trata de una imitaci�n del arte egipcio como muchos tienden a pensar.� Debod fue uno de los templos donados por Egipto a algunas de las naciones que participaron en los a�os ‘60 en la campa�a de salvamento del patrimonio art�stico nubio, organizada por la UNESCO para evitar que los monumentos quedaran bajo las aguas tras la construcci�n de la presa de Asu�n.
Una tierra de oro
Para muchos expertos Nubia, o la “tierra de oro” como fue descrita por los antiguos egipcios, es una regi�n�en la que se encuentran el conjunto de monumentos y lugares arqueol�gicos m�s impresionantes de Egipto, pero tambi�n�uno de los m�s importantes del mundo.
En su momento, Egipto prometi� la entrega de ciertos templos a los estados que hubiesen hecho mayores aportaciones econ�micas, pero finalmente la decisi�n -que muy probablemente tuvo en cuenta consideraciones pol�ticas- fue la de donar los templos de Dendur, Ellesiya, Taffa y Debod a Estados Unidos, Italia, Holanda y Espa�a, no sin las justificadas quejas de pa�ses como Francia o Alemania que tambi�n realizaron importantes contribuciones.
Cuatro maravillas
Ellesiya es un peque�o templo excavado en la roca (”speos”) en la �poca del fara�n Tutmosis III (siglo XV AC) para los dioses Horus de Miam y Satis; de la capilla de Taffa, un edificio de la �poca grecorromana dedicado a Isis, s�lo se conservaban los cimientos del edificio y dos hiladas de bloques; y Dendur es un templo peque�o que orden� construir el emperador Augusto en honor de Pe-te-Isis y Pa-Hor.
El templo de Debod se construy� en honor�a Isis y Am�n y, como explica el director del Instituto de Estudios del Antiguo Egipto en Madrid, Francisco J. Mart�n Valent�n, su importancia radica en que este templo y una estela encontrada en el de Isis en Fil�, “son los �nicos elementos art�sticos que se conocen del fara�n mero�tico Adijalamani”, que lleg� a Nubia desde el coraz�n de �frica.
Debod, que deriva probablemente del egipcio Ta-hut (”el templo”) fue construido en el siglo II AC y es el segundo templo m�s antiguo de los que se encuentran fuera de Egipto -s�lo superado por el de Ellesiya-, pero es el m�s grande de todos ellos, y tambi�n el m�s complejo en su estructura arquitect�nica, aunque s�lo cuente con jerogl�ficos en la parte central.
Sobrevivir en Occidente
Un ala completa del Metropolitan Museum de Nueva York y una cristalera resguardan a Dendur; en la planta baja del Museo del Antiguo Egipto de Tur�n Ellesiya cuenta con una sala propia; Taffa reposa en el vest�bulo del Museo Nacional de Antig�edades de Holanda en la ciudad de Leiden; y Debod, por su gran tama�o, respira al aire libre en una zona privilegiada de Madrid.
Desde algunos sectores se critica que la situaci�n del templo de Adijalamani no es la m�s id�nea para su correcta conservaci�n, pero muchos expertos egipcios aseguran que se encuentra en perfectas condiciones. Mart�n insiste en que todo es mejorable y “la esperada declaraci�n del templo como Bien de Inter�s Cultural traer� consigo iniciativas en este sentido, pero el templo no corre ning�n riesgo”.
“Debod se enfrenta a los retos normales de un monumento antiguo que debe ser cuidado para estar en las mejores condiciones muse�sticas posibles”, se�ala este experto. Y siempre se ha pensado en ello: el templo est� reconstruido sobre una plataforma que lo aleja de la humedad�y su terraza est� cubierta para evitar las agresiones del clima o los p�jaros, entre otras medidas.
Pese a todo, nadie duda�que el�templo egipcio ha creado un ambiente urban�stico propio y se ha convertido en visita obligada en Madrid por su belleza y su sorprendente adaptaci�n al paisaje de la zona. |