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EL
TERCER PERIODO INTERMEDIO��
(1069-715
a. de C.)
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En
el Bajo Egipto, el fara�n Smendes, sucedi� en el trono a Rams�s XI,
�ltimo rey de la dinast�a XX, fundando la dinast�a XXI. No obstante
el ejercicio del poder en Egipto estaba compartido entre los soberanos
que residiendo en Tanis, gobernaban desde el Delta hasta la zona de El-Hiba,
en las cercan�as del Fayum y los sucesores de Pay-Nedyem I que
dominaron todo el resto del pa�s, hasta Nubia. Se establecieron pactos
matrimoniales entre los faraones tanitas y los Sumos Sacerdotes de Am�n,
y se respet� el c�mputo de los acontecimientos con arreglo al c�mputo
de los a�os de reinado de los monarcas de Tanis, pero manteni�ndose
todo el Alto Egipto como un Estado separado del Bajo Egipto.
La
dinast�a XXII, tambi�n de origen libio, naci� en el Delta,
coincidiendo con el declive del poder de los Sumos Sacerdotes de Am�n
de Tebas. Su fundador Sheshonk I trat� de reunificar las Dos Tierras de
nuevo colocando a su hijo en Tebas como Sumo Sacerdote de Am�n. Al
final de la dinast�a, no obstante, se desencaden� una guerra civil en
Tebas, contra el norte, para oponerse al nombramiento de Osork�n, hijo
de Takelot II, como Sumo Sacerdote de Am�n. Como consecuencia de estos
enfrentamientos que continuaron sin soluci�n, se instauraron en Egipto
varias dinast�as, de la XXII a la XXIV, que reinaron al mismo tiempo en
diferentes partes del pa�s.
Hacia
el 777-749 a. de C., Osork�n III consigui� imponer a su hija Shep-en-Upet
en Tebas como �Divina Adoratriz de Am�n�, para controlar la capital
del Sur. All� se impuso un sistema de adopciones entre las �Divinas
Adoratrices de Am�n�, para la sucesi�n en el cargo que propici� la
llegada al poder sobre Tebas de la dinast�a XXV, Kushita. No obstante,
el dominio kushita sobre Tebas no dur� demasiado porque los reyes que
integraban la dinast�a XXIV, que reinaba en Sais, en el Delta, llevaron
a cabo una guerra con la que expulsaron a los primeros hasta Nubia. La
reacci�n de los reyes nubios de Napata no se hizo esperar y as�, Piy,
desencaden� una nueva campa�a de conquista desde el sur con la que
lleg� hasta la capital del norte, Menfis, controlando todo el valle.
Shabaka, su sucesor, debi� continuar la guerra para mantener el control
territorial alcanzado, comenzando en este momento la Baja �poca.
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