HATSHEPSUT |
Por. D�a Teresa Bedman. |
Del Instituto de Estudios del Antiguo Egipto. |
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Las mujeres siempre ocuparon un importante lugar en el gobierno de Egipto. Pero algunas llegaron incluso a ser soberanos de las Dos Tierras con plenos poderes.
Su padre, el rey Thutmosis I fue el tercer rey de la gloriosa dinast�a XVIII (hacia 1496-1483 a. C.). Todo parece indicar que no estaba destinado a reinar, puesto que su madre, una dama llamada Seni-Seneb no era Gran Esposa Real, ni parece que su antecesor en el trono, Amen-Hotep I, habr�a sido su padre. Thutmosis I fue uno de los grandes reyes guerreros de la dinast�a. Despos� a la reina Ahmes-ta-Sherit, una descendiente directa de la rama m�s leg�tima de los reyes egipcios. De la uni�n con dicha reina, naci� Hatshepsut. Sin embargo, de otra esposa secundaria llamada Mut-Nefert, tuvo un tambi�n un hijo al que impondr�an el nombre de Thutmosis, y que le suceder�a a su muerte. En principio, Hatshepsut fue tratada como la primera esposa de su hermanastro Thutmosis II, m�s joven que ella, enfermizo y d�bil. Su reinado fue breve: dur� poco m�s de tres a�os. No obstante, hab�a engendrado en una concubina llamada Isis un hijo var�n al que tambi�n se le impondr�a el nombre de Thutmosis, el tercer rey con ese nombre que ver�a la dinast�a. Cuando el rey Thutmosis II muri�, la reina Hatshepsut, se encontr� con todo el poder entre sus manos. El sucesor var�n de rey difunto era un ni�o de corta edad, Thutmosis III, y ella era la persona que m�s legitimidad pose�a para ejercer el poder sobre el trono.
Se supone que esta princesa habr�a sido hija concebida del rey Thutmosis II, pero, todo indica que tambi�n podr�a haber sido fruto del amor de la reina con su gran favorito, el Mayordomo de Am�n y Arquitecto real Sen-en-Mut. El amor entre estos dos personajes parece haber sido el fundamento del reinado de Hatshepsut. Para ella, Sen-en-Mut fue sin duda el sost�n y el apoyo m�s importante en su ascensi�n hac�a el trono de Egipto. El arquitecto Sen-en-Mut construy� para su soberana el templo m�s maravilloso que existe en todo Egipto, el Dyer-Dysesu, en Deir el Bahari. All� se albergaban los misterios del nacimiento divino de la reina, engendrada m�sticamente por Am�n en el vientre de su madre, la reina Ahmes-ta-Sherit.
All� se recogi� tambi�n el relato del viaje al pa�s de la Terrazas del Incienso, el m�tico Punt. All�, la reina Hatshepsut, se proclam� rey de Egipto por designaci�n directa de su padre, el divino Thutmosis I, transform�ndose en una nueva diosa Hat-Hor con rostro de mujer y orejas de vaca. Durante quince a�os de reinado en solitario el pa�s floreci� bajo su Majestad. Se construyeron templos a lo largo del todo el valle del Nilo. Se incrementaron las relaciones comerciales con preferencia a las actividades guerreras. Su sobrino, coronado como rey, fue desposado con Neferu-Ra, y el gobierno de Egipto se ejerci� en nombre de ambos.
Sin embargo, una vez concluida la construcci�n del templo del Deir el Bahari parece que la princesa Neferu-Ra muri�. Esta terrible p�rdida trajo consigo el cambio de los planes tan largamente elaborados entre Hatshepsut y Sen-en-Mut. Hac�a el a�o 22 el reinado conjunto con Thutmosis III, todo parece indicar que la reina desapareci� de escena. La causa de dicha desaparici�n podr�a haber sido su muerte. La reina fue enterrada, conforme a sus instrucciones, junto a la momia de su padre, Thutmosis I, en la primera tumba que se hizo construir en el Valle de los Reyes, la KV20. Pero sus cuerpos no permanecer�an juntos demasiado tiempo. Es muy probable que Thutmosis III ordenase sacar el cuerpo de su antecesor Thutmosis I de dicho hipogeo, y excavar una nueva tumba, donde su padre fue definitivamente enterrado. Durante la �poca ram�sida, el nombre de Hatshepsut fue suprimido de las listas de los reyes de Egipto y su tumba, violada. Cabe en lo posible que la reina y su favorito Sen-en-Mut hubieran estado juntos en dicho hipogeo, aunque no hay datos que lo prueben. En todo caso, la memoria de la reina sobrevivi� a pesar de que sus nombres fueron atacados y sus estatuas destruidas. El templo de Deir el Bahari proclama todav�a el amor que uni� a esta reina y a su favorito, el Mayordomo de Am�n, Sen-en-Mut. BIBLIOGRAF�A. BEDMAN, T.: Hapuseneb y Senenmut, los valedores de una reina. RESME, 2. M�xico, 1996. -, El origen de las Esposas Reales de la dinast�a XVIII y su vinculaci�n con el t�tulo de Esposa del Dios. BAEDE 8 , 1998. -, El Templo de Hatshepsut en Deir el Bahari. Tebas, los dominios del dios Amon. Madrid, 2002, 67-92. BEDMAN, T: Reinas de Egipto. El secreto del poder. Madrid, 2003. BEDMAN, T y MART�N VALENT�N, F.: Sen en Mut, el hombre que pudo ser rey de Egipto. Madrid, 2004. CASAL, B del.: Hatshepsut, la primog�nita del dios Amon. Madrid, 1998. DESROCHES
NOBLECOURT, Ch.: La reine myst�rieuse. Hatshepsout. Paris, 2002. |