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ALEJANDR�A.
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El
Serapeum, el templo m�s destacado del dios greco-egipcio Serapis, se
encontraba en el barrio de Rakhotis. Inscripciones biling�es datan su
fundaci�n en el reinado de Ptolomeo III Evergetes I. Las ruinas que
quedan, incluida la famosa �columna de Pompeyo� del reinado de
Diocleciano, proceden principalmente de los primeros siglos de la era
cristiana, aunque incorporando mucos elementos del Egipto fara�nico,
sobre todo esfinges y otras grandes esculturas, cuya funci�n primordial
parece que era la de enmarar el escenario. Objetos similares y numerosas
otras piezas menores no hay duda de que se exportaron a trav�s de
Alejandr�a con destino a los templos romanos de Serapis e Isis, o a los
terrenos de la villa de Adriano en T�voli y del palacio de Diocleciano
en Split. Los monumentos en los que fueron colocados no respond�an a un
estilo egipcio.
�Cerca
del Serapeum se halla la catacumba de Kom el-Shuqafa. Se remonta a los
siglos I-II cristianos, y contiene un complejo importante de zonas
sepulcrales con escenas y motivos que imitan el gusto egipcio. Algunas c�maras
pr�ximas al nivel inferior han conservado alguna decoraci�n pict�rica,
mientras que en las partes m�s profundas s�lo quedan escultura y
relieves. A diferencia de la tumba de Petosiris en Tuna el-Gebel, con
escenas helenizantes plasmadas por artistas egipcios, la catacumba
presenta motivos egipcios en un estilo cl�sico simplificado. Por lo que
al culto de Isis se refiere, el complejo ejerci� a la largar su
influencia sobre el mundo romano, empezando por el constante paralelismo
en el uso de genuinos objetos egipcios y terminando por asumir una
importancia mucho mayor. En su origen, el estilo fue probablemente
alejandrino.
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