EL ESCARABAJO SAGRADO EN EL ANTIGUO EGIPTO |
Por F�lix Vald�s Corral, 1996. |
Al observar el
escarabajo pelotero, ateuchus sacer, quien empujaba y hac�a
rodar una bola peque�a de esti�rcol dentro de una grieta apropiada,
donde las hembras amasaban los fragmentos que se convert�an en
reservas alimenticias y en donde eran incubados sus huevecillos bajo
su protecci�n y calor. Los egipcios creyeron ver el renacer de la
vida, en se acto de empujar cada d�a, simbolizado por la pelota de
esti�rcol, al sol de levante. El escarabajo fue divinizado debido a
que el sol, relacionado con �l, era la m�s importante de las
deidades egipcias; los
sacerdotes se identificaron con aquello que representaba el escarabeo,
pensando en convertirse a s� mismo en s�mbolos de vida y regeneraci�n. El
escarabajo est� vinculado con el dios Jepri, simboliza el que llega a
ser o aquel que renace por si mismo, de la ra�z egipcia Jeper que
significa nacer o existir, o sea que simboliza la transformaci�n
constante de la existencia. Con el paso del tiempo se convirti� en amuleto de vida y poder. El que lo portaba en vida ten�a la protecci�n contra el mal, visible o invisible y recib�a vida, poder y fuerza diariamente, y el que lo portaba en la muerte, es decir de acuerdo a los ritos funerarios, ten�a la posibilidad de resucitar y obtener la vida eterna. As� mismo se empez� a emplear el escarabeo-coraz�n como un amuleto que se colocaba en la momia, el cual era el que evitaba que durante la ceremonia del pesaje del coraz�n �ste declarara contra su due�o. En la parte de abajo llevaban grabada una f�rmula m�stico-religiosa tomada del libro de los muertos. Un ejemplo de este tipo de texto dice:
F�rmula para que el coraz�n de un hombre No declare en contra suya en el juicio de Osiris. Coraz�n m�o, que procedes de mi madre, �Lo m�s �ntimo de mi ser! �que tu testimonio no me sea adverso y no te enfrentes conmigo en el tribunal divino que nuestro nombre sea bello suene bien a quien lo oiga y que agrade al juez! no profieras mentira alguna contra mi en presencia de los dioses �Ante Osiris, el dios magn�fico y due�o de occidente! �Ser�s ensalzado si ante �l sales airoso de la terrible prueba! En
esta forma los egipcios pensaban que el escarabeo cubierto de oraciones
rituales proteger�a a sus muertos en el juicio de Osiris, en el cual
pon�an en una balanza, de un lado el coraz�n del difunto y en el otro
una pluma, misma que portaba en la cabeza la diosa Maat, quien es la
diosa de la verdad y la justicia, ambos lados deb�an estar equilibrados
para que el juicio favoreciera al difunto. Existen escarabeos que llevan
la siguiente inscripci�n �Oh, mi coraz�n, no te yergas sobre mi como
testigo! En
los cuerpos momificados de loa animales sagrados se ha encontrado tambi�n
el amuleto que representa al escarabeos-coraz�n. Existen
escarabeos tallados en m�ltiples materiales: los hay en esteatita, en
piedra de basalto, en granito etc. Dentro de la joyer�a los encontramos
en piedras preciosas y semipreciosas como la cornalina, la amatista, el
lapisl�zuli, o elaborados en oro. El
escarabeo lo podemos ver tambi�n esculpido o pintado en distintos
lugares, como pueden ser los relieves de las tumbas, un ejemplo de esto
lo ser�a el que se encuentra a la entrada de la pared de la tumba de
Sethy I, en el valle de los reyes. Se puede tambi�n encontrar la
representaci�n de estos escarabeos en obeliscos, contenidos en los
nombres reales, en estelas, en las paredes de los grandes templos, en
papiros y en todo lo que lleve escritura jerogl�fica. La
representaci�n del escarabajo como dios la encontramos en el dios
Jepri, el cual es representado como un hombre sentado en un trono con la
cabeza de escarabajo pelotero, un ejemplo lo encontramos en la tumba de
la reina Nefertary, esposa de Rams�s II de la dinast�a XIX, esta tumba
se encuentra en el lado occidental de Tebas, en el valle de las reinas. En
la orfebrer�a se encuentra en gran abundancia, se han descubierto
exquisitas obras maestras realizadas como joyas, en la que est�
representado el escarabajo, un ejemplo ser�a la magn�fica pulsera
encontrada en al tumba de Tut-Anj-Am�n, que lleva un inmenso escarabeo
en color azul oscuro . Thutmosis
III, fara�n de la dinast�a XVIII, el gran guerrero que conquist� en
17 campa�as casi todo el mundo conocido en aquella �poca, para el
imperio egipcio, fue el fara�n que le dio al escarabeos sagrado el uso
de sello real, se cree que este fara�n fue el fundador de lo que hoy se
conoce como la antigua y m�stica orden Rosacruz. Durante
su reinado, el escarabeos es representado en una forma m�s realista,
las patas ya no est�n pegadas al cuerpo y parece que estuviera apoyado
en ellas. En
esta �poca se inici� la costumbre de escribir sobre los escarabeos el
nombre del fara�n, el m�s mencionado en los sellos escarabeiformes fue
Thutmosis III, quien fue uno de los m�s insignes faraones de la dinast�a
XVIII y quien ten�a por costumbre firmar la mayor�a de los decretos
reales con su propio monograma real, por tanto cada vez que ocurr�a un
suceso de importancia nacional, Thutmosis lo inscrib�a en un sello de
estos y pon�a en �l su nombre. El
obelisco que se encuentra en el parque central de la ciudad de Nueva
York, en el que se encuentra el nombre del fara�n que contiene un
escarabeos, es uno de los dos erigidos en el templo de Karnak por
Thutmosis III. La gran logia Rosacruz de los Estados Unidos de Norteam�rica,
posee por donaci�n un escarabeos sello original con el nombre de
coronaci�n de Thutmosis III, Men-Jeper-Ra; el cual se cree que fue
utilizado hace varios siglos para estampar el sello de la fundaci�n
de esta escuela filos�fica. En la �poca de Amen-Hotep III, fara�n
de la dinast�a XVIII, quien era muy afecto a la cacer�a deportiva y
que la convirti� en el deporte real por excelencia, realizaron
numerosos escarabeos para conmemorar dichas cacer�as que le daban
respetabilidad y admiraci�n entre su pueblo. Un ejemplo de ellos es el
que nos narra la cacer�a de los toros salvajes en Uadi-Keneh, llevada a
cabo por su majestad en su carro tirado por caballos, seguido por
funcionarios y por todo el ej�rcito, incluso los reclutas. Pero
el acoso de los toros salvajes el rey orden� que los rodearan con
cercas y fosas, reuniendo un total de ciento setenta toros, y se narra
que en la primera jornada el fara�n mat� en la cacer�a a cincuenta y
seis toros salvajes, el rey estuvo cazando durante cuatro d�as sin dar
reposo a sus corceles, luego reapareci� en su carro y captur� a otros
cuarenta toros y as� al final de la cacer�a el hab�a cobrado noventa
y seis toros salvajes. Un dato interesante es que en �ste y en casi
todos sus escarabeos menciona como su reina a Teye. Al
primer a�o de su reinado se remonta el primer escarabeos sagrado con el
nombre de su reina. Amen-Hotep III inicia el escarabeos con su nombre y
t�tulos como sigue: A�o 1 bajo la majestad �viva Horus potente toro,
radiante en la verdad se�or de ambos pa�ses que crea a las leyes y
satisface a los dos pa�ses, el Horus dorado grande por su fuerza que
derrota a los asi�ticos, el rey de los egipcios Alto y Bajo
Neb-Maat-Ra, Hijo de Ra tenga larga vida Amen-Hotep, soberano de Tebas y
viva su gran esposa real Tiy,
el nombre de su padre es Yuya y el de su madre es Tuya, ella es la
esposa del rey poderoso cuyo imperio alcanza por el sur hasta Karoy (Sud�n)
y por el norte hasta Naharina (Siria septentrional). El
gran respeto y amor que este fara�n sent�a por la reina Tiy lo podemos
ver en otro escarabeos fechado en el a�o XI, del mes III de Ajat, el
primer d�a, bajo su majestad...., el cual fue realizado para conmemorar
la construcci�n de un lago para su reina Tiy, el cual termina diciendo
�Que muchos a�os viva en su propiedad�. Quiz�
en esta reina estuvo la semilla de lo que ser�a la �poca amarniense
con su hijo el fara�n Amen-Hotep IV (Aj-en-Aton) y su esposa Nefertiti,
ambas probablemente de origen Mitani (el pa�s que toca el cielo). Aunque esta civilizaci�n antigua ha desaparecido, al ver o tocar el escarabeos sagrado renace en nosotros en sentimiento de respeto a esta cultura milenaria el deseo de adentrarnos al estudio de lo que fue esa maravillosa civilizaci�n. B
I B L I O G R A F I A: �
RICHARD
H. WIKINSON, �Simbol & Magic in Egiptian Art�, dit: Thames &
Hudson, London, 1994. �
WALLIS
BUDGE, �The Mummy� Edit: Dover Pulications Inc., New York U.S.A.
1989. �
MANFRED LURKER, �Diccionario de Dioses y S�mbolos del Antiguo
Egipto�, Edit: Indigo, Barcelona, 1991. � SCHWARTZ FERNANDO Y WINCKLER LAURA, �Egipto; Manual de Simbolismo y Arqueolog�a�, Nueva Acr�polis, Madrid, Espa�a, 1989. |