AMEN-HOTEP III 

 

 

Por. D. Francisco Mart�n Valent�n.

Director del Instituto de Estudios del Antiguo Egipto.

Correo: [email protected]


Cuando Egipto se encontraba en su momento de mayor esplendor, hacia la mitad de la dinast�a XVIII, durante el Imperio Nuevo, subi� al trono un ni�o de apenas diez a�os. 

Su nombre, Amen-Hotep, significaba �el dios Am�n est� satisfecho�, y le fue impuesto en memoria de su abuelo Amen-Hotep II. Aunque se le dio como augurio de un feliz periodo para los habitantes de las riberas del Nilo, en realidad no fue as� el caso. Su padre, el rey Thutmosis IV, hab�a tenido un reinado corto de apenas diez a�os. Su muerte prematura dej� la corona de Egipto en manos de la Gran Esposa Real Mut-em-Uia. Ella deb�a velar por su hijo. En realidad, cuando todos estos acontecimientos sucedieron nadie pensaba que esperaban a Egipto tiempos muy atormentados. Una familia de nobles e influyentes personajes procedentes de Ajmim emparent� entonces con el nuevo rey, al dar en matrimonio a su hija Tiy.

Amen-Hotep III. Museo de Luxor. � I.E.A.E.

 El acontecimiento fue celebrado con la grandiosidad propia de la ocasi�n. Con este motivo se emitieron una serie de escarabeos que llevaban en su parte inferior un texto que proclamaba que el rey se hab�a casado con la noble reina Tiy y, lo que era m�s inusual, comunicaba a todos los rincones del mundo entonces conocido cuales eran los nombres de la Esposa Real, el padre, Yuya, y la madre, Tuya.

Amen-Hotep III represent� para Egipto lo que Luis XIV fue para la Francia del siglo XVIII. Durante su reinado se construyeron los templos m�s importantes y grandiosos que hasta entonces hab�an visto las orillas del Nilo. El arte alcanz� su mayor nivel de refinamiento. Las riquezas de todos los dominios controlados por los egipcios entraban a raudales en el pa�s de los faraones. Todo Egipto vio como se alzaban soberbios y magn�ficos edificios. El templo de Luxor es, hoy d�a, la muestra m�s refinada del arte egipcio y fue construido en parte por cuenta de este gran rey.

Templo de Luxor. � I.E.A.E.

El rey dese� tambi�n dejar constancia para la posteridad de sus haza�as cineg�ticas. Se emitieron nuevos escarabeos en los que se inclu�a el relato de la caza de toros salvajes o de los leones abatidos en persona por el rey con su arco.

Adem�s, las numerosas campa�as militares que sus antecesores en el trono hab�an llevado a cabo permitieron a Egipto disfrutar en aquella �poca de tranquilidad en sus dominios asi�ticos y africanos. De este modo, la corte de Amen-Hotep III era, sin duda, el centro diplom�tico m�s activo del mundo entonces conocido. Su gran ciudad de Per Hay situada en el lugar hoy conocido como Malkata, en la ribera occidental de Tebas debi� ser un centro de esplendor y colorido que anticipaba la expresi�n urban�stica que luego desarrollar�a su hijo Aj-en-Aton en El Amarna.

El rey tambi�n se hizo construir un magn�fico Templo funerario en el lugar hoy llamado Kom El Heittan, cerca de su ciudad-palacio. Hoy solo quedan de ella los magn�ficos �Colosos de Memn�n�, aunque sus restos se esparcen entre las ruinas de todos los templos funerarios construidos por los reyes posteriores. Sin embargo, en un momento determinado del reinado los asuntos internos del pa�s se enrarecieron. Hacia el a�o veintiocho de Amen-Hotep III se comenzaron a realizar los preparativos del primer Jubileo real, que se celebrar�a el a�o treinta. Con ello se quer�a reforzar la energ�a del rey para ejercer la realeza en las Dos Tierras, pues tambi�n llamaban de este modo a Egipto. Se pretendi� entonces que Amen-Hotep III se convertir�a en un dios nuevo, el dios At�n viviente, para as� independizarse de las influencias del dios Am�n de Tebas.

Amen-Hotep III. Museo de Luxor. � I.E.A.E.

Al mismo tiempo, los leales partidarios del dios tebano consiguieron que su rey fuera representado como hijo carnal de dicho dios. Era esta una manera de someter la personalidad real al control del clero de Am�n. El fen�meno de la �Teogamia� utilizado hac�a cien a�os para la reina Hatshepsut se reproduc�a a favor del soberano de turno, esta vez Amen-Hotep III.

Amen-Hotep III y el dios Amon. Templo de Luxor. � I.E.A.E.

Con todo ello, se produjeron en Egipto ciertos trastornos que llevaron al enfrentamiento entre los partidarios de las corrientes solares y los del dios Am�n de Tebas. El rey enferm� y a�n as� se celebraron en su honor otros dos festivales jubilares: uno en el a�o treinta y cuatro, y el otro, en el a�o treinta y siete, ambos de su reinado. La salud del soberano estaba tan quebrantada que, un a�o antes del �ltimo jubileo se hab�a hecho traer desde el lejano reino de Mitanni la sagrada imagen de la diosa Ishtar, la cual, seg�n se dec�a, pose�a milagrosas propiedades curativas. A�os antes de su muerte, su hijo Amen-Hotep IV hab�a cambiado este nombre por el de Aj-en-Aton y, abandonando Tebas, decidi� instalar su nueva capital en el lugar hoy llamado El Amarna.

 All� fue probablemente a residir el anciano Amen-Hotep III con su esposa Tiy, al menos, ocasionalmente. Finalmente, Amen-Hotep III muri� durante el a�o treinta y ocho del reinado. Su momia fue depositada en el lugar escogido por el rey para construirse su tumba, la WV 22, en el llamado Valle Occidental, cerca del Valle de los Reyes. A su muerte qued� abierta la gran crisis de Egipto: el periodo del cisma am�rnico hab�a comenzado.

 

BIBLIOGRAFIA

ALDRED, C. (1968 y 1988).- Akh�naten.King of Egypt Londres.

 

BADAWY, A. (1962).- �The sumbolism of the temples of Amarna�.ZAS 87, pp. 77-95.

 

BERMAN, M. Ed. 1990.- The art of Amenhotep III: art Historical Analysis. Cleveland.

 

BERNHARDT, K (1969).- �Amenophis IV und Psalm 104�. MIO 15, pp. 193-206.

 

BORCHARD, L (1980).- Die Wohnh�user in Tell el-Amarna. Berl�n.

 

BRYAN M.B. (1984).- �The Reign of Thutmosis IV�. Baltimore y Londres.

 

COONEY, J. (1965).- Amarna  reliefs from Hermopolis. Nueva York.

 

CROCKER, P. (1985).- �Status symbols in the architecture of El Amarna� JEA 71,

                                         pp.52-65.

 

DAVIS, N. (1903-8).- The Rocks Tombs of  El Amarna. Londres.

 

HARI, R. (1985).- New Kingdom. Amarna period. Leiden.

 

JANSSEN, J. (1983).- �El Amarna as a residential city� Bior 40, pp. 273-288.

 

KEMP, B (1977).- �The city of El Amarna as a source for the study of urban society in

                                Ancient Egypt�. World Archaeology i, pp. 123-39.

 

KEMP, B (1981).- �The character of the South Suburb at Tell El Amarna. MDOG 113,

                                 pp. 81-97.

 

KEMP, B (1985-89).- Amarna Reports. 5 vols. Londres.

 

KEMP, B (1989).- Ancient Egypt. Anatomy of a civilization. Londres.

 

KOZLOFF. A. Et alii (1992).- �Egypt�s Dazzling Sun�. Amenhotep III and his World.

                                  Cleveland.

 

KRUCHTEN, J. (1981).- Le Decret d�Horemheb. Bruxelas.

 

LEPROHON, R. (1985).- �The reign of Akhenaten seen throught the later royal

                                  decrees�. IFAO pp. 93-103.

 

MARTIN G. (1976 y 1989).- The royal tomb ar El Amarna. Londres, 2 vols. 

MART�N VALENTIN, F. (1998).- Amen-Hotep III, el esplendor de Egipto. Madrid.

MURNAME, W. (1977).- Ancient egyptian corregencies. Chicago (SAOC 40).

 

�ENDLEGURY, J. et als (1923-51).- The city of Akhenaten. Londres, 3 vols.

 

REDFORD, D. (1966).- History and cronology of XVIII Dynasty. Toronto.

 

REDFORD, D. (1984).- Akhematpm- The heretic King. Princeton.

 

RUSSMAN, (1990).- �The Egyptian sculture at Cairo and Luxor�. Londres.

 

SADEK, I (1988).- Populr religion in New Kingdom. HAB 33.

 

SAMPSON, J. (1989).- Nefertiti and Cleopatra. Londres.

 

SCHULMAN, A. (1979).- �The Nubian campaign of Amenofis IV�. L�Egyptologie en

                                    1979. Paris.

 

SMITH, H. (1976).- The fortress of Buhen. Lodres.

 

TAWFIK, S. (1972-88). �Aton studies�. Siete estudios publicados en MADIK. 

 

TOBIN, V. (1986).- �Mythic symbolism in the Amarna Religi�n�. JSSEA 16, pp.5-18.

 

WELLS, R. (1989).- �The Amarna M.S.K. boundary stelae date�. Sak 16, pp.289-327.