey de la profanación de los ladrones, siendo enterrado en
una zona de escombros cercanos a la tumba, en Dra Abu el Naga, donde
fue descubierta por Mariette en 1857. Su momia, al intentar sacarla de su
sarcófago se convirtió en
polvo y tan sólo quedaron los adornos con los que había sido
enterrado: un puñal con hoja de bronce, puño de plata y madera dorada[8],
y un cartucho de oro con leones en los extremos[9].
El sarcófago, que se encuentra en la actualidad en el Museo de El Cairo[10],
presenta el rostro del soberano adornado con el
nemes y la
barba postiza. Su nombre está escrito en jeroglífico sobre una columna
de texto en el centro de la tapa, el pecho está decorado con
un amplio collar y el resto del cuerpo, trabajado con un motivo
de plumas de halcón. Un sarcófago demasiado pobre para que albergase
al primer libertador de Egipto. Esto
pudiera ser un indicio más de que la muerte sorprendió a Kamose.
Muerto su esposo, muerto su
hijo, y con un futuro rey
de no mas cinco años de edad, la Gran Esposa Real Aahhotep, se pone al frente de la monarquía
tebana. ¿Pero que sabemos de ella?.
Es conocido que hubo dos reinas con el mismo nombre de "La
luna está satisfecha". La segunda fue esposa de Amenhotep I y nos
es conocida por su sarcófago descubierta en la cachette de Deir el
Bahari. La primera, nuestra Aahhotep, ha sido considerada por todos los
autores, como ya he comentado, como la hija de Tao I y Tetisheri y
hermana y esposa de Seken-en-Re Tao II.
Ya he comentado también que se reconocen al menos seis hijos del
matrimonio aunque autores como Petrie afirman que pudieron ser más,
hasta un número de trece. Otros, como C.Vandersleyen, prefieren
reconocer en el rey Kamose, no a un hijo de ella, sino a un hermano de
Seken-en-Re Tao II.
Pero la titulatura de
Aahhotep, no alberga dudas: "Hija de Rey", "Hermana de
Rey", "Esposa de Rey"
El papel que la reina
Aahhotep desempeñó en los trascendentales momentos del desarrollo de
los acontecimientos bélicos contra los Hicsos y sus aliados nos es
conocido a través de la estela de Ahmosis del Museo de El Cairo[11].
Este monumento encontrado delante del VIII pilono del templo de Karnak,
es un auténtico documento laudatorio de la reina que dice los
siguiente:
"Alabad a la Señora del país, la soberana de las orillas
de los Hau-Nebut,
cuyo nombre se eleva sobre
todos los países extranjeros,
aquélla que toma las
decisiones en beneficio de su pueblo,
esposa real, hermana de un
soberano, vida, salud y fuerza,
hija real, venerable madre
del rey,
que está al corriente de
los asuntos, que une Egipto;
Ella ha reunido a sus
notables asegurándoles su unión;
Ella ha vuelto a traer a los fugitivos, ha convencido a los
disidentes;
Ella ha pacificado el
Alto Egipto; ha derrotado a los rebeldes;
La esposa real, Aahhotep, dotada de
vida."
Sin duda la reina tomó el
poder, haciendo una auténtica regencia durante la minoría de edad de
su hijo Ahmosis, pues sabemos que él no reanuda la lucha contra los
Hicsos hasta el año 15 de su reinado. La muerte prematura de Kamosis y
la minoría de edad del rey, debió plantear un nuevo desequilibrio de
poder en Egipto. Las antiguas tendencias de los señores feudales se
reprodujeron tal y como parece enseñarnos el texto que comentamos. Fue
la reina Aahhotep con su inteligencia la que supo sujetar a la clase
cortesana y noble del Alto Egipto para unirla de modo indisoluble a la
casa real que en ese momento de dispersión y de guerra atravesaba sin
duda situaciones de peligro frente a los disidentes con parcelas de
poder. De hecho Egipto estaba dividido, las ambiciones de los señores
locales se oponían a la voluntad centralizadora de la familia real. A
todo esto se opuso la reina Aahhotep. Supo ganarse a la clase dirigente
y controlar la superestructura social del país. Descendió a los casos
concretos recuperando para la tarea de reconstruir el país a aquellos a
los que el temor de las represalias por haber confraternizado con los
invasores, les había hecho huir. Convenció a los que no compartían
los puntos de vista tebanos en la marcha de los acontecimientos políticos
y bélicos. Además hizo
frente a un movimiento sedicioso, a una rebelión de aquellos que , no
contentos con mostrar su desacuerdo, habían pasado a la acción para tratar de llevar a cabo sus propios proyectos
Entre los años 15 al 22 del
reinado de Ahmosis, se reanudan las hostilidades contra los Hicsos, que
concluirían con la conquista de Avaris y con su expulsión. El relato
de la toma de esta ciudad y de la campaña de Ahmosis contra los Hicsos
se encuentra en la tumba de Ahmés hijo de Ibana en El Kab. Este oficial
de la marina del rey, nos cuenta de su valiente comportamiento en el
combate lo que le sirvió para ser recompensado con el oro de la
victoria, en forma de collares o cadenas, ascensos en el ejército,
esclavos y esclavas y concesión de terrenos. La inscripción que se
recoge en el muro norte de la tumba de este personaje, dice lo
siguiente: " El jefe de los marineros, Ahmosis, hijo de Ibana,
justificado de voz dice: Os hablo, Oh hombres!, a todos vosotros. Voy a
daros a conocer los honores que me han sido hechos. He sido recompensado
con el oro siete veces en presencia de todo el país entero, con entrega
de más y más servidores. El renombre de un hombre se establece según
lo que ha hecho y no perecerá en este país nunca. He crecido en la
ciudad de El Kab. Mi padre era comandante del ejército del rey del Bajo
y del Alto Egipto Seken-en-Re. Yo me convertí en comandante en su lugar
en el navío llamado "El Toro Combatiente" en tiempos del Señor
de las dos tierras Neb-Pehty-Re
justo de voz...
Mientras tanto y durante las prolongadas ausencias de su hijo
Ahmosis en el desarrollo de sus campañas en Asia, primero, y luego en
el sur, casi hasta la segunda catarata, obligaron a esta excepcional
mujer a tomar las riendas del gobierno ejerciendo una auténtica
regencia en nombre de su hijo, dentro del país y también fuera. Más
concretamente cuando Ahmosis inició sus campañas en el sur de Egipto
la reina hizo extender su soberanía hasta las regiones del próximo
oriente recientemente conquistadas por Ahmosis tras la toma de Sharuhen
en la Palestina meridional. Esta autoridad no fue nominal sino efectiva,
pues conforme a sus títulos sabemos que ejerció su autoridad en una
región que los textos denominan Nebut y que algunos autores han
reconocido cono el territorio de la futura Fenicia..
La reina Aahhotep, también
se ocupó de aquellos que amenazaban directamente la estabilidad del país,
y se esforzó en ocuparse
de reagrupar a "la Menfyt", y aseguró su cohesión". El
término Menfyt parece designar a una especie de cuerpo de Infantería o
tropas de asalto. Este es el motivo por el
que tradicionalmente se consideró que la reina incluso estuvo al
frente de las tropas como Jefe militar para hacer frente a los rebeldes
y dominar su insurrección. Esta idea parecía corroborarse por haberse
incluido en su ajuar funerario los atributos de un jefe militar del
Imperio Nuevo (El hacha, el puñal, y el colgante con las moscas,
distintivo de alta graduación militar). Esta es una de las facetas más
atractivas de la biografía de la reina por cuanto se nos presenta
entre las brumas de la historia como una especie de heroína que
en tiempos tan duros y turbulentos como los de la reconquista del suelo
egipcio tomó sobre sus espaldas la enorme tarea
de aglutinar a su alrededor el espíritu nacional egipcio, más
allá de lo que hiciera en este campo su propio hijo. Ella, la viuda del
valeroso Tao II, que vio morir también a Kamose, víctima de la peste
durante el asedio de Avaris, se entregó con su ejemplo viviente a la
predestinada tarea de recomponer la unidad del territorio egipcio bajo
la soberanía de los reyes tebanos. Si bien hay autores que opinan que,
más que mandar directamente tropas, la reina unificó a la clase dirigente o cuadros de mandos militares,
especie de aristocracia militar, el gesto sigue teniendo todas las
características de lo épico,
lo que nos hace tan altamente atractivo el personaje.
Hemos hablado de su
importante ajuar funerario, sin
duda, como veremos a continuación,
el ajuar de un guerrero. EL
TESORO DE AAHHOTEP. Como
decíamos al principio de esta conferencia el tesoro de la reina hallado
como ajuar con su sarcófago suscitó desde el mismo momento de su
descubrimiento la codicia de quienes lo vieron. De hecho
el gobernador de Quena quiso apropiárselo, el propio Jedive de
Egipto conservó para su favorita y para él mismo dos piezas del ajuar,
un collar y un escarabeo, aunque más tarde volvieron al Museo Egipcio.
Una vez más la emperatriz Victoria Eugenia solicitó alguna de las
joyas al Virrey de Egipto durante la muestra de la Exposición Universal
de Paris de 1867. Mariette consiguió preservar la unidad de las joyas
de la reina que hoy se pueden ver en las vitrinas del Museo de El Cairo.
Entre las piezas del tesoro las hay especialmente notorias como las que
a continuación vamos a analizar.
Veamos el hacha regalo de
Ahmosis a la reina. Es un arma que
tiene su hoja arqueada en los lados y redondeada en el extremo. La lámina
de oro que cubre la superficie está trabajada con incrustaciones de
cornalina, turquesas y lapislázuli. La pieza es de cobre. El hacha se
sujeta al mango por una atadura de oro que le impide salir de la
cavidad en la que está insertado. El mango es de madera dorada,
adornado con una columna inscrita en
incrustación policromía y por una serie de aplicaciones en forma de
anillo que se han perdido, pero que son reconocibles por las
acanaladuras existentes. La empuñadura es de tipo ensanchado, y su base
está trabajada con incrustaciones. La columna de la
inscripción nos indica que el dueño del arma fue Ahmosis, cuyo
nombre figura en el texto jeroglífico de la empuñadura y se repite en
una de las caras de la hoja junto a las imágenes del rey derrotando a
uno de sus enemigos acompañado del dios Montú en forma de grifo.
La tipología del hacha examinada se repite en tres ejemplares: el primero,
con hoja de cobre recubierta por una lámina de plata y con mango de
madera con los extremos dorados; el segundo con
el mango y la lámina de cobre completos en los que figuran los
nombres del rey Kamose; el tercero sin mango, y con la hoja de plata
decorada con el nombre del mismo soberano. Nueve piezas (tres de oro y
seis de plata) completan el ajuar de hachas depositadas con la momia de
la reina.
Otro presente de Kamose era el precioso puñal, cuya lámina
revestida de oro tiene en su parte central una banda con inscripción,
figuras de animales y motivos vegetales. Los nombres del rey y los
adornos de oro se mantiene en su lugar por estar aplicados sobre un
material cuya composición aún no ha sido determinada. Sobre este fondo
destacan los esquemas decorativos que siguen este orden:
por un lado el nombre del rey , la representación de un león
persiguiendo a un toro y langostas repetidas cuatro veces la figura
termina en cabeza de chacal. El mango está hecho de madera dorada con
pomo, mango y guardas trabajadas en oro y piedras duras (cornalina,
turquesas y lapislázuli). Un adorno con incrustaciones y cuatro cabezas
femeninas de oro decoran el extremo del pomo, con una serie de cuadrados
polícromos cortados en diagonal , en la parte central mientras una
cabeza bovina de oro encuadra con el perfil de sus cuernos la unión del
mango con la hoja. El puñal lleva un forro de oro con la parte superior
convexa adornada con aplicaciones "en cadena". Al repertorio
de armas lo acompañaba un abundante número de collares y brazaletes
con amplia variedad tipológica y decorativa. El uso exclusivo del oro
se reservaba para las cadenas de dos collares, las moscas de uno de
ellos y los numerosos elementos de un collar Usekh. Otras piezas dignas
de mención llevan incrustaciones como es el caso del magnífico
pectoral de oro y esmaltes en forma trapezoidal que reproduce la entrada
de un templo egipcio con los dioses Amón y Ra en el acto de verter el
agua purificadora sobre el rey Ahmosis. El trabajo de la lámina de oro
y las composiciones con incrustaciones caracterizan también
el muestrario de los brazaletes encontrados en la tumba de la
reina. Quince ejemplares (once de oro y cuatro de ámbar amarillo)
constituyen un destacado ejemplo de ornamentación: el metal está
trabajado en simples formas de anillo, adornado en ocasiones por
decoraciones "en cadena" o por decoraciones perfiladas. Más
complicadas son otras tipologías, en las que el adorno y la forma se
presentan en una composición poco común. En un brazalete se utiliza el
nombre del rey como elemento decorativo, flanqueado por dos esfinges. Un
segundo brazalete presenta la cara en faja
parcialmente trabajada, con la efigie de la diosa buitre Nejbet,
protectora del poder real. Otro, decorado en oro sobre fondo de lapislázuli
muestra al rey Ahmosis protegido por el dios Geb mientras recibe los
signos de alegría y vida de los espíritus de Pe y Nejen arrodillados y
con cabeza de halcón y de chacal.
Además de todo lo anterior,
un muestrario de ajuares completa los objetos hallados por Mariette con
el sarcófago de Aahhotep: un espejo, un bastón y un abanico están
trabajados en madera dorada; dos piezas con cabeza de león están
realizadas en oro batido y bronce fundido respectivamente; dos modelos
de embarcación reproducen finalmente, en materiales nobles un objeto típico
del ajuar funerario egipcio. El conocido ejemplar que lleva el nombre
del rey Kamose, tiene el casco, tres miembros de la tripulación y los
remos , el timón y otros accesorios en oro, mientras doce remeros son
de plata
La reina Aahhotep, después
de haber ejercido tal poder y
con tanta autoridad moral, debió fallecer con anterioridad al año 22
de su hijo Ahmosis. Ello se desprende de que en su ajuar funerario sólo
había objetos con los nombre de Kamose y de Ahmosis, así como el hecho
de que el nombre Iah está escrito en jeroglífico con el creciente
lunar hacia arriba, que se sabe era la manera de escribirlo antes del año
22 del rey. De este modo, anciana, respetada y con la sensación de
haber sido una especie de bisagra de la historia de Egipto, la reina
murió en Tebas, dónde fue enterrada ante un profundo duelo, con la
admiración de su familia y la devoción de un pueblo.
Hacía poco que la ansiada paz se había conseguido. Habían
sido más de cien años de luchas... Demasiada sangre de los hijos de
Kemet, había regado la tierra negra... Pero ahora esa sangre
germinaba con fuerza, impregnándolo todo: valor, coraje, orgullo... De nuevo eran una sola nación, un
sólo soberano, un Doble País...
Creyeron, que volviendo a la tradiciones antiguas todo volvería a ser
como antes. Pero no se dieron cuenta de que,
para bien o para mal, Egipto se había transformado y estaba
empezando a escribir la página más espléndida de toda su historia. el
Imperio Nuevo. [1] Su momia se conserva en el Museo Británico. [2] Gitton,M: "Les divines épouses de la XVIII dynastie".1984,pag.13. [4] Stewart:"Egyptian stelae and Paintings from the Petrie Collection I".plI
(1),p.1; Murray,"Ancient Egypt",1934,p.65-66 fig.2;Gauthier,BIFAO
12,1916)p.127-129;Daressy,ASAE9 (1909),p.137 [5] Actualmente se encuentra en la sala especial de momias del Museo de El
Cairo. [6] El 1908, fue localizada en la zona Dra Abou el Naga por
Lord Carnavon y Howard Carter, una tumba que contenía un amplio
amasijo de restos de cerámica y momias entre las que se encontraba
dos tablillas de madera recubiertas de estuco blanco que habían
sido el ejercicio escolar de un escriba y que recogían la narración
de un texto histórico oficial alusivo a la lucha de Kamose contra
los Hicsos.
[7] Apopis en la II Estela de Kamose, se queja de no haber sido informado
de la subida al trono del rey de Kush. [8] Actualmente en la Biblioteca Real de Bruselas. [9] Actualmente en el Museo del Louvree de Paris. [10] Con el número 4944 de sarcófago. [11] CG 34001.
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