EL
LLAMADO SEGUNDO PERÍODO INTERMEDIO: LOS HICSOS, LOS TEBANOS.
LA RECONQUISTA NACIONAL. |
Por Teresa Bedman |
Del Instituto de Estudios del Antiguo Egipto |
Conferencia impartida en el Instituto de Estudios Islámicos. |
Madrid, 12 de Febrero de 1993. |
"Por
causas que me son desconocidas, la ira del Señor se abatió sobre
nosotros; y de repente, de las regiones del Oriente una oscura raza de
invasores se puso en marcha contra nuestro país, seguro de la victoria.
Habiendo derrotado a los regidores del país, quemaron despiadadamente
nuestras ciudades. Finalmente eligieron como rey a uno de ellos, de
nombre Salitis,. Situó su capital en Menfis, exigiendo tributos al Alto
y Bajo Egipto..."(1)
Así es como nos relata Flavio Josefo, historiador judío del
siglo I d.C., la invasión hicsa. Pero,¿ fue así?. Veamos:
La gloria del Imperio Medio, sucumbió en las tinieblas de una época
mal conocida: El Segundo Período Intermedio.
A finales del Imperio Medio, Egipto padecía una debilidad
estructural interna por el hecho de haber comenzado como un estado
feudal, y aunque aparentemente Sesostris III había terminado con todo
tipo de poder local, la realidad fue, que de una forma aletargada, se
seguían conservando muchos factores de independencia. El faraón, fue
reconocido como jefe de una sociedad, pero éste reconocimiento subsistió
sólo, mientras el faraón fue poderoso. La mayor parte de los faraones
de la XII Dinastía, poseyeron estas cualidades, pero sabemos poco de
sus últimos gobernantes, bien porque ya hubiesen perdido poder bajo la
presión de fuerzas exteriores, o bien, porque careciesen de los
talentos necesarios. A éste debilitamiento real, se unió el
individualismo latente de los príncipes locales, lo que precipitó el
quebrantamiento del Estado.
Así debió ocurrir tras la muerte de Amenemhat IV, lo que provocó
una crisis y un vacío de poder, que se vieron en la obligación de
elevar al trono a su reina: Sebeknefrure, posiblemente como regente de
un hijo menor. Pero el debilitamiento del poder político debió ser tan
fuerte que la XII Dinastía se extinguió en la impotencia, tomando el
regio poder un tal Sejemre Jutaui, que bien se casó con la reina
Sebeknefrure o despojó a esta de su autoridad, inaugurando
así de este modo la XIII Dinastía.
El advenimiento de Sejemre, no marcó ninguna diferencia. Este
continuó con la misma política, lo que hace suponer que se había
restablecido el orden en el país. Su poder se apoyó en cuadros
administrativos creados en la XII Dinastía, con una fuerte tendencia
centralizadora, lo que le permitió controlar, por medio de una política
hábil y realista, la presión, que desde la frontera oriental de Egipto
se venía produciendo, por el continuo paso de tribus semitas empujadas
bien por la expansión hitita, por hambre, o porque en definitiva el
Delta de Egipto debió ser, desde siempre, el sueño verde de multitud
de pueblos sedientos.
La entrada pacífica de semitas, no fue el agente directo de la
ruptura de la unidad nacional. Si bien es cierto que, Egipto se dividió de nuevo
en un reino del Sur, bajo la autoridad de los reyes de la XIII Dinastía,
instalados en Tebas, y un reino del Norte, cuyo centro se hallaba en
Xois y que después se trasladó a Tanis, en la frontera oriental. Este
reino del Norte habría sido fundado por un usurpador militar llamado
Semenjkare Mermesha.
Después de un período de incertidumbre, la unidad del país fue
restaurada por Sejemre Seuadjtaui, posiblemente éste fuera algún
funcionario ya que su sucesor, está constatado que sí lo era. Esto no
es raro, si tenemos en cuenta que a pesar de la fuerte crisis de poder,
la administración seguía siendo la gran fuerza del país. La prueba la
tenemos en que apenas hubo
reunificado Egipto Sekhemre Seuadjtaui, se produjo un renacimiento económico.
Su sucesor, Shasekhemre Neferhotep, continuó con esta misma política y
en lugar de mantenerse replegado en las fronteras egipcias, se lanza a
una política expansionista que le lleva a instalarse en Siria, imponiéndose,
aunque sólo momentáneamente, su peso sobre Biblos.
Los reinados siguientes dieron a Egipto al parecer un período de
estabilidad social y económica, mientras que en todo el Levante
Mediterráneo, comienza a dejarse sentir la presión de las migraciones
arias. Al escasear los productos en los mercados tradicionales de
Siria y Biblos, caravanas de cananeos comienzan a llegar al país del
Nilo para procurarse trigo
El comercio de cereales constituía uno de los principales
recursos económicos de Egipto. La administración real era quien
controlaba este importante mercado. Pero a pesar de todo, el hambre en
la zona, no dejó de arrastrar hacia Kemet a una población en busca de
mejores medios de vida.
La política real, anticipándose a los hechos, se esforzó en
evitar la invasión, adaptándose a las necesidades. Esto explicaría el
porqué de la venta de trigo. El hambre y su negación hubieran sido dos
aliados perfectos para una invasión atroz. Por otro lado, les abre sus
puertas, en lugar de
dejarles concentrarse en la zona semidesértica de
la frontera. A pesar de la aversión que sentían los egipcios
por éstos pueblos, son admitidos en su territorio
aunque instalados sistemáticamente en los confines orientales.
La penetración de contingentes semitas se puede constatar a lo largo de
toda la historia de Egipto, pero ésta, se hace constante desde casi
finales de la XIII Dinastía. Esta nueva clase de población se integra
dentro de la economía egipcia, no como esclavos, ya que la costumbre
egipcia no se caracterizaba por su utilización, sino que se transforman
en criados. En un papiro del Museo de Brooklyn, publicados por Hayes en
1.955, y con fecha del reinado de Sebekhotep III, resulta que un
funcionario tenía entre sus sirvientes a 45 extranjeros, la mayoría de
ellos integrados y con nombres egipcios. En este período deberíamos
situar la historia de José que nos cuenta el Génesis bíblico (2), y
que nos muestra la realidad de un Egipto luchando por superar la crisis
política y económica que le rodeaba, pero que a pesar de sus
esfuerzos, terminó tragado por ella.
El esplendor económico y el período de abundancia concluyó,
llevando al país a la miseria. Este período de "vacas
flacas", se produjo no solamente por inestabilidad política. Hubo
también condicionantes climatológicos que contribuyeron a
desestabilizar el sistema económico: en el desfiladero de Semna y en la
isla de Askut en Nubia, una serie de grafitos registran, con cierta
preocupación, unos niveles desusadamente elevados de inundación. Una
estela, de éste mismo período (Dinastía XIII), y procedente del
templo de Karnak, nos habla de la inundación que sufrió el propio
templo de Amón. Estas inundaciones excesivas, no sólo dañarían las
propiedades, sino que también puso en peligro a toda la base del
sistema agrícola, destruyendo, todos los víveres almacenados.
Egipto, replegado de nuevo sobre sí mismo, se impuso una
economía cerrada. Esta nueva crisis, abrió viejas heridas políticas y
el sistema señorial del Alto Egipto, reapareció. En el Delta, no existían
estas antiguas familias terratenientes, sino pequeños agricultores que
vieron afectadas sus economías por el cierre del comercio exterior y,
como consecuencia, la disminución de los precios de sus productos. La
población se empobreció de tal modo, que se vieron imposibilitados a
pagar sus impuestos y a solicitar una seguridad, que si en el Alto
Egipto era proporcionada por los
príncipes feudales, en el Bajo, el feudalato fue el propio Estado (3).
No tenemos constancia de cual fue la reacción del pueblo ante
esta crisis. Pero la que sin duda salió beneficiada, fue la casta
sacerdotal, que vio restituido todo su antiguo poder, convirtiéndose
los templos en los centros sociales más importantes.
Esta nueva desmembración del poder real provocó
usurpaciones. Una serie de príncipes feudales toman el título real y
fundan dinastías paralelas. Y como si fuera parte de un rito cíclico,
Egipto se fracciona en dos reinos: uno feudal, en el Alto Egipto, al
frente del cual está un rey llamado Deudimes, y otro en el Bajo Egipto
gobernado por un tal Nehesi (4)
Fraccionado internamente, Egipto ya no era capaz de defender sus
fronteras orientales. Hacia 1.730,hordas
semitas, y esta vez formadas no solamente por campesinos, sino
posiblemente también por
una aristocracia guerrera que venía siendo empujada por las sucesivas
invasiones de Asia Menor, Mesopotámia y el sur de Siria, se asientan en
esta zona oriental del Delta. Las dinastías nacionales, no se
opusieron, bien porque no tenían fuerza o bien porque estaban tan
ofuscadas con sus propias rencillas internas que no se dieron cuenta que
las tribus que estaban penetrando distaban mucho de las que comenzaron a
penetrar en la XII dinastía empujadas por el hambre. Estos nuevos
semitas eran, organizados, con fuerza y contaban desde hacía tiempo con
su propia semilla plantada en el mismísimo Delta, por lo que su
instalación, no debió ofrecer mayor complejidad. De este modo las
dinastías nacionales, diezmadas de fuerza, se vieron obligadas a
abandonar esta parte del país. Y así, en un lapso corto de tiempo
encontramos asentada a una dinastía de "reyes extranjeros"
con capital en Avaris.
Pese a que la propaganda oficial posterior, pintó este período
como algo abominable, lo cierto es que los Hicsos, se asentaron e
identificaron con el pueblo egipcio desde el principio, consiguiendo un
binomio cultural que los propios egipcios no comprendieron. Ellos no
planearon la "invasión" para arrasar la cultura egipcia, sino
que no tenían ni otro remedio ni otro lugar donde acudir, cuando fueron
despojados de sus casas y su suelo por otras tribus más fuertes
procedentes de Asia y el centro de Europa. Entonces, debieron pensar en
Egipto, en ese paraíso verde donde su propia raza vivía desde hacía
tiempo en paz mezclada con la autóctona.
Pero entre la XII y la XIII dinastía, se había producido un
cambio, una gran cambio: el intocable, el invencible, el xenófobo
pueblo egipcio había caído. Pasó de ser amo, a ser siervo de
aquel mismo pueblo, que tan sólo una dinastía anterior se agolpaba en
su frontera en busca de pan. Estos, debieron pensar que porqué debían
pagar tributos a unos señores que ya no eran tales. Egipto estaba tan
disgregado que surgían príncipes legitimando su derecho a la doble
corona casi de cada nomo. Así es que esta nueva raza debió pensar
también, que ellos tenían tanto derecho como los demás a la tan
codiciada doble corona, y desde Avaris, donde se habían asentado, se
lanzaron a la conquista del doble país.
Egipto, hasta ese momento desconocía el caballo y su utilización
con el carro de guerra, por lo que no es de extrañar el susto egipcio
al ver llegar ante las puertas de la "blanca" Menfis, a estos
contingentes de tropas. Flavio Josefo nos lo recuerda:" Sin
dificultad ni combate, se apoderaron por la fuerza del país, capturaron
a los jefes, incendiaron las ciudades de modo salvaje y arrasaron los
templos de los dioses..." Una vez dominado el Delta, estos "príncipes
extranjeros" (heqau khasetiu) comienzan su avance hacía el sur..
Alcanzaron el Egipto Medio, Hermópolis y sometieron, quizás durante
algún tiempo Gebelen, aunque el Alto Egipto conserva al parecer su
independencia bajo soberanos tebanos.
La monarquía egipcia, ante tal presión, se termina hundiendo.
Algunos jefes o príncipes locales, aprovechando el momento de debilidad
y apoyados, en muchos casos por los propios Hicsos cuyo vasallaje
reconocen, toman el título real y fundan algo parecido a principados.
La ciudad de Avaris parece que pasó a representar el papel de
capital de un reino semiegipcio-semiasíatico, bajo la soberanía hicsa.
Este régimen feudal tomó como base el modelo egipcio de antaño y
exigió fuertes tributos bajo la presión de una casta militar, pero que
respetó la cultura egipcia de tal modo que se fundió con ella.
Y así, pasado el primer período de lucha y asentamiento, estos
reyes hicsos pasaron a gobernar el doble país, fundando sus propias
dinastías: la XV y la XVI.
Impregnados del mágico don del Nilo, los Hicsos, quisieron
convertirse en egipcios. Para ello, adoptaron la escritura, costumbres,
y algunos conceptos religiosos, pero ellos se habían traído también
los propios: vinieron a Egipto con un dios de la tempestad que al mismo
tiempo era dios del cielo y la fecundación al que denominaban Baal.
Este, rápidamente lo asimilaron a Seth, antigua divinidad del Alto
Egipto, que en el período Predinástico había encabezado las primeras
confederaciones feudales. Entre la población del Alto Egipto, Seth, no
había perdido su carácter primitivo. Para la población autóctona no
era y no fue nunca el dios del mal, al que le habían asimilado el mito
osiríaco y la cosmogonía solar. Era el gran dios creador, pero
representaba un estadio de culto mucho menos evolucionado.
Aunque los soberanos hicsos adoptaron el cartucho y el epíteto
de " Hijo de Ra", no aceptaron el culto solar, cuyo protocolo
era la expresión de una cosmogonía que no comprendían y que para
ellos estaba vacía de contenido religioso. El mismo culto de Osiris,
que en esta época gozaba de un fuerte arraigo popular, sobre todo en la
zona del Bajo y Medio Egipto, les resultaba extraña. Y es que, tanto la
cosmogonía solar, como el misticismo osiriaco, no podían acercarse ni
a sus creencias, ni al concepto que ellos tenían de poder. Por eso
Seth, que representa la fuerza de la propia naturaleza viva, fue
comprendido, asimilado y justificado como el culto egipcio por
excelencia, pues representaba el concepto de dios que ellos entendían.
Seth, volvió a ser el dios de la monarquía feudal como en los tiempos
más primitivos de Egipto, y en su honor, levantaron estatuas los
vasallos de los reyes hicsos (5).
La decadencia religiosa estaba en la misma línea que la social y
la política. Los Hicsos aportaron pocos elementos nuevos a la antigua
civilización egipcia, a excepción del ya mencionado caballo y carro de
guerra. También introdujeron las armas de hierro, el arco compuesto
(6), la lira, el laúd, algunas innovaciones en la técnica del bronce
así como un nuevo tipo de vacuno. Y aunque aceptaron y asimilaron todo
lo bueno que les daba Egipto, sin embargo, guardaron para sí mismos
algunas de las costumbres que traían al entrar en el valle del Nilo: el
culto a sus muertos.
En la actual zona de Tell-el-Daba, la misión austriaca, localizó
en 1.966, un pequeño cementerio familiar, de tipo claramente no egipcio
que correspondía a rituales y costumbres sirias del Bronce Medio II.
Junto a las sepulturas de niños, con restos quemados y custodiados en
"pithoi", se encontraron tumbas en fosa con revestimiento de
ladrillo crudo y cubierta arqueada, donde los cuerpos yacían en posición
levemente contraída sobre uno de los lados. La presencia de típicos puñales
de hoja triangular o de hachas de guerra de tipo sirio indica el status
del difunto y caracteriza, en general, a una estirpe de guerreros. Pero
el detalle más sorprendente, además de la abundancia del característico
ajuar de cerámica, es el hábito de excavar en algunos casos, en uno de
los extremos de la tumba y fuera de ella, una cavidad donde se han
recuperado huesos de asnos. Seguramente
corresponde a un tipo de ofrenda fúnebre, y en donde se quiere ver una
conexión con el culto al dios Seth.
Recientemente, el Dr. Alí Radwan, al frente de la misión
arqueológica de la Universidad de El Cairo, localizó en la zona de
Abu-Gurab una serie de enterramientos. Hasta aquí nada extraño. La
curiosidad comienza cuando los esqueletos localizados pertenecían a
tres asnos mirando hacía el este. Y lo más sorprendente, datados en la
I Dinastía.
Recordemos que la deidad Seth fue considerado como dios universal
ya desde el período Predinástico, por lo que podemos lanzar aquí la
hipótesis, que éste enterramiento represente una alegoría de la
creación (7).
Pero volviendo a nuestros enterramientos de Tell-el-Daba, aún
encontraremos más sorpresas. Junto a los enterramientos de asnos, como
les decía, se localizaron también los cuerpos de dos individuos jóvenes
de sexo masculino que al parecer formaban parte de una ofrenda humana.
No se escandalicen. Recordemos en nuestra propia cultura, judeo
cristiana el sacrificio de Isaac por Abrahám (8). Cuando dios quiso
ponerle a prueba -como nos dice la Biblia-, y le dijo:"¡Abrahám!.
Toma a tu único hijo Isaac, a quien tanto amas y haz un viaje a la
tierra de Moría y allí ofrécemelo en una de las montañas que yo te
designaré". A Abrahám no le pareció una atrocidad. Acató el
mandato no sólo por fe, sino porque era un ritual muy extendido dentro
de su secuencia cultural. El resto de la historia, ya la conocemos. Este
tipo de sacrificio está comprobado dentro de las costumbres de los
pueblos semitas orientales.
Se ha especulado mucho sobre hasta donde llegó el reino Hicso
fuera de las fronteras de Egipto. Tradicionalmente , se venía apuntando
hasta Asiría, englobando Amuru y la región de Subaru. Esta hipótesis
se basaba en la localización de algunos objetos como por ejemplo un
pequeño león hallado en Bagdad, la tapa de un vaso de alabastro en
Cnosos, un fragmento de obsidiana en Boghazköi (Turqía). Pero son la
localización de sellos y escarabeos reales Hicsos encontrados
en distintas ciudades de Palestina los que más han apoyado a la
hipótesis de la existencia de este "Imperio Hicso". También
han sido localizados estos tipos de materiales en Nubia pero sistemáticamente
se ha enfocado más hacía el resultado de un intercambio comercial,
pues los contactos entre Egipto y Nubia no se interrumpieron. Pero lo más
curioso es que este tipo de materiales Hicsos, se han localizado en
fortalezas como en la Buhen, Mirgissa, Semna..., que se sabe fueron
abandonadas por los egipcios a finales de la XII dinastía. Entonces ¿quien
ocupó éstas fortalezas?. Sólo hay dos posibles respuestas: o por
nubios que durante el Imperio Medio habían estado al servicio de los
egipcios, o bien por gentes del reino de Kush, que en este período se
presenta como una importante potencia entre la primera y segunda
catarata, ocupando el vacío que dejó Egipto. La zona entre Elefantina
y Buhen, presentó un vacío de poder que sin duda fue aprovechado por
familias que se refugiaron allí cuando el poder Hicso se hizo notar en
todo Egipto. El estado
actual de la cuestión nos hace renunciar a esta hipótesis, aunque dado
el origen probable de los hicsos, no sería extraño descubrir que una
parte del sur de Palestina permaneció bajo su hegemonía. Las posibles
referencias a este hecho se limitan tan sólo a la segunda estela de
Kamose donde trata a Apofis como príncipe de Retenu, es decir de
Palestina (9).
Pasada la crisis del asentamiento Hicso, todo Egipto se encuentra
pagando tributos a estos soberanos extranjeros. Los documentos contemporáneos,
no nos aportan muchos datos sobre el estado político del Alto Egipto.
Tan sólo un documento localizado en Coptos sobre un decreto de
Nebkheperre Antef, nos lanza una luz sobre lo que podía estar
ocurriendo en el Alto Egipto. El texto alude al tercer año del reinado
de Nebkheperre donde se cometió un crimen en el templo de Min en
Coptos, el culpable un tal Teti, hijo de Minhotep se vio desposeído de
sus funciones que ejercía en el templo así como de sus bienes, y su
nombre, borrado de los archivos del templo. La maldición dice:"En
cuanto a todo rey del Alto Egipto, en cuanto a todo jefe que se muestre
compadecido hacia él, no podrá recibir la corona blanca, ni ceñirá
la corona roja. No podrá sentarse sobre el trono de Horus y las dos
diosas (Uadjet y Nejet), no lo favorecerán como favorecen a quienes
ellas aman".
Según este texto, parece que en esa época existían muchos
reyes del Alto Egipto y que se podía llegar al poder sin ser de sangre
real. Por este motivo, se cree, como veremos a continuación,
que la dinastía XVII fue contemporánea de la XVI hicsa. Tebas
sería un reino casi independiente donde la principal consecuencia de la
invasión hicsa fue la de haber robustecido la feudalidad, lo que
explicaría que la monarquía reapareciera en Tebas con el advenimiento
de la XVII dinastía bajo la forma de una realeza propiamente feudal, en
la que el rey era elegido por los príncipes de los nomos. La invasión
hicsa no fue suficiente motivo para anular de golpe el resultados de
muchos siglos de evolución. Y aunque diezmados económicamente,
aceptaron ser tributarios del Delta, hasta que su poder local fue lo
suficientemente fuerte otra vez.
Pero no todo debió ser malestar. Parece ser, que en un intento
de agradar o favorecer el buen desarrollo de las relaciones se optó por
hacer política matrimonial fusionando las dos culturas. En el
yacimiento de Tell-el-Daba, se ha localizado el fragmento de una
inscripción con el nombre de una princesa llamada Tany donde se la
denomina "hermandad del rey". Su nombre está rodeado por un
cartucho, lo que la vincula a la familia real hicsa. La partícula
"Taa" de su nombre es muy característico de la XVII dinastía
y nos hace pensar en la procedencia tebana de la princesa. También
tenemos otro ejemplo, la princesa Herit, hija de Apofis, se casó con un
rey de Tebas (10).
Se ha especulado mucho sobre el origen de la XVII dinastía.
Desde principio de siglo se viene apuntando y en los últimos años se
sigue manteniendo la hipótesis de que, al menos, parte de la familia
que componen la XVII dinastía tuviera sangre no egipcia. Esto no sería
de extrañar si como dijimos anteriormente la zona entre Elefantina y
Buhen era una zona de nadie donde sin duda se refugiarían muchos
egipcios cuando el poder Hicso se hizo notar en Egipto.
En este territorio se localizan las fortalezas de Buhen, Semna,
Aniba, Mirgissa..., que sin duda, cuando el peso egipcio desapareció de
la zona siguieron siendo ocupadas por algunos egipcios que se quedaron
al servicio de los reyes de Kush, como nos cuenta una estela de un
comandante llamado Sepedher donde nos dice:
" Yo era un esforzado comandante de Buhen y nunca un
comandante había hecho lo que yo hice. Construí el templo de Horus, señor
de Buhen, en los días del rey de Kush".
Pero hay los suficientes indicios para sospechar que estos
egipcios intentaron establecer un reino independiente hacia finales de
XIII dinastía, aunque el intento no debió prosperar muchos años, pues
se sabe que con Kamose este territorio era vasallo de los reyes de Kush.
En esta zona hay que añadir otro elemento: la inmigración y
asentamiento de los pueblos del desierto cuya cultura se conoce como
"Pan-grave". Con esta cultura, se identifica sobre todo a un
pueblo que era originario del desierto oriental : los Medyau. En las
inscripciones del ataque de Kamose contra los Hicsos se menciona que su
ejército estaba formado por unidades de tropas Medyau. Estos, no parece
que fueran un grupo de tribus esporádicas. Todos los indicios apuntan a
un movimiento de gentes que afectó tanto a la Baja Nubia como al sur de
Egipto. Se han identificado enterramientos con cerámica de
"Pan-grave", que se caracteriza por sus cuencos dentados rojos
y oscuros con la parte negra alta, con dibujos incisos, brazaletes de nácar
y cráneos pintados, en pequeños campamentos en los márgenes del
desierto en la zona de El-Badari y en una serie de ciudades egipcias
como Kahum, Hieracómpolis,
Edfú, Karnak, El Kab, y en los fuertes nubios de Kubban y Mirgissa.
El papiro Bulaq 18 referente a la XIII dinastía, identifica a
jefes Medyau que fueron invitados a la corte de Tebas, lo que nos da la
idea de que estas gentes estaban perfectamente organizadas.
Pero al igual que ocurrió con las tribus semitas que se
asentaron en el Delta oriental, los Medyau se terminaron fusionando con
los egipcios y su identidad propia no se conservó más allá del
comienzo del Imperio Nuevo, pues no existen pruebas documentales que nos
indiquen que estos fueron sometidos por el Alto Egipto. Como dato
curioso, es posible que la destacada familia de Paheru de El Kab, de la
XVIII dinastía, descendiera de este pueblo. Los nombres de algunos de
sus miembros tienen un claro origen asiático. Hay un pariente que tiene
por nombre "hombre medya" y la partícula "Ru"
aparece en muchos de los gentilicios de esta familia, siendo muy común
entre los nombre Nubios.
Es curioso notar como a partir de Tetisheri, esposa de Senajtenre
I y abuela de Kamose, el papel de la mujer se hace preeminente, característica
esta, que localizaremos luego a lo largo de todo el Imperio Nuevo. Estas
reinas comienzan a llevar el título de "Gran esposa del
dios", encontrando un paralelismo entre la corte Nubia, y
posteriormente en el reino de Napata. La utilización de la partícula
"Ta" en muchos de los nombre de los reyes y princesas de la
XVII Dinastía, es otro dato más a tener en cuenta, pues era comúnmente
utilizado en Nubia. Los rasgos no egipcios de Ahmosis o los de su esposa
Ahmés-Nefertary. La influencia
de ésta mujer no tiene precedente. La "Gran esposa real",
consejera de Ahmosis, llevó temporalmente, el título de "Segundo
Profeta de Amón", título éste que nunca se había atribuido a
una mujer (11).
En cuanto al arte, la XII dinastía influyó sobre la XVII de
manera significativa. Para algunos autores, este tipo de influencia no
tendría explicación si la XVII dinastía fuera enteramente tebana ya
que la XII dinastía tuvo una influencia capital sobre el
territorio Nubio, concretamente entre la franja que va desde Elefantina
hasta el país de Kush, donde el poderío egipcio se dejó sentir sobre
todo con Sesostris III a quien posteriormente se le profesaría culto.
Pero a pesar de las aparentes buenas relaciones, la aristocracia
tebana, jugó el papel de organizar el pequeño reino y reavivar entre
sus súbditos el sentimiento nacional y hacer nacer en ellos el deseo de
expulsar de Egipto al extranjero.
Cuando intentamos averiguar algo más sobre quienes eran estos
"reyes extranjeros" que sometieron el país del Nilo,
nos encontramos con el olvido del tiempo que caracteriza a todo el período
faraónico alineado con el barrido histórico que posteriormente harían
de él, con lo que la historia se nos complica aún más.
Manetón atribuye seis reyes para éste período: Salitis, Bnon,
Apakhnam (Pekhem), Apofis, Innas, Kertos (Assis), y da una duración
exagerada de 259 años de reinado.
El Canon Real de Turín, algo más acertado, atribuye un
reinado de 108 años para la XV Dinastía considerada como la de los
"Reyes Hicsos".
Según esto, corroborado con las últimas investigaciones tendríamos
que, el primer rey Hicso estaría ya en el trono de Avaris hacía el
1.652 a.C., fundando la XV Dinastía hicsa.
Hacia el 1.650 a.C., sube al trono Nubkare, fundando una dinastía
paralela de príncipes hicsos: la XVI.
Mientras tanto, en la zona tebana, en el 1.652 sube al trono
Rahotep que fundará la XVII Dinastía, y que será contemporánea de la
XV y XVI Dinastías hicsas.
Yaqoub-Har o Yayoub-Baal, fue el sucesor de Salitis. Su cartucho
ha sido localizado en Gaza y Kerma. Parece que permaneció en el trono
al menos durante dieciocho años, y mantuvo buenas relaciones con los
reyes tebanos: Antef V, Antef VI, Sobekemsaf I y Djehoutf.
A Yayoub-Baal le sucedió Kyan. Aunque su nombre aparece en
lugares tan distantes como Gebelen, Bubastis y fuera de Egipto en una
jarra en Cnosos, en escarabeos encontrados en Palestina o en un león de
granito localizado en Bagdad, no son pruebas concluyentes para afirmar
que él fuese el precursor de un gran Imperio Hicso, como en ocasiones
por parte de algunos egiptólogos, se ha tratado de hacer ver. Parece, más
bien, las pruebas de un amplio desarrollo comercial.
A la muerte de Kyan, Apophis I se hace con el trono, que al menos
en un principio continua con la política de buenas relaciones de su
antecesor (12). Hace también política matrimonial, casa a su hija
Herit con un rey tebano, lo que no se sabe es, si fue, como consecuencia
de estrechar aún más los lazos de amistad o para sofocar las tensiones
que del lado tebano comienzan a producirse. La monarquía tebana, se habían
contentado con el papel de mera vasalla hicsa conservando ese halo de
"independencia" y de altanería que la caracterizaba. Se sabe
que los príncipes tebanos de éste período, no se caracterizaban
precisamente por su fuerza: Djehouty contemporáneo del rey hicso Kyan
no permaneció en el trono de Tebas más de un año. De su sucesor
Mentouhotep VII, del que se ha localizado una esfinge en Edfu, se sabe
que no realizó ninguna gran hazaña y que su reinado no fue demasiado
largo.
Pero a Apophis I no le será tan simple mantener en paz a sus
vecinos tebanos pues, como veremos a continuación, sangre nueva sube al
trono de Tebas y enciende la mecha que sacará del letargo al dormido
pueblo tebano.
Apophis I, tendrá como oponente a Antef VII. El origen de éste
rey es incierto. Su gran actividad constructiva ha quedado patente en
Coptos, Abidos, El Kab, Karnak. También hay constancia de un edicto del
año 3 de su reinado concerniente al templo de Min en Coptos, que nos
prueba el carácter autoritario que el poder tebano comienza a
recuperar. También se hizo representar en Karnak, como vencedor de
nubios y asiáticos.
Pero donde más claramente apreciamos que éste faraón era
diferente es en su tumba, localizada en Dra Abou'l Naga, pues se hizo
enterrar con el ajuar funerario de un guerrero (13). Su esposa, la reina
Sobekemsaf, es enterrada en Edfu, y la tradición la considera como una
antecesora de la XVIII Dinastía.
A Antef VII, por parte tebana, le sucede Senakhtenre Taa I, el
anciano. Su esposa Teticheri, durante la XVIII Dinastía, fue objeto de
culto, como la gran abuela del libertador Ahmosis.
A Senajtenre Taa I, le sucede hijo Seqenenre Taa II, quien
comenzará ya de una forma abierta las hostilidades con los Hicsos. El
Papiro Sallier I copiado en época de Mineptah, recoge la provocación
que será el comienzo de las hostilidades y que dice así:
" El rey Apophis -¡Vida, Salud, Fuerza!-, deseaba
enviar
un mensaje provocador al rey Seqenenre -¡Vida, Salud,
Fuerza!-, príncipe de la Ciudad del sur...
El rey Apophi hizo llamar a los altos funcionarios de
su palacio diciéndoles que quería enviar un mensajero
al príncipe de la Ciudad del sur con un comunicado
referente al río. Entonces los escribas, los sabios
así como los
altos funcionarios le dijeron: " Soberano
-¡ Vida, Salud, Fuerza !-, nuestro señor, pide que se
abandone el estanque de los hipopótamos que está al
este de la Ciudad del sur, porque impiden que el sueño
nos acuda de día y de noche, pues el ruido que hacen
llena los oídos de las gentes de nuestra ciudad... "
El texto se pierde con la contestación de Seqenenre. Pero se
sabe que éste se lanza al combate y que lo lleva hasta cerca de Cusae.
El joven rey muere, sino en éste combate, en otro similar. Su momia fue
recuperada por Maspero en 1.881 en la cachette de Deir el Bahari, con
evidentes signos de una muerte violenta producidos por los golpes de un
hacha del tipo Bronce Medio II, similares a las encontradas en Avaris.
Le sucederá su hijo Kamose, que pronto tomará el testigo dejado
por su padre. Pero Kamose tropezó con el mismo problema que él: parte
de la nobleza tebana prefería seguir pagando tributo y no lanzarse a
una lucha incierta. El texto de la Tablilla Carnavon I nos lo relata así
(14):
" Año tercero de Horus: " El que aparece sobre su
trono";
el de las Dos Señoras: " El que renueva sus
monumentos"
Horus de oro: " El que contenta a las Dos Tierras ";
Rey del Alto y Bajo Egipto:"Uadjkre per re "; Hijo
de
Re: Kamose, amado de Amón-Re, Señor del trono de las
Dos Tierras, que viva como Re eternamente y para
siempre jamás...
Su Majestad habló en su palacio al Consejo de los
Grandes que estaban en su séquito : ¡ Hacedme entender
para que tengo ésta fuerza, si un príncipe está en Avaris
y otro en Kush, y aquí me siento yo en medio con un asiático
y un negro. Cada hombre tiene su parte de Egipto compartiéndolo
conmigo...
Pero los Grandes del Consejo dijeron: Mirad, los asiáticos
has llegado hasta Cusae y tras haber mezclado sus lenguas hablan
de idéntico modo, mientras que nosotros estamos tranquilos en
nuestra parte de Egipto. Elefantina es fuerte y la zona central
es nuestra hasta Cusae... "
Kamose no se desanimó ante ésta negativa de apoyo de su
Consejo. Pero el dato más interesante que se desprende del texto, es el
hecho de que Kamose habla al Consejo, y no menciona a militares. Esto
resulta extraño, si consideramos que la intención del rey, era la de
lanzarse a una guerra para liberar a Egipto.
¿De dónde, y cómo formó su ejército, Kamose?
Recordemos que, la zona entre Elefantina y Buhen, que ahora
estaba bajo la soberanía de Kush, fue una zona de nadie a partir de la
XIII Dinastía donde debieron permanecer tanto egipcios, como nubios, así
como Medyau fusionándose entre sí para dar otro tipo de egipcio, como
también nos indica el texto : " Tras haber mezclado sus lenguas
hablan de idéntico modo.
¿ Por qué formó Kamose un ejército con los mercenarios de éste
territorio? ¿ Por qué no busco, para formar sus filas, a egipcios
puros, que aunque sometidos bajo la presión hicsa, permanecían en el
Egipto Medio?. ¿No sería porque toda su familia, tanto reyes como
reinas, desde Antef VII, eran originarios de esta zona?
Kamose, conocedor de sus propias limitaciones, lanzó primero sus
tropas hacia Kush, coincidiendo con la subida al poder del nuevo rey, y
el momento de inestabilidad que, con frecuencia, se producía durante un
cambio en el trono para asestar el golpe de gracia a Nubia, que le
permitió llegar hasta Buhem (15).
Con esto consiguió dos cosas: quitarse un enemigo a su espalda y
con la victoria, despertar el nacionalismo, alzándose como el soberano
que sacudiría a Egipto del yugo extranjero.
Sobre sus campañas contra Nubia no sabemos mucho, tan
En la II Estela fechada en el año 3 de su reinado, cuando
Kamose ataca ya las posiciones hicsas del Medio
y Bajo Egipto, la Baja Nubia ya estaba bajo su control. La
localización en Buhem de otra estela fechada también en el año 3 del
reinado de Kamose donde se menciona a un oficial egipcio que estaba
encargado de las reconstrucciones de parte de la fortaleza, o las
inscripciones encontradas en Arminna, corroboran la presencia de Kamose
en Nubia.
Con el control de la Baja Nubia, Kamose lanza la expansión hacía
el Egipto Medio, con la conquista de Nefrusi. Ahora está en disposición
de tomar Avaris. En la segunda Estela él
mismo nos dice:
" Está mi corazón contento porque hice ver a
Apophis la
hora de la desdicha
del príncipe de Retenu, débil de
brazos, que ignora
el valor de su corazón...
¡ Estas perdido...
!
Y tu corazón está hecho pedazos ¡ miserable asiático!
Los insultos a su adversario, están a la altura de la más pura
tradición del lenguaje real.
Kamose, traslada su campo de batalla al río y obligará al
enemigo a replegarse hasta el decimocuarto nomo del Bajo Egipto, es
decir, hasta la región de Avaris.
Con el control del río, y de todas las mercancías que transitan
por él, Kamose, se permite el lujo de darse un respiro y se hace fuerte
en Gebelen y Hemópolis. Mientras tanto, Apofis, que se siente
acorralado por el tebano, pide refuerzos a sus aliados de Kush. Pero el
mensaje es interceptado por las tropas de Kamose en la ruta de los
oasis, que unía Assiut con el oasis de Kharga, este decía:
" Aauserre, hijo de Re,Apofis, manda saludos a su hijo,
el príncipe de Kush.
¿Por qué te has alzado como soberano sin hacérmelo
saber?. ¿No has visto lo que Egipto ha hecho contra mi?.
El soberano que está en su interior, Kamose, el
victorioso, dotado de vida, de la misma manera como ha
actuado contra ti. El ha escogido estas tierras para
acosarlas, mi tierra y la tuya y las ha destruido. Ven
desciende la corriente. No temas. Mira, él está aquí,
junto a mi, no habrá nadie en esta parte de Egipto, no
le dejaré el camino libre hasta que tu llegues. Luego
dividiremos las ciudades de Egipto y nuestras dos tierras
serán felices y alegres ".
Pero la ayuda esperada por Apofis no llegará y Kamose,
respaldado y seguro de su victoria ataca con fuerza :
" Envié una fuerte tropa por tierra para
destruir el
oasis de Bahriya -
mientras yo estaba en Sako - para
impedir a los rebeldes que quedaran detrás de mi (16).
Kamose, toma Avaris, como parece que se desprende del texto de su
II Estela:
" Aquí estoy. He tenido éxito. La fortuna está en mi
mano...
Tu corazón está hecho pedazos, miserable asiático.
Mira, bebo el vino de tus viñedos, que los asiáticos,
que ahora son mis prisioneros, exprimieron para ti.
Destruyo tu Residencia, que he asediado... "
Hay otro testimonio más: la estela de una hombre llamado Emheb
que parece haber pertenecido al ejército de Kamose, donde también se
hace referencia al hecho de que se hubiera alcanzado Avaris en el año 3
del reinado del rey
Pero a pesar de la claridad con que se expresa Kamose, parece que
esto no fue del todo así. La famosa II Estela finaliza bruscamente aquí,
diciéndonos tan sólo que Kamose vuelve victorioso a Tebas en la estación
de Akhet, es decir, de la inundación, lo cual resulta extraño dado el
espíritu propagandístico de toda el fragmento.
¿Le ocurrió algo a Kamose?.
No lo sabemos, lo cierto es que no tenemos fecha más alta para
su reinado que el año 3 que se cita en la II Estela. No hay tan poco,
constancia de que realizara la Fiesta Sed.
Se ha apuntado que Kamose pudo asociar al trono a su hermano
Ahmosis, imitando modelos de la XII Dinastía, pues se ha localizado en
la zona de Toshkah, un grafito con los nombres de ambos faraones. En mi
opinión, esto no es posible, ya que Kamose no se adentró tanto en
Nubia, además pensemos que Ahmosis era un niño de cinco años, cuando
se producen esta serie de acontecimientos.
Pero tenemos otra hipótesis más, sobre cual fue el fin de
Kamose. Se han localizado una serie de tumbas en la zona de Avaris donde
los individuos allí enterrados habían muerto por peste. ¿ Se contagió
Kamose? Desgraciadamente no lo podremos saber nunca, pues aunque su
tumba, descubierta por Mariette en 1.857 en Dra Abu en Naga, fue localizada intacta, su momia, se convirtió en
polvo al intentar sacarla del sarcófago. Tan sólo quedaron los adornos
con los que había sido sepultado: un puñal con hoja de bronce, puño
de plata y madera dorada (17), y un cartucho de oro con leones en los
extremos (18). El
sarcófago, que se encuentra en la actualidad en el Museo del Cairo
(19), tan sólo presenta el
rostro del soberano adornado con el "nemes" y la barba
postiza. Su nombre está escrito en jeroglífico sobre una columna de
texto en el centro de la tapa, el pecho está decorado con un amplio
collar y el resto del cuerpo, trabajado con un motivo de plumas de halcón.
Un sarcófago demasiado pobre para que albergara al primer libertador de
Egipto. ¿No sería, que la muerte sorprendió a Kamose, y no tuvieron
tiempo de preparar un ajuar funerario digno de su persona?.
La muerte repentina de Kamose sería la explicación del porqué
no hay fecha más alta para su reinado que el año 3. También, sería
la explicación del porque, las hostilidades con los Hicsos no se
reanudan hasta el año 11 del reinado de Ahmosis quien obtuvo el honor
en la historia de ser el artífice de la expulsión de los odiados asiáticos
de la bendita tierra de Kemet.
Pero Kamose, si consiguió algo. El fue el autor material de la
reafirmación de la realeza perdida, cuando con ese principio de
victoria se alzo como el gran " Hijo de Horus ", en el templo
de Amón en Karnak. De éste modo se convirtió en el Horus victorioso
que devuelve el trono, usurpado por Seth, a su padre Osiris. Su reino,
son las Dos Tierras. Su tradición es Egipto: la tierra negra, fecunda,
portadora de vida, que el Nilo baña con sus aguas y donde se levantan
los monumentos de sus antepasados.
Y así, el dominio extranjero fue un trauma para quien siempre se
había considerado invencible y reaccionó mostrándose aún más
fuerte.
Del desastre superado, se hizo casi un mito, al que ayudó la
propaganda real de la XVIII Dinastía: y los Hicsos permanecieron hasta
mucho tiempo después "como los feroces destructores que reinaron
sin Ra", y siguieron siendo derrotados aún, cuando de ellos no
quedara ya ninguna huella. NOTAS. 1.-
Flavio Josefo, Contra Apionem. 2.-
Génesis, 3.-
Génesis 47: 24-26. 4.-
Su nombre significa "el
Negro". 5.-
La estela del año 400, erigida en el reinado de Ramses II, está
fechada en el año 400 de un rey, Aaphtseth Nubti, es decir "Grande
es el poder de Seth". Esta estela no se refiere a un reinado
ordinario sino a la era de un templo. Nubti, era probablemente el rey
hicso en cuyo reinado fue fundado el templo de Tanis y que ésta fundación
debió estar muy próxima a la toma del poder por Hicsos. Diotron-Vandier.
Historia de Egipto. Buenos Aires 1.986, pág 249. 6.-
Hecho de madera, tendones y asta, que tendría mucho mayor
alcance y fuerza, que el sencillo y pequeño que se usaba en Egipto. 7.-
Radwan,A. Ultimas cuestiones sobre la cultura y religión
egipcia. 8.-
Aunque el patriarca era originario de Ur, residió en Canaán,
por lo que debió tomar sus costumbres. 9.-
II Estela de Kamose, línea 4: Apofis es tratado como "Príncipe
de Retenu" (Palestina), pero esto puede significar su origen. En la
línea 13-15, menciona una serie de productos capturados de los barcos,
que se resumen como el "producto/tributo de Retenu". 10.-
Carter, localizó en la tumba de Amenofis I un fragmento de jarra
sobre el cual se encuentra inscritos los nombres de Auserre Apofi, y la
hija real Herith. Parece ser que ésta princesa se casó con uno de los
reyes de la XVII Dinastía, de quien descenderían directamente los
soberanos de la XVIII Dinastía, siendo ésta la explicación de porqué
una jarra marcada con el nombre de la princesa junto con el de Apofis,
aparece en la tumba de Amenofis I.También en: Schulman, A . Diplomatic
mariage in the Egyptian New Kingdon. JNES
38.1.979, pág 177-182.
11.-
Desroche Noblecourt,C. La femme au temps des pharaons. Paris
1986, pág 135. 12.-
En el Papiro Matemático Rind, se nos pone de manifiesto estas
buenas relaciones. 13.-
Se conserva en el Museo Británico. 14.-
En 1.908 fue localizada en la zona de Dra Abo'en Naga por Lord
Carnavon y Howard Carter, una tumba que contenía un amplio amasijo de
restos de cerámica y
momias entre las que se encontraba dos tablillas de madera recubiertas
de estuco blanco que habían sido el ejercicio escolar de un escriba y
que recogían la narración de un texto histórico oficial alusivo a la
lucha de Kamose contra los Hicsos. 15.-
Apofis en la II Estela de Kamose, se quejará de no haber sido
informado de la ascensión al trono del rey de Kush. 16.-
Sako está situada a 70 km al sur de Heracleópolis. 17.-
Actualmente en la Biblioteca Real de Bruselas. 18.-
Actualmente en el Museo del Louvre de Paris. 19.-
Con el número 4.944 de sarcófago. BIBLIOGRAFI -Bietak,
M: Avaris and Piramesses. London
1986 -Daumas,
F: La civilización del Egipto Faraónico. Barcelona, 1992. -Desroches
Noblecourt, C: La femme au temps des pharaons. París, 1986. -Diotron
y Vandier: Historia de Egipto. Buenos Aires, 1986. -Eggebrecht,
A: El Antiguo Egipto. Barcelona 1984. -Grimal,
N: Historie de L'égipte ancienne. París,
1988. -Habichi,
L: The second stela of Kamose. Glückstadt, 1972. -Hayes,
C.W: The scepter of Egypt. The Hyksos period and the New Kingdom
(1675-1080
B.C.) -Lara
Peinado, F: El Egipto Faraónico Madrid, 1991. -Large,
K: Pirámides, esfinges y faraones. Barcelona, 1960. -Muller,
M: Mitología egipcia. Barcelona, 1990. -Pérez
Largacha, A: La XVII Dinastía Egipcia: Kamose Alcalá de Henares, (madrid)
1991. -Petrie,
W.M.F: Hyksos and Israelite Cities. London,
1906. -Pirenne,
J: Historia del Antiguo Egipto. Barcelona, 1991. -Trigger,
B et allí: Historia de Egipto. Barcelona, 1985.
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