La egiptóloga británica Joann Fletcher (Barnsley, Yorkshire, 1966) ha estado en el centro de una de las grandes polémicas de la arqueología desde que en 2003 propuso, tras estudiarla, que una momia anónima depositada en la tumba KV-35 del Valle de los Reyes era la de la reina Nefertiti. La sensacional noticia de que por fin había aparecido el cuerpo de la, junto a Cleopatra, mujer egipcia más famosa de la historia, símbolo del eterno misterio femenino y de belleza, levantó una gran polvareda y provocó las iras del poderoso responsable de las antigüedades faraónicas, Zahi Hawass, que no sólo negó que hubiera pruebas concluyentes para respaldar la identificación -en lo que coinciden la mayoría de los especialistas-, sino que descalificó estruendosamente a Fletcher, a la que impidió seguir trabajando en Egipto.
"Se hizo un gran esfuerzo para dañar esa momia, es una prueba de odio"
Fletcher, una mujer pelirroja de aspecto juvenil, inteligente y apasionada, autora de la sugerente El enigma Nefertiti (Crítica, 2004), ha visitado Barcelona para participar en una serie de tertulias organizadas por el Art Center College of Design y ESADE. La estudiosa, admiradora de Amelia Edwards, Margaret Murray y Julia Samson -tres mujeres que lucharon y polemizaron en el ámbito de la egiptología-, admite que pecó de ingenuidad dejando que la historia se le escapara de las manos y se presentara como hecho incontrovertible lo que era "una hipótesis". Pero, dicho esto, se reafirma en su teoría y asegura con respecto a la controvertida momia: "Es ella, es Nefertiti".
Pregunta. La identificación ha generado enormes dudas. Edad y sexo no parecen coincidir con los de Nefertiti.
Respuesta. Inicialmente dijeron que era demasiado joven, luego que era un hombre, sólo porque lleva la cabeza afeitada. La momia ha cambiado de sexo varias veces. Pero es de una mujer, ¡tiene genitales femeninos!, los he visto, no hay ambigüedad posible. El propio Hawass opina ahora que es una mujer, la esposa de Tutmosis III, aunque mañana, quién sabe...
P. Parece que no le habían salido las muelas del juicio, y Nefertiti era una mujer adulta.
R. Hay gente a la que no le salen, yo tengo 41 años y aún no me han salido. En el antiguo Egipto, 35 años, por ejemplo, podían ser muchos.
P. Se ha señalado que la pelvis no corresponde a una mujer que tuvo al menos seis partos.
R. Los alumbramientos no dejan marcas en los huesos, la pelvis no es un medio fiable para decir si alguien ha tenido hijos.
P. ¿Por qué hubo ese desencuentro con Hawass? Parecía que ustedes se llevaban bien.
R. Bueno, yo no soy la típica egiptóloga, se me juzgaba por mi aspecto, por mi forma de vestir y comportarme; se me veía como una niña, supongo que no entraba en los cálculos que expresara opiniones propias. Se me atacó de una manera terrible. Por ser mujer, por no ser suficientemente mayor, por tener sentido del humor, por haberme especializado antes en peluquería y manicura antiguas. Porque hubo gente que interpretó como quiso mis palabras. Fueron, de hecho, los medios de comunicación los que desmadraron el asunto. El anuncio del "descubrimiento" lo hizo Discovery Channel. Pero no fue culpa mía, yo eso no lo podía controlar. Expuse una teoría, no un descubrimiento, y Hawass no creyó en ella. Eso debía haber sido todo. No rompí ninguna regla. Es justo presentar una teoría, nadie debe ser perseguido por ello.
P. Pero sigue sosteniendo que es Nefertiti.
R. La evidencia continúa respaldándome. Personalmente, estoy segura al 100%.
P. Es arriesgado decir eso, sin inscripciones.
R. No las hay, y es frustrante. En este escenario del crimen, por así decirlo, no tenemos la bala mágica. Pero hay mucha información. El contexto arqueológico, que nos indica que nos movemos en la misma época, a finales de la XVIII dinastía, una fémina real, la peluca, la morfología del cuerpo -el análisis del cráneo y la reconstrucción facial muestran una enorme similitud con las representaciones de Nefertiti, con el célebre busto de Berlín, por ejemplo, que, por cierto, tampoco tiene ninguna inscripción que lo identifique-, y para mí una cosa esencial: el odio, los ataques que sufrió la momia. ¿Por qué se le destrozó la boca de esa manera? Para que no tuviera el aliento de vida en el más allá. Es claramente una agresión simbólica.
En la cara las momias no tenían nada de valor. La que sostengo que es la de Nefertiti fue golpeada de una manera que no es la de un ladrón en busca de tesoros, sino la de un fanático, un vengador. Se hizo un gran esfuerzo para dañarla y se usó -lo hemos comprobado empíricamente, con cerdos muertos- un arma de metal que no estaba a disposición de cualquiera. Nefertiti no sólo fue la reina del hereje Akenatón, odiado por los sacerdotes de la religión tradicional, sino que ella misma fue corregente y casi con certeza también, a la muerte de su marido, faraón.
P. Se ha sugerido que esa momia podría ser otra mujer de la casa real, quizá Ankesenamón, la esposa de Tutankamón.
R. ¿Pero por qué iban a odiarla para atacar su momia así? Recuerde además que Tutankamón y Ankesenamón volvieron a la ortodoxia...
P. La supuesta momia de Nefertiti descansaba con otras dos, segregadas las tres en una capilla lateral de KV-35, la tumba de Amenofis II, en la que habían sido escondidas muchas momias reales.
R. La identidad de las dos momias colocadas con la de Nefertiti es un elemento más que apunta a que es ella. La mujer vieja parece probado que es la reina Tiy, suegra de Nefertiti, y el joven, su cuñado, el malogrado príncipe Tutmosis, hermano de Akenatón. Parece lógico que al reordenar las momias reales en la tumba, los sacerdotes colocaran esas tres juntas y, por estar relacionadas con la herejía de Amarna, aparte de las demás.
P. ¿Ha mejorado la relación con Hawass?
R. Hay gente allí, profesionales egipcios, que son conscientes de que no he tenido ninguna culpa de lo que ha pasado. Parece que todo se va serenando.
P. ¿Cree que las cosas hubieran ido de otra manera de no haber sido usted la que lanzara la hipótesis Nefertiti?
R. Sin duda, si hubiera sido el propio Hawass la gente no se le hubiera echado encima como a mí. Él, claro, hubiera estado en su derecho de anunciarlo. ¡Ojalá hubiera sido así! Con menos indicios se han validado otras identificaciones de momias.
P. ¿Va a seguir con la investigación?
R. Sigo con ello. En el próximo congreso internacional de egiptología, en junio, presentaremos nueva información sobre la morfología craneofacial.
P. ¿Qué emociones le provocó estar junto a esa momia?
R. Verla con mis propios ojos, ¡a Nefertiti!, fue una sensación muy profunda, me sentí muy privilegiada.
Fuente: EL PAIS
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